Después de alistarme…. una de la mucama me peino, ya que esa era la regla de mi madre; siempre tenía que estar vestida como una princesa. Baje la escalera y ahí estaban mis padres, ambos me observaban, llegue hasta ellos.
- Como estas de hermosa me dice mi padre.
Abrazándome y depositándome un beso en la frente.
– estas listas – pregunto Cristofer que venía entrando con su elegante traje.
– ¿van a salir? ´pregunto mi madre.
- Si madre - la princesa necesita pensar las cosas y creo que lo mejor es que la lleve a dar un paseo por la ciudad.
no embarcamos en un auto que lo manejaba el príncipe, pero con la compañía de los guardaespaldas.
Recorrimos muchos lugares, que aún no conocía a pesar del tiempo que llevaba aquí – si… tiempo, por que han pasado un año desde que hago parte de la familia de la realeza.
Ahora mis hijos tenían muchas amistades de otro reino, recibían sus clases personalizada en el mismo palacio, además que estaban recibiendo las clases de protocolo, los estaban preparando para ser unos futuros reyes. Ellos disfrutaban los paseos que los reyes le regalaban, en este año han conocido muchos lugares maravillosos.
Depuse de un largo paseo, buscamos un restaurante para comer algo ligero ya que en casa nos esperaban en la cena.
Estacionamos y uno de los guardaespaldas me abrió la puesta estirando una de su mano – Cristofer se dio la vuelta y me tomo de su brazo para llegar al del sitio. Éramos observado por miles de personas en la calle y en el gran salón nos tomaban fotos y ya era de imaginarse a donde irían.
Si…. a las revistas de portada. Era sofocante sentirme corralada, como actriz principal de la novela.
Mi silla fue retirada por mi príncipe – pues si – mi príncipe, porque ahora en adelante lo tenía que ver así. – qué vida tan complicada la mía- hijas de reyes. Y casada con un príncipe – pero no cualquier príncipe, si no el Príncipe Cristofer Morastary mi hermano. – esto si era de locos. Pero esta era naturaleza de nuestro reino.
- ¿Cómo te has sentido?
– bien le contesto. Me tomo de la mano
– te amo. MI Dama de Winchester.
- ¿Cuándo será la boda? – le pregunte
– no sé, hay que hablarlo con nuestros padres, que son los que se encargaran de todo – le sonreí, a aunque por dentro sentía que esto no lo quería hacer.
Llegamos al palacio, nos esperaban para la cena
– hola hijos míos, como les fue - nos dijo la reina acariciando mi rostro.
- Bien madre –– le sonreí, ya me sentía como un mimo sonriendo fingidamente.
– debemos sentarnos hablar para los preparativos de la boda. La fecha estará para entre cinco meses.
Mi corazón daba un salto de canguro subía y bajaba, yo diría que para un próximo infarto de muerte
– ¿tan rápido…? – pregunte.
– sí, respondió mi padre.
– gire a mirar Cristopher y solo agacho a mirar sus pies.
Sé que estaba feliz ya que me amaba como mujer, mientras yo como hermano o amigo. Después de cenar subí a mi alcoba quería una ducha caliente, estábamos entrando a épocas de fríos.
Cerrando la puerta con seguro, me desvestí quedando como Dios me trajo al mundo, llené la tina con espuma y me sumergí, hasta que me quedé dormida. Salte cuando escuche que tocaban la puerta “hay Dios” me quede dormida.
Me hice que no había escuchado y dejaron de tocar. Me enjuagué la espuma y me puse una bata de seda. Llame a la cocina por el citofono para que una de las mucamas me regalara un vaso de leche, quería ir yo misma pero mi madre me lo tenía prohibido, que para eso estaban ellas para atendernos, no estaba de acuerdo, porque no me gustaba aprovecharme de ellas, personas reglas este palacio.
Tocan la puerta
– pase….
– princesa le traigo su leche – me dice haciendo una reverencia
Lola te he dicho que mientras estemos sola no seas tan formal.
– lo siento, es que no me acostumbro y me da cosa que se me olvide y lo haga delante de los reyes.
- Ok no pasa nada - te entiendo.
tome la leche mientras habla con ella que me contaba de su vida y su familia – me gustaba dialogar con ellos, eso sí lo hacía a escondida de los reyes, para que nos los regañara se los tenían prohibido.
Saltamos cuando vimos la figura que nos observaba todo divertido.
– ¿no me invitan a la reunión?
– sshh – le digo.
- ¿Qué…?
- No hables duro para que no nos escuchen.
Se carca a mí me abraza por los hombros
– deja de ser dramática.
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Editado: 21.09.2021