La Dama De Winchester

COMPROMISO

He tenido días trajinados, con mi hermano me he pasado viajando en reuniones, llevando ayudas a los más necesitados, me siento feliz que las comunidades me han recibido con los brazos abiertos. Al principio sentí miedo enfrentarme a las tareas como hija de los reyes, pero con los años que llevo de experiencia en relación con la sociedad, pues me he adaptado los más rápido.

 – hemos terminados nuestro compromiso mi princesa – me dice Cristopher.

 – si le sonrío.

- Estoy cansada, deberíamos volver al hotel – le digo

nos dirigimos a los coches donde no esperaban todos los guardaespaldas.

Llegamos al hotel, pedimos la cena recargada a la habitación, decidimos quedarnos en una, ya que no quería quedarme sola.

 Cristopher se acerca tomándome por la espalda y me da un beso en el cuello, me exalté al sentirlo apartándome bruscamente, me dirigí al baño llevando conmigo mi pijama, me encerré por una hora en la tina, necesitaba relajarme, estaba agotadísima por el día de trabajo.

En mi mente rondaba el juramento que debía cumplir -  casarme. Sentía miedo que mis padres se enteraran de lo que paso entre Cristopher y yo.

 Eso puede carearnos graves problemas, hasta llegar a un compromiso entre nosotros, que apropósito en el reino no lo ven mal, que entre hermanos haya una boda siempre existan los sentimientos, pero ahí vamos la única persona en mi corazón, ya no podía corresponderme. Esto me tenía fuera de mi orbita. 

Después de un largo baño, salí y ahí estaba mi adorado hermano tomándose una copa de vino. Se gira para observarme – me sonríe

 

- ¿Qué piensas? Le pregunto.

Se levanta del sillón acercándose a mí, me abraza y deposita un beso en mi mejilla.

 - Estas hermosa mi princesa.

 Dice con toda la tranquilidad, no podía negar que mi hermano era muy atractivo, con ese porte de hombre, que las mujeres babeaban verlo en las portadas de revistas.

 Que acabe de recibir una llamada de mi madre y…. no están solicitando mañana a primera hora.

 – ¿Qué? ¿paso algo? 

- no se – no quiso decirme, que era un asunto para dialogar en persona.

Me soltó y se fue desvistiendo ya que lo hacia delante de mi sin importar mi presencia, buscaba llamar mi atención, pero yo no lo miraba.

Estábamos a bordo del jet, íbamos directa casa, llegamos estaba cansada el trabajo duro de esta semana.

 

- ¡hola madre!

 Me acerqué a saludar mis padres, pero por sus caras, sentí que había pasado algo grave. – y mi mama me saludo, pero también estaba preocupada

– hola familia – salud Cristopher haciendo una reverencia.

 

- Qué bueno que ya estén acá – dijo mi padre – nos reunimos en el salón de té.

 

- ¿Qué pasa padre? Los tres no miraban y no sabían que decir

 – Cristofer y Franzy, ayer nos enteramos de algo que la verdad no nos esperábamos,

 - yo conocía los sentimientos de Cristopher hacia ti, Franzy –  dijo la reina

- pero no pensé que lo de ustedes había llegado muy lejos.

 

Cristofer y yo nos miramos sorprendido de lo que nos decían. - agache la mirada de la vergüenza que sentía, no sabía qué hacer, esto que había pasado entre mi hermano y yo no era culpa de los dos, nunca se nos pasó por la mente que éramos familia

 

- Yo sé que eres una mujer con tres hijos, pero las reglas hay que cumplirse y por tales motivos ustedes dos se comprometerán al matrimonio – alcé la mirada bruscamente

- ¿Qué?

 – como oye hija, hicisteis el juramento ante las escrituras bíblicas y debes cumplirá

yo sentí que mis lágrimas iban a explotar. Me levante haciendo una reverencia y, me dirigí a mi habitación. Necesitaba desahogarme, no me dolía que me casara con él, lo que me molestaba es que era con mi hermano, que a pesar de lo que paso entre nosotros no lo amaba como hombre, por que seguía entregada en mente a Gustavo.

No me iba sentir bien correspondiéndole a Cristopher después de enterarme lo que era para mí. Llore un largo tiempo hasta desahogarme. No supe en que momento me quedé dormida. 

 

Sentí que tocaron la puerta

 – pase

 – era mi mamá – me miraba con tristeza

- ¿cómo te sientes mi niña?

la abrace con fuerza

 – estoy que me muero madre

 – lo siento mi amor, por todo esto. Los errores hay que remediarlos y ustedes ni saber los orígenes, no tienen culpa de esto, pero… aquí al parecer la vida es distinta,

 – lo se mamá –si hubiese sido adivina esto no hubiera pasado entre él y yo. – pero no lo soy….




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