La desgraciada semana que me enamoré de ti

Capítulo 3

Once de la mañana. Estoy muerta de sueño.

Me dormí alrededor de las tres de la madrugada, luego de que los invitados acabaron de irse y pude ayudar a ordenar todo para que, justo ahora, solo tuviese que despertar y hacer absolutamente nada más que comer y ver alguna serie en la comodidad de mi habitación. Estoy envuelta en mis sabanas, sentada con unas tres almohadas amortiguando mi espalda, mirando la pantalla sobre mi cómoda y con un plato de tostadas con aguacate. Esto no podría ser mejor.

—Buenos días —dice Jessica entrando sin tocar la puerta. Tiene puesta una bata de algodón rosa, bastante infantil. Es su favorita desde hace años. Tiene en su mano un plato con pan relleno de huevo revuelto y una manzana—. Vengo a invadir tu morada para desayunar contigo.

Le hago espacio en la cama y ella se sienta a mi lado, arropándose también. Solemos hacer esto de vez en cuando, y ahora que son vacaciones y es fin de semana era casi predecible que se pasaría por acá. Con su sola presencia sé que nos toca ver esa serie dramática que es tan mala que es buena.

En el capítulo que vemos, la protagonista sospecha estar embarazada del hermano de su esposo, y este está amenazando con decirle a todos si no se divorcia y se casa con él.

—Entonces... ¿Semana en Liauna? ¿Cuánto les costó eso? —pregunto, dado que ayer no tuvimos mucho chance de charlar sobre la gran sorpresa que nos dieron.

—El mejor amigo de Harry es copropietario del resort, él nos ofreció descontar la mitad del precio total a modo de regalo —me cuenta ella, mordiendo su pan. Continúa, todavía masticando—. El resto lo comenzamos a ahorrar desde la fiesta de compromiso. Solo faltan que todos confirmen su asistencia para pagar el total. ¿Estás emocionada? —pregunta sonriente.

—Sí, digo, es Liauna, ¿quién no se emocionaría? —pregunto, bebiendo algo del jugo que dejé en mi mesa de noche—. No es como que la idea de compartir el viaje con unos cuantos desconocidos mayores que yo sea la más grandiosa, pero todo lo demás me tiene expectante —me encojo de hombros.

Oh, Mario Hugo descubrió el embarazo, lo que no sabe es que no es su bebé.

—Bueno, no todos son mayores que tú, ¿no? —dice con una doble intención. Al ver mi indiferencia ante su comentario, prosigue—. Vamos, no te hagas la que no sabe de qué hablo. Ayer te vi un par de veces con Jarek —da otro mordisco a su pan—. ¿Te cayó bien? ¿De qué hablaron?

Se ve demasiado interesada, más de lo que debería. No tiene solo una simple e inocente curiosidad, algo hay detrás.

—Bueno, es algo egocéntrico, molesto y me llamó fea —resumo, mirándola.

—Pero es guapo, ¿no crees? —levanta las cejas un par de veces. ¿No escuchaste lo que acabo de decir?

—Es tu cuñado, ¿serás una Antonia Villalobos? —pregunto, refiriéndome a la embarazada protagonista de la serie.

—Qué asco, Cami —me golpea el brazo—. Y no me has respondido —insiste.

—Sí lo hice —no pretendo darle lo que quiere—. Y agrego a la lista el hecho de que fue lo suficientemente ridículo como para robar mi número de teléfono dos minutos después de haberse negado a decírmelo en persona —me termino mi última tostada.

—Uh, ¿qué te escribió? —se acomoda más cerca de mí.

—''Mi nombre es Jarek''. ¿Siempre se hace el deseado e interesante?

—No, suele simplemente ser bastante bromista y creído, aunque se nota a leguas que no lo es en serio.

Sí, así como se nota a leguas que se hace el deseado e interesante. Una cosa es agrandarse, otra distinta es ponerme en la posición de que me atrae con solo haber charlado de forma bastante defensiva un par de veces.

—¿Estás tratando de emparejarme con él? —voy al grano.

—No —niega—. No del todo —admite. La miro con una obvia expresión de ''¿en serio? Por amor a Dios, ¿en serio?''—. Cami, desde que lo conocí no se me ha salido de la cabeza que sería perfecto para ti.

—¿Y eso por qué? —mi rostro no podría ser más pesado.

—Ambos son solitarios, responden a todo con frases raras y sarcásticas, no les agradan la mayoría de las personas, tienen esa cara de odio hacia la vida la mayor parte del tiempo... ¿me vas a decir que en serio no te parece atractivo? —insiste.

Puedo: A) evadir la pregunta, B) cambiar de tema a algo que no tenga nada que ver con Jarek, y C) admitir que sí es bastante guapo, aclarando que eso no significa nada además de una mirada objetiva a su suerte genética.

—¿Qué tiene que sea atractivo? Eso no significa que me interese —opción C, siempre la correcta si lo que quieres es no verte sospechosa—. ¿Por qué te interesa tanto? No necesito que me emparejes con gente que apenas conozco.

—Es que... —ha dejado su plato en la mesa de noche y observa la manzana que tiene en su mano—. Detesto verte sola todo el tiempo.

Bueno, tampoco es que pueda culparla.

Desde niña he sido así: reservada, sincera, poco emocionable y nada interesada por encajar. Nunca me preocupó tener pocas personas a mi alrededor, y a medida que crecía eso no iba cambiando. ''Amigos'' venían, y así mismo se iban, sin pena ni gloria. A veces me divertía con ellos, un par de veces llegué a pasar momentos grandiosos, pero en el fondo sabía que no duraría, y como tenía razón, cada vez me esfuerzo menos por buscar amistades. Tengo a Jessica, a mi madre, hasta podrían incluir recientemente al siempre agradable Eddy, quien se ha esforzado por caerme bien. No me hace falta mucho más.

Este último año me la pasé con un par de chicas que me hicieron pasar buenos momentos, pero al finalizar la escuela todo se desvaneció, como si no hubiese existido. Hablo de vez en cuando con ellas, así como con cualquiera que me escriba por mis redes sociales; sinceramente, si no lo hiciesen, me daría lo mismo.

Y, claro, si mis amistades han sido casi nulas, mi vida amorosa carece de existencia.

Nunca he tenido novio, ni me he enamorado de nadie. Sí, me han parecido atractivos varios chicos, la cosa es que o nunca les hablaba, o al hablarles me daba cuenta de que no me interesaban en lo absoluto. Varias veces se me declararon, y yo los rechazaba con toda la empatía que podía tener en un momento así.



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En el texto hay: vacaciones, amor odio, amor de verano

Editado: 12.07.2020

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