La Propuesta
Cuatro años después…
— No puedo creer que hoy ya nos graduamos, los años pasaron muy rápido—digo emocionadisima.
— Pues créelo cariño, que así es.
Cumplimos nuestros retos, mientras estábamos en la universidad, formamos una empresa de ventas online, esta ha ido creciendo y ya tenemos oficinas instaladas, también compramos una casa, aunque todavía no la habitamos, pues nos prometimos que habría boda primero.
— Cariño, como regalo de graduación, tengo un viaje para los dos.
— ¡¿De verdad?! — el asiente— ¿A dónde iremos?
— Es una sorpresa.
— Amo tus sorpresas, ¿Cuándo nos vamos? —mira el reloj.
— En exactamente cuatro horas, así que a recoger, nos iremos en el avión privado de tu padre.
— ¡Qué emocionante! — lo abrazo y él me alza— ¡Te amo!
Preparé una pequeña maleta, pues lo único que si me dijo que solo estaremos el fin de semana, no es nuestro primer viaje, pero siempre emociono cada vez que tenemos uno.
¡Estamos en Venecia!
Esta ciudad es súper romántica, hermosa, mágica, nos hospedamos en un hotel victoriano lleno de arte e historia, todo aquí es como si estuvieras en un cuento de fantasía, te sientes flotar.
Visitamos varios lugares turísticos, pasamos agarrados, como si no pudiésemos separarnos.
En la noche, me vito con un elegante vestido azul, mi cadena que nunca abandona mi cuello, unos aretes sencillos, uno tacones de infarto y mi pelo suelto en ondas brillantes.
Llegamos al restaurante y ya nuestra mesa esta lista, es en la terraza con vista a la ciudad, el cielo está lleno de estrellas, me siento como una princesa.
— Amor, esta ciudad es muy hermosa.
— Concuerdo, pero tú eres más hermosa— siempre logra que me sonroje— me haces el hombre más feliz del mundo, brindemos— cogemos nuestras copas— por nuestro amor terno, salud.
— Salud, que así sea amor.
Cenamos, nos reímos, hablamos de todo y de nada, de cuanto disfrutaremos de este viaje como hacemos siempre.
— Ahora vamos a ver lo mejor de la noche—pongo cara de confundida.
Suenan unos fuegos artificiales y me paro en la barandilla como niña pequeña, me encantan, pero los primeros formaron una flor, luego realizan una oración que hace llorar:
*QUIERES CASARTE CONMIGO*
Me volteo para abrazarlo, pero me lo encuentro arrodillado, uno una sortija hermosa, tapo mi boca, porque la emoción me embarca, me le voy encima y caemos en el piso juntos.
— Si, si, si, si quiero— lo lleno de besos— te amo y te amaré toda mi vida.
Dos meses después nos casamos, fue una boda grande, llena de nuestro amor y familiares.
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Editado: 11.09.2022