El capitán Greyn llega al lugar de la batalla matando a quienes se encuentra por el camino, sin dudas ni remordimientos arrasa todo a su paso, nadie es capaz de detenerlo. Ivy permanece en su cárcel totalmente agotada, él no ha podido conseguir acabar con ella y su esencia sigue viva pero no puede evitar las atrocidades que él está cometiendo, es una espectadora sin voz ni voto.
Maest está al límite de sus fuerzas, la enredadera está destrozada, le faltan trozos por toda la superficie y el grosor va disminuyendo por segundos al irse agotando la magia, el mago verde al ver a Greyn quita la cúpula protectora y éste se coloca junto a él, sin decirse nada los dos extienden sus brazos y de sus dedos salen rayos rojos y verdes, éstos se mezclan entre sí formando una bola enorme bicolor.
- ¿Qué has hecho Ivy?- pregunta la maga mirando horrorizada a Greyn antes de salir disparada por los aires después de que la bola de energía acierte de lleno en la planta.
- Has tardado mucho- son las primeras palabras que le dirige el mago verde a Greyn.
- El K'lisn le había puesto un hechizo de protección, si no, lo hubiera conseguido enseguida.
- ¿Has acabado con su esencia?- le pregunta.
¿Qué será esa esencia? ¿Y porqué tiene que acabar con ella? Ivy pone toda su atención intentando averiguarlo.
- ¿Acaso lo dudas Aram? En el momento que la poseí por completo la destruí- Greyn le contesta molesto.
Así que la esencia es ella, ¿Por qué dice que ha acabado con ella si está en su negro corazón? ¡No lo sabe! Él cree que de verdad ha acabado con Ivy.
Los dos se dirigen en busca de Maest, la encuentran arrastrándose entre los restos de la planta, cuando ella los ve hace un gesto y un pequeño remolino dorado surge de la tierra para llevarla a otro lugar, pero Greyn lanza uno rayo rojo cómo la sangre que hace que el remolino desaparezca. La maga lo intenta otra vez y antes de que pueda terminar de invocar al remolino el capitán lanza unas cadenas de fuego que sujetan su mano, Maest rechina los dientes aguantando el dolor que le producen las quemaduras en su piel, el aire se llena de olor a carne quemada.
- La has matado robacuerpos- levanta la otra mano para atacarle y él le lanza otro rayo que la deja pegada al suelo- Ella te quería- le escupe.
- ¿Cuando van a llegar?- pregunta a Aram ignorando a Maest.
- Estos inferiores son muy combativos, les está costando un poco más de lo previsto llegar- el capitán encoge los hombros.
- ¿No podemos llevarla nosotros? No quiero estar más tiempo aquí, este lugar es muy aburrido, no hay nada interesante que hacer.
— Son las órdenes ¿O te atreverás a desafiar al alto maestre?— le amenaza Greyn, es cómo si quisiera que lo hiciera.
- ¡Atrévete, ven por mí, a ver si puedes acercarte un poco antes de que acabe contigo!- le desafía la maga.
De la mano de Aram sale un látigo hecho de rayos verdosos mientras avanza hacia ella.
- No la mates, hemos estado buscándola durante doscientos años- le dice Greyn, pero no intenta detenerlo.
Aram levanta el látigo y lo deja caer con fuerza sobre ella, la armadura de la maga se derrite en dónde dan los rayos y corroen la piel de Maest, ésta no se mueve ni grita, se queda inmóvil mirando a Greyn fijamente.
- Ivy- la chica se sobresalta al escuchar su nombre, la maga le está hablando a ella mentalmente, sabe que está en Greyn- sé fuerte, sé que estás ahí, te sacaré.
Ella siente o quiere sentir que sus palabras son verdad y podrá liberarla, por lo que ha escuchado ella es el K'lisn y si no lo hace ella, ¿Quién lo hará?
Los demás magos van llegando poco a poco surgiendo de la nada, después del quinto Ivy puede saber cuándo van a venir, el aire se enrarece, se oye un zumbido molesto unos segundos y luego tras una explosión de luz, cada una de un color diferente, aparecen, saludan al mago verde poniendo el dedo índice y el anular juntos en la frente y se colocan en círculo alrededor de Maest.
Cuando ya están todos, levantan su mano derecha con la palma hacia arriba al unísono surgiendo de ellas tres tentáculos reptantes de distintas tonalidades según el mago, los de Greyn son rojos cómo el fuego y la sangre, uno se enlaza con el del mago de su derecha, otro con el de la izquierda y uno repta hasta el centro uniéndose con los demás cubriendo a Maest que sigue inerte en el suelo en una red multicolor pulsante, sería un espectáculo muy bello sino fuera porque lo que están haciendo es algo malévolo.
Una suave melodía en un extraño idioma surge a la vez de los magos, a cada palabra uno de los tentáculos brilla intensamente hasta que todos lo hacen a la vez, en ese momento dicen la única palabra que Ivy conoce: K'lisn.
Un torbellino de color se introduce en Maest que abre los ojos a la vez que grita a pleno pulmón, su cuerpo se sacude sin control parece que se va a romper, su pelo de color azul va volviéndose blanco a cada segundo. Y entonces el dolor se apodera de cada célula del etéreo e insustancial cuerpo de Ivy, empieza a brillar intensamente y a lanzar chispas chamuscado las paredes de su prisión, el corazón de Greyn, su corazón, entonces él capitán se lleva la mano al pecho y se dobla casi por la mitad, está sintiendo el dolor de ella.
- ¡No rompas el círculo!- grita enfurecido a Greyn el mago verde.