Kecia Y El Dragón Blanco

27. KECIA LA AMOROSA.

Era un castillo hermoso, parecía que el calor se había esfumado un poco, era el punto más alto de la pequeña ciudad  que había en medio de un desierto,gracias a que era lo mas alto el viento golpeaba más y el calor casi desaparecía. Los llevaron hacía un salón, dentro de este había un trono blanco, parecía hecho de piedra, en el había una mujer de los mismos rasgos de Tashara.

 —Madre, ellos son extranjeros , no se habían reportado.— Dijo Tashara señalandolos.

—Creí que me traerías algo más importante, ¿que hay de la chica muerta?.—Dijo la mujer acomodandose en su, para nada comodo,trono.

Tashara miro al suelo , parecía enojada mientras pensaba algo, estaba dudando.

—Ellos estaban junto al cuerpo de la extranjera, dicen que se llamaba Helena...su herida era de la espada de un cambiaformas.—Dijo colocando sus brazos detras de su espalda.

—No se por qué no podemos reconocer a esas ratas blancas, ordenare que ahora revisen quien entra a la ciudad....¿averiguaste porque la mataron?

—No madre, pero ellos dicen que venían en busca de algo , no quisieron decirme que, pero quizá él o la cambiaformas la mato por lo que ellos buscaban.

Sean estaba en su forma normal, ni siquiera podía permitir que sospecharan que era un cambiaformas por dos simples razones, o lo podían arrestar como sospechoso, o lo atraparían como un esclavo, la segunda opción era más lógica pues a la mayoría no les interesa el crimen de matar a una persona, como lo había dicho Tashara "es una boca menos que alimentar".

—Ustedes, diganme sus nombres y que buscaban.— Ordeno la mujer.

—Señora....-Dijo Wayne pero fue interrumpido.

—Elthe Quiver, Lady y esposa viuda del lord de estas tierras.—Corrigió a Wayne.

—Lady Elthe, venimos de más allá del mar, buscando un objeto especial, un collar de valor sentimental, ella lo tenía.—Dijo Kecia.

—¿Cruzar el mar por un collar? ¿Mataron a la plebeya por un simple collar?.—Dijo Elthe.

—De valor sentimental....y no se porque lo robarían, quizá creyeron que era de valor y lo robaron por comida.—Kecia odiaba mentir y parecía quedarse sin ideas, noto como Elthe la miraba fijamente.

—Di los nombres de tus amigos.

—Wayne Jackson, Glazunov, Sean, y el pequeño Storm.—Kecia los presento a cada uno pensando en que nombre inventarse.

—Y tu nombre.—Dijo y el pulso de Kecia se acelero, ¿Ruth? Alicia, Marie....tantos nombres y no se le ocurrió alguno.

—Mi nombre es....—Pero fue interrumpida por la voz desgastada de una anciana.

—Kecia de los Cryptids, Sabía que vendrías.—La anciana se acerco más y Kecia sorprendida tanto como sus amigos, noto que era una mujer ciega.

—Sabía que había escuchado bien al niño.—Dijo Tashara.—ya vez madre, esta vez te traje algo interesante y además traen comida.

—Son nuestras proviciones, no puede....

—Tranquilo Sean, amigo de Kecia, no vamos a robar su comida, no después de saber que enfrente de mi, esta la chica que quitara a Sakara de mi camino. Bienvenida al reino de las alas rotas, el oeste hambriento.—Dijo Ethel.

—Estaba escrito en el hilo del destino, ahora debes saberlo Kecia....—Continuaba la anciana.

—¿Como lo supo?.—Pregunto Kecia interrumpiendola.

—Mamá Shadow Quiver, sabe cosas, cambio sus ojos hace muchos años, a cambio del conocimiento.—Dijo Ethel.—Mamá shadow, no tienes porque decirle si ella no quiere.

—¿Decirme que?

—Tu futuro, ella me ha advertido de cosas por venir, como el hambre, o las doce llamas de fuego en el cielo.—Dijo Ethel.

—Y se ha cumplido, hoy doce dragones cruzaron nuestro cielo. Se reunen con otros dragones, quieren encontrarte Kecia.—Hablo la anciana.

—Es hora de la cena.—Dijo una mujer con rostro palido y cuerpo tembloroso y demasiado delgado a causa del hambre. Traía dos vacijas con un liquido rojizo y un pedazo de pez, era la sopa de la que les había hablado Tashara, ni siquiera parecía sopa, era más bien agua rojiza con un pedazo de pez dentro, parecía un plato asqueroso, pero cualquiera de allí disfrutaría tomarla.

—Al fin, la comida del día.—Dijo Tashara recibiendo la vacija y agarrando el pez, deborandolo al segundo, en situaciones como esa, ni siquiera los modales importaban.

—Perdonen, no puedo ofrecerles nada de comer, todo esta contado y esta es nuestra única comida del día.—Dijo Ethel sorbeando su vacija, tomando del extraño liquido.



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En el texto hay: aventura, amor, magia

Editado: 02.01.2020

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