Kecia Y El Dragón Blanco

1 TAMBORES

Por todas partes se podían oír tambores, anunciaban cosas horribles, Kecia sabía que ese sonido significaba que el peligro se acercaba; minutos después el fuego corría por las cortinas y por los árboles y los hombres comenzaron a matarse entre sí, y kecia miraba por la ventana, solo miraba.

Antes adoraba la vista desde su habitación, el jardín, el infinito jardín y más allá las montañas, todo era de colores, pero ahora, todo estaba de color rojo, el suelo ya no era verde era carmín, la sangre lo había pintado y el aire comenzaba a ser humo, y el fuego crecía y crecía y las flechas traspasaban el corazón de algunos hombres, y las espadas cortaban la garganta de otros; y un hombre de armadura roja, el enemigo, volteo a ver a su ventana, tenía sangre en todas partes y kecia sabía que no era de él, aquel hombre de rostro maligno, le dedico una sonrisa y le hizo una reverencia y sacando una flecha con fuego la levanto y la lanzo hacia su habitación.

-Kecia!! Apártate de ahí!.- le grito un muchacho tirando de ella y mientras lo hacia la flecha entraba por la habitación creando fuego por todas partes. –VAMONOS! CORRE KECIA, CORRE.

Todo era borroso y ella no podía decir nada, solo corría con su largo vestido blanco, siempre había preferido las armaduras o la ropa que no tuviera que ver con faldas largas y fajones que cortaran la respiración, pero aquel día le había prometido a su madre verse presentada, podía sentir la compañía de alguien, pero no sabía quién era y entonces volteo a ver si seguía allí, un muchacho de su misma edad a lo lejos, de cabello blanco, no podía ver su rostro, y se perdía en el fuego, estaba rodeado de fuego, con el corazón casi saliéndosele, kecia logro decir su nombre queriendo que el chico le respondiera para comprobar que no estaba quemándose -CEOM!

De un brinco Kecia se despertó, eran las 4:00 de la madrugada, era la misma pesadilla de siempre, tenía la respiración agitada y estaba sudando, su pijama estaba repleto de sudor, siempre era así y últimamente había empeorado.

-No puedes dormir verdad? .-Anna le hizo dar otro brinco, su cama quedaba junto a la suya, en la parte izquierda, al otro lado a su derecha tenía la ventana en donde podía ver el cielo lleno de estrellas y las ramas que parecían manos en la oscuridad, las otras niñas estaban al otro lado de la habitación una cama en frente de la otra, kecia era la mayor, estaba a punto de cumplir 18 y la otras niñas solo tenían entre 11 a 13 años, esa era la habitación de adolescentes las otras habitaciones eran para las más pequeñas entre 1 a 9 años y la otra era para los bebes, Kecia vivía en un orfanato, se había quedado sola cuanto tenía 11 años, pero debido a un accidente , el accidente que le arrebato a sus padres no recuerda nada, ni siquiera el rostro de ellos, ni siquiera su apellido, su supervisora Alice quien es como su hermana, la cuido desde que llego, al parecer esa fue la versión que le dieron a Alice y a las demás mujeres que cuidaban el orfanato, pero sus padres no se pudieron identificar , los cuerpos había desaparecido, sin embargo tanto Alice como Kecia saben que es algo muy extraño pero prefirieron no prestar atención.

-No Anna, no puedo dormir, te he despertado?

-No, en realidad no duermo mucho en las noches, sufro de insomnio, simplemente no me gusta dormir, quizá en otro mundo fui un vampiro, sabes?. Anna Lawrence fue dejada en la puerta del orfanato cuando tenía 8 años de edad, un año después de kecia,  hace dos meses había cumplido 14 años, Anna al igual que Kecia y al igual que la mayoría de las chicas de la habitación de adolescentes no habían sido adoptadas, la mayoría de las veces adoptaban a los bebes o a las más pequeñas, Anna nunca la quisieron adoptar debido a que tiene insomnio, siempre enamoraba a los padres con su manera de hablar y con sus ojos azules y su cabello negro y largo, pero cuando sabían que tenía un defecto la descartaban como siempre hacían con todas, a kecia no la quisieron adoptar debido a que era muy mayor, los padres siempre buscaban niñas pequeñas, así lo preferían, sin embargo Kecia adoraba seguir siendo parte del orfanato, esa era la única familia que conocía.

-Los vampiros no existen y solo hay un mundo y es el planeta tierra, deberías de prestar más atención a clases y no a los mitos y leyendas.- Kecia jamás había creído en nada de eso, ni en el hada de los dientes ni en santa Claus, ni en las brujas o unicornios o dragones, en nada, solo creía en lo que veía.

-Eso lo dices porque eres grande y aburrida, deberías de dormirte ya, en la escuela a la que vas entran más temprano que en la del orfanato.- Anna lo había dicho porque al otro día era el primer día de escuela de Kecia, otro año más, Kecia estudio en el orfanato hasta que llego a la high school y las supervisoras quienes la querían mucho le dieron la sorpresa de que había entrado a una escuela normal fuera del orfanato, las supervisoras lo hacían porque sabían que kecia jamás seria adoptada así que querían que conociera a personas de su misma edad ya que las clases para ella eran individuales en el orfanato, debido a su edad, eso a Kecia le había sacado miles de sonrisas pues siempre quiso estudiar con más personas.



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En el texto hay: aventura, amor, magia

Editado: 02.01.2020

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