La Dinastía (libro 11. Vannya)

Cap. 42. Rareza

 

Mientras los grupos de búsqueda trabajaban, Istvan tenía que ocuparse no solo de estar al corriente de eso, sino de todo lo demás que estaba pendiente.

La investigación con relación a Najac había quedado en suspenso por razones obvias, y de momento quedaría así debido a la emergencia. Después de escuchar las declaraciones de todos los que estuvieron presentes en el reciente ataque, Istvan tendría que ocuparse de un asunto que podía ser igual de serio.

Dentro del informe preliminar que había rendido Yves, Giorgio, y aunque no parecía, o no querían creer que estuviese implicado, había estado presente y no en los mejores términos. Así que mientras Yves dirigía la operación de búsqueda, Istvan se ocuparía primero que nada de Giorgio. Una vez que fue atendido, y siendo que estaba en unas condiciones similares a las de casi todos, es decir, con muchas heridas de bala, pero nada más, y aquello era relativamente fácil de resolver, había decidido que Giorgio fuese dejado en el área de los nyas mientras se recuperaba por completo, y si había decidido colocarlo allí, era porque aquella era el área que ofrecía mayor seguridad debido a la constante presencia de levramzyks.

Sin embargo, esa madrugada y una vez que ya todos habían sido debidamente atendidos, primero tuvo que hablar con los Savaresce, pues Giorgio habría podido salir al igual que Amaranta, ya que, si ella había sido dada de alta, a él también habría podido permitírsele salir.

  • ¿Qué sucede ahora, Korsacov? – preguntó Avitzedek cuando él se acercó
  • Primero, quería decirte que lamento lo sucedido
  • Eso ya lo habías dicho y no necesito tu…
  • Padre – lo interrumpió Gianfranco
  • Avitzedek, si bien la señorita Savaresce puede marcharse, no es el caso de Giorgio

Avitzedek compuso expresión de disgusto, pero no por lo que habrían podido imaginar, y la de Gianfranco era mucho peor.

  • Dime por favor que no está implicado también en esto – pidió Gianfranco
  • ¿También? – preguntó Istvan
  • Por favor, Korsacov, no somos estúpidos y sabemos que Giorgio no ha dejado de ir por ahí vociferando insensateces con relación al Rybik
  • Lo sabemos, pero eso en sí mismo no lo hace culpable de nada. Sin embargo, en esta ocasión, y aunque no sabemos si está implicado en lo sucedido, a pesar de que en primera instancia no lo parece, pues esto es obra de los ikedevs…
  • ¿Cómo? – lo interrumpió Avitzedek
  • Tú, al igual que todos los devrigs de la tierra, recibiste la notificación de que hay un grupo persiguiéndonos, y siendo que quienes atacaron fueron ikedevs, estamos casi seguros de que fue el mencionado grupo
  • ¿Y cómo es que unos simples…?
  • Padre, por favor – lo detuvo de nuevo Gianfranco, que aparte de preocupado por su hermana, por Gino y por Fadhila, ahora estaba, además, furioso si Giorgio tenía algo que ver y fue lo que preguntó – ¿Piensan que Giorgio puede estar involucrado con ellos? – y a Istvan no se le escapó la expresión de horror del padre
  • Soy el primero en reconocer que Giorgio está loco, pero no sería capaz de traicionar a su propia raza – protestó
  • Capaz es, papá, que no nos guste es otra cosa – dijo Gianfranco y luego miró de nuevo a Istvan – ¿Korsacov?
  • Es una posibilidad, pero me inclino a estar de acuerdo con tu padre. Sin embargo, de lo que sí estamos seguros, es de que intentó atacar a Janos
  • Si Dvòrak lo atacó a él…

No era que Avitzedek estuviese contento con el comportamiento general de Giorgio, y en realidad ni siquiera lo había visto desde que abandonó Zatvor, pero, primero seguía siendo su hijo, y segundo, la antipatía era algo que difícilmente fuese a cambiar, al menos con relación a Janos, pues él había sido testigo de cómo Janos había destrozado con sus propias manos y sin ninguna misericordia a sus parientes.

  • Inicialmente no, pero lo intentó cuando lo escuchó insultar a tu hija

Gianfranco tuvo un instante de pánico que fue claramente percibido por Istvan, aunque no tenía idea de la razón para el mismo, mientras que Gianfranco estaba rogando a los dioses que ni su padre se pusiese a preguntar por qué, ni Istvan dijese, por ejemplo, que Janos y Amaranta sostenían una amistad, algo que a Avitzedek iba a parecerle una monstruosidad. No obstante, Istvan decidió ignorar la alteración de Gianfranco y continuó con lo que ya sabían.

  • Los levjaners se lo impidieron, pero cuando se inició el ataque, fue cuando Giorgio intentó atacar a Janos por la espalda, y uno de nuestros levjaners fue el que resultó herido al impedírselo. De manera que, lógicamente tendrá que pagar por lo que hizo y por lo que intentó hacer

Gianfranco en verdad agradeció que su padre siguiese sin soportar a nadie que llevase aquel uniforme, pues no hizo más preguntas con respecto a Giorgio, y solo preguntó si ya podía llevarse a su hija.

Lo anterior había sucedido en la madrugada del ataque, pero Istvan no tendría ocasión de interrogar a Giorgio, porque después de hablar con los Savaresce, había ido a Levzheir atendiendo al llamado de Darko, y el motivo era informarle acerca del primer intento de comunicación de Edin. No obstante, al amanecer y cuando escuchaba los planes de cómo se efectuaría la investigación, recibiría un aviso que lo haría correr al Haigala, aunque no solo a él.




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