Kecia Y El Dragón Blanco

22 Obedezcan a la Reina

En el fondo más oscuro del bosque denso, yacían tres hombres y una mujer, sin fogata, a punto de congelarse, sin embargo tenían espada en mano y el chico de los ojos miel junto al chico de cabello negro, hacían movimientos en el aire, enseñándoles al chico de ojos verdes y a la chica de ojos azules.

-Ahora levanten sus espadas y peleen, tu Wayne con Glazunov y tu kecia conmigo.-Dijo Sean.

Comenzaron a practicar entre ellos, Wayne y Kecia aprendían rápido, lo hacían bastante bien, al principio los desarmaban fácilmente pero al cabo de unas horas de mucha práctica, Kecia y Wayne desarmaban a Glazunov y Sean,

-Sí que eres buena.-Dijo Sean tirado en el suelo mientras kecia ponía su espada enfrente de él y luego la alejo de él y se dio la vuelta fatigada dirigiéndose a algún árbol a sentarse, pero al instante Sean la ataco por detrás y esta tuvo que defenderse. –Tienes que seguir una de las reglas más importantes kecia, nunca te confíes, prueba que el enemigo este desarmado y realmente muerto. Kecia siguió defendiéndose y Sean logro quitarle la espada.

-Entendido.-Dijo Kecia con una sonrisa y con la respiración cansada. Ya no sentían tanto frio debido a que habían estado practicando bastante tiempo.

-Bien, este chico está listo, me desarmo tres veces seguida y sigue todas las reglas.-Dijo Glazunov y Wayne se sentó cansado.

-Excelente, ahora a descansar, pronto amanecerá.-Dijo Sean, y todos se acostaron a dormir por unas cuantas horas.

 

                                        ***

Sakara había mandado a llamar a Gad, el Skies, su nuevo consejero, estaba sentada en el gran trono, y a su lado, durmiendo estaba su espíritu.

-Majestad.-Dijo Arrodillándose.

-Gad, Margot me traiciono, está en los calabozos.

-Sí, majestad, he oído sobre ello, a los guardias de este castillo les gusta murmurar.

-he decidido matarla.

Gad se vio sorprendido.

-Pero…majestad, es su hija.

-Me desobedeció y no estuvo de acuerdo con mis ideas, me traiciono. ¿Sabes lo que hago con los que me llevan la contraria?

Gad supo que era una amenaza.

-Yo estoy de acuerdo con usted majestad, es solo que, me sorprendí, y ¿cuál será su forma de muerte?

-Su sentencia es morir lentamente, de hambre y de sed, no saldrá de su calabozo y torturaremos a su gronger, que se muera sobre su propia suciedad. No quiero que nadie le lleve nada! ¿Entiende?

-Si majestad, ¿eso es todo?

-No te llame solo para eso-Dijo Sakara y levanto su vista hacia los guardias.- Tráiganlos!

Los guardias trajeron a dos hombres encadenados junto a una chica también encadenada.

-Estos aldeanos se rehusaron a pagar por sus pertenencias, además son acusados de estar armando rebeliones en mi contra y apoyar a la absurda leyenda sobre los Cryptids, su sentencia es la muerte, morirán quemados.

-Por favor majestad, no es que quisiéramos no pagarle, es que no tenemos con que, tengo una familia majestad, piedad.

-Pídele piedad a tu leyenda falsa.

-es solo el cuento que le leo a mis hijos, es el único libro que tenemos, no tenía más, majestad, por favor..-Suplicaba el hombre más viejo.

-Me gusta que me suplique, pero debo admitir que me cansa al mismo tiempo.-Dijo Sakara.

-Majestad míreme por favor, soy el hijo del carnicero, los animales están adelgazando debido a la falta de comida, la poca carne que producimos se la damos a los más necesitados, nadie tiene con qué pagarnos, y yo nunca he hablado acerca de los cryptids, eso es mentira.

-Deja de mentir, hijo del carnicero.

-No miento, mi padre está enfermo, no tiene a nadie más.- El joven de cabello rubio y rostro sucio se arrodillo ante la reina llorando, pero esta se levantó y miro a la chica de cabello castaño y de ojos claros.

-¿Qué hay de ti? ¿No me suplicaras?

-Soy una ramera, lo hago por llevarle un pedazo de pan a mis dos hermanos, son pequeños y nuestra madre murió debido a una peste. No le voy a suplicar porque no quiero que mis hermanos sepan que antes de morir le suplique a una estúpida reina.

-Tienes valor.-Dijo Sakara con una sonrisa.

-Usted  también debería de tenerlo, el valor de ir a las aldeas, y ver como se camina por encima del estiércol y como niños comen de él, debido al hambre que usted nos ha traído.



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En el texto hay: aventura, amor, magia

Editado: 02.01.2020

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