CAPÍTULO DIECISIETE

La Promesa

Mi vida cambio completamente.

Mi padres se volvieron más atentos, todos los fines de semanas salimos a lugares diferentes, y uno más que otro invitan a Charlie a pasarla con nosotros.

El y yo hemos tenido las mejores citas, como ya no tengo que esconderme, es más libre, todos ya saben que somos oficialmente novios, Yina no nos ha molestado mas, ya tiene un novio del cual se ve realmente enamorada.

Marcos y Gema, su amor crece con los días, hemos salido las dos parejas juntas, ya que nos formamos al mismo tiempo, nos convertimos en los mejores amigos, siempre unidos.

En navidad mi hermano cumplió y regresó a casa, junto a Marisol y sus padres, formamos una familia muy grande, también os acompaño Charlie y su abuela.

Fue la mejor navidad de todas y sé que las próximas serán mejores.

Hubo un momento inolvidable en la entrega de los regalos.

— Marisol—digo dándole un gran regalo hecho por mi hermano— tendrás que abrirlo, porque quiero saber qué es lo tan inmenso que te ha regalado, me come la curiosidad.

— Pero tardare mucho haciéndolo.

— No importa, vamos ¡por favor! — la animo.

Ella empieza, quita en el envoltorio, abre la caja y en esta se encuentra otra y así sucesivamente hasta encontrar una pequeña, ella solo se ríe, porque todo parece una broma, pero cuando abrió la cajita, se tapó la boca conteniendo un sollozo, y las lágrimas le saltan cuando ve a mi hermano en una rodilla.

— Te convertiste en el amor de mi vida, eres la madre de mi hijo, así que quiero preguntarte, ¿Te quieres casar conmigo? ¿Tener un para siempre conmigo?

— Si, si, si y mil veces sí.

Todos estallamos  en aplausos, mientras ellos se besaban, se veían muy bien juntos, los felicitamos y abrazamos.

Mi regalo también fue una sorpresa, Charlie no me pidió matrimonio, estamos demasiados jóvenes, lo que me regaló fue una cadena que tenía como medalla, las iníciales de nuestros nombres entrelazadas, formando un corazón, él también tenía una igual, era hermosa, nunca me la quito, pero sus palabras también fueron inolvidables.

— Cuando estemos separados, miraremos nuestras cadenas como signo de que nos une nuestro amor y que esto es significado de lo eterno que será.

Pasaron los meses y el instituto terminaba, mi hermano se casó antes de que nacieran el bebe, fue una boda espectacular, esta rebosaba amor por todas las esquinas, parecía de un cuento de hadas.

Al final decidí estudiar aquí, así Charlie y yo lo haríamos juntos, no me quería separar yéndome al extranjero ni quería alejarme ya de mis padres.

En una de las tantas cenas que realizábamos en casa, mi amor y yo decidimos comunicarles a mis padres y su abuela de nuestra promesa.

— Papá, mamá y abuela—ella me obligo a decirle así— Charlie y yo hemos decido que nos casaremos cuando terminemos nuestras carreras, ni tampoco viviremos juntos, los dos estudiaremos administración para en un futuro fundar nuestra propia empresa.

— Me encanta su promesa—dijo orgulloso mi padre, y todos nos aplaudieron, mientras nosotros nos sonrojamos.