Todos creían que la vida de alguien como yo, que compartía hasta su último respiro del día en las redes sociales era fácil. Que lo teníamos todo resuelto, que si queríamos algo simplemente teníamos que pedirlo pero no.
No era así. Porque déjenme decirles que ni toda la cantidad de dinero en el mundo, ni las joyas, ni los vestidos más glamorosos, me brindaban estabilidad emocional, algo que me faltaba y de la que me jactaba de tener en ellas.
Si ustedes revisaban mis redes sociales, lo primero que pensarían es que era una chica alegre, con cero carencias. Y no sería su culpa imaginar esto ya que era yo quien había trabajado los últimos años arduamente para construir esta falsa imagen.
Lo cierto es que la gente que aparecía en la mayoría de las imágenes que posteaba no significaban nada para mí, por lo general las conocía en el trabajo o se me acercaban para obtener algo a cambio, la mayoría de las veces interactuaban conmigo,tanto personalmente como virtualmente para beneficiarse con ello, ya sea si eran fotografiados en la calle dando un paseo conmigo, o compartiendo un trago en algún estupido, eso les garantizaría sin dudas una gran suba en sus seguidores y podrían sacarle provecho de eso.
Yo en cambio, no obtenía nada y para ser sincera era la parte que más odiaba de mí trabajo. No obstante eso no era tan malo cuando lo comparaba con las cosas buenas que este me daba; como comentarios que mis "fans" si así se les podía llamar dejaban allí, los que me gustaba leer debido a que en cierta forma sanaban un poco mí alma maltrecha y herida.
Casi todos decían lo mismo, no variaban demasiado.
"Eres hermosa".
"Gracias a ti aprendí a amarme y aceptarme".
"Eres todo lo que está bien".
"Ojalá algún día pueda conseguir tener tu misma autoestima".
"Hoy salí a la calle con un vestido entallado y no me sentí avergonzada de mí cuerpo.
Verdaderamente todo esto era sumamente reconfortante y me daba ánimos para continuar con lo que hacía.Lamentablemente como todo en este universo debía ser blanco o negro también habían personas quienes se encargaban de hacerme saber cuanto le desagradaba yo o mí trabajo, o ambas dos.
"Mira lo mal que te vistes".
"Quien te asesora es tu mayor enemigo".
"No te avergüenza salir así de tu casa?"
"Si fuera tu usaría ropa más suelta para no remarcar ciertas… cosas"
Y así podría encontrar fácilmente 50 más si me ponía a ver uno por uno, probablemente no faltaría alguien que pusiera un emoji de crédito o de ballena, algo que habían hecho con el propósito de herirme.Desafortunadamente no lo conseguirían, había lidiado con comentarios como estos durante años y se podía decir que ya me había acostumbrado a estos, habían contribuido a la formación de mí personalidad y ayudaron a que me fortaleciera.
Aún así hubo uno en particular que me desestabilizó por completo. Este provenía de una foto que había subido hace un par de días, la cual fue sacada por la camarera de este mismo café una mañana en la que se suponia debía reunirme con mis amigas pero que creen… Ninguna de ellas apareció por lo que tuve que, una vez más, fingir y hacerle ese ridículo pedido para luego colgar esa foto en mí Instagram y escribir una patetica frase zen.
"Se ve tan triste y sola. Es como si no tuviese a nadie en este mundo".
Y saben que es lo más triste de todo eso, que esa persona estaba en lo cierto.
No tenía a nadie.
La pantalla se volvió negra y el número de detective privado apareció en ella generando que mí corazón diera un estrepitoso vuelco dentro de mí pecho.
-Hola?
-Señorita Stuart?
-La misma- respondí mientras intentaba controlar mis latidos.
-Queria informarle que he logrado reunir una buena cantidad de información sobre lo que me pidio que investigara. La espero en mi oficina en media hora para que podamos darle un vistazo juntas y discutiremos como quiere que continuemos a partir de esto,si?
-De acuerdo.Estaré alli lo mas pronto posible-le aseguré antes de cortar la llamada.
Al hacerlo y depositar el telefono sobre la mesa, al lado de la taza de café a medio terminar una extraña sensación de paz me embargó, y esta posiblemente tenia que ver con que al fin habia conseguido dar con algo que tanto habia buscado. Esto era importante porque significaba que estaba un paso más de descubrir quien era yo, de donde venia y eso era algo grande porque necesitaba estar al tanto para asi decidir adonde queria ir.
Estaba por conocer mi verdadera identidad. Quien era yo.Quien era la verdadera Rebecca Stuart.
🕵🏼♀️🕵🏼♀️🕵🏼♀️
-Tome asiento y en un minuto estaré con usted- indicó la mujer que tenia frente a mi.
Me tomé el atrevimiento de leer la placa que descansaba en su escritorio. Marlene Wayans. Segun lo que habia leido en la red ella era una de las mejores de la ciudad y fue eso lo que me llevó a optar por sus servicios y no los de otros. Ya lo habia intentado en el pasado sin embargo lo único no habia sido mas que una completa perdida de tiempo y mucho, mucho dinero.
Tan solo esperaba que esta vez fuera distinto porque de no serlo, desistiria de este loco plan y seguiria viviendo como lo habia hasta ahora. Después de todo no podia quejarme, tenia lo que a muchos les faltaba: un buen trabajo, un pequeño,aunque fiel grupo de amigos y una familia fabulosa que me habia aceptado desde el dia uno que puse un pie en su casa y que me habian criado como una de las suyas.
Y uno puede llegar a pensar que hasta en ese sentido habia sido afortunada ya que muchos niños que se encontraban en mi posición no tenian una oportunidad como la que el destino me brindo.Desafortunadamente a medida que crecia, la duda, la incertidumbre y la curiosidad tambien lo hizo en mi como las ganas de saber quienes eran mis padres biologicos, por que me habian abandonado y si se arrepentian de esto.Tenia acaso mas hermanos? O ellos habian terminado igual que yo? Les habrian contado de mi? O me habian borrado por toda la eternidad de su memoria y recuerdos?
Editado: 18.02.2023