La Elección

Capitulo 31

- Arruinas todo pequeña- Comentó frustrado mientras pasaba su mano.

Elizabeth solo observaba sus movimientos y no entendía, sin duda era un tic que lo hace único, aunque no sabía ella que realmente sentía acordarse de cómo había actuado en la coronación algo muy al fondo de su corazón está oprimido, ¿Cómo podía hablar de una manera tan inocente?.

- ¿Cómo puedes hablar de esta manera?-Comentó Elizabeth entre dientes ante tal atrevimiento.

-¿A qué te refieres con hablar de esa manera?-Exclamó extrañado por tal pregunta.

- ¿Tengo que recordarte lo que acabas de hacer?-Comente apunto de explotar.

-Ah sobre eso- Espetó cómo sin nada.

-¿No pedirás disculpas? - Comenté enojada.

-¿Por qué debería? Sabes que no soy un Hombre que hace eso, tal vez antes lo hacía por ser el Heredero de sur por mi padre, pero sabemos que eso es pasado, Ahora cómo Rey no dejaré que nadie me pisotee y tú no serás la excepción Elizabeth.

- Ya no soy la prometida de Harry, Soy la Reina de Ledoux, no una cualquiera que solo gasta las cosas de la corona, Ya cometiste un error, pero soy misericordiosa con personas como tú, escucha Henry si estás conmigo está perfecto eres una pieza valiosa, pero si quieres ser mi enemigo bueno eso no saldrá bien -Espetó ella mientras llegaba más cerca de él.

Elizabeth levantó la mirada por lo alto que era, sus tacones se pararon de puntas llegando a su mi objetivo estar al lado de su oreja- Dar placer a los Reyes como tu, no es la única cosa que las mujeres sabemos hacer, el día que me tengas en tus manos, será porque yo decido ponerme ahí, no por qué me tengas, pero para eso será un muy lejano futuro.

-¿Pieza?- Comento con algo de desagrado en su rostro, su mirada penetrante la observaba lentamente, un paso bastó para que estuviera a milímetros de mi, su aroma tan varonil que la hacía poner nerviosa,

¨¿Por dios Elizabeth en qué estás pensando?¨

Su mente jugaba con ella que le quitará tales pensamientos de su cabeza pero su cuerpo no reaccionaba, tenía que quitarse ante tal cercanía pero, ¿Por qué mis piernas no reaccionan?.

-¿Qué intentas hacer?- Comentó ella con voz que sonará fría pero en vez de eso sus palabras se entrecortan y como si no fuera suficiente sus mejillas rojas la delataban.

-¿Yo?- Comento a centímetros de sus labios.

Elizabeth no quería alejarse, tenerlo cerca era algo tan jodidamente perfecto para ella, ante la gran diferencia de Harry él olía a peligro a un corazón roto y mis emociones tiradas a la basura, un trauma que se aproximaba y tenía el poder de quitarme de encima, de evitar un desastre, pero era la adrenalina que Elizabeth siempre estaba esperando.

-¿Puedo besarte?, Mi reina- Preguntó con un suspiro mientras Elizabeth sentía su aliento.

- Eres la persona más descarada y frustrante que he conocido.- Espetó mientras sus pupilas se dilataban una y otra vez al encontrarse con aquella mirada tan penetrante, él tenía oscuridad y a mí me encantaban las tinieblas.

- Y tu eres la una mujer que he deseado de tal manera que haría lo que sea por ella, incluso ser una pieza, como ya había mencionado , Mi reina- Su mano se deslizaba con delicadeza para agarrar con brusquedad y acercar su cintura a su gran abdomen.

-¿A cuántas mujeres?- comentó entre suspiros.

- ¿A cuántas mujeres que?-Alzó una ceja.

- Se lo haz dicho.

- si te hace sentir mejor solo se lo he dicho a una Reina.- Comente con una sonrisa, mientras Elizabeth lo empujaba lo más lejos de ella.- vale tranquila pequeña solo bromeaba, arruine el momento.

- No me digas pequeña- Comente enojada por aquel comentario- No somos tan cercanos.

-¿Cercanos?- Espeto con una sonrisa de lado-¿ Tengo que recordarte dónde estabas hace unos segundos?, En mis brazos o dirás que tú elegiste estarlo.

- Eres un idiota- Comento ella mientras lo dejaba hablar a espaldas de ella.

- ignórame no cambia nada, Elizabeth.- Comentó frustrado atrás mío mientras recorríamos los pasillos.

-¿Enserio? Y qué me dices de tu cara - Exclamó con ironía.

A lo lejos las puertas abiertas se observaban y aquellas personas hablando en la entrada, Elizabeth se acercó para llegar a ellas, Henry tomó su cintura y la abrazó con fuerza, recargo su cabeza en su hombro, Elizabeth se encontraba algo angustiada por la cercanía de la multitud.

- Tranquila , no te escucharán si no haces ruido, solo escúchame - Exclamó él con voz gruesa.

- Suéltame, Henry-Comento Elizabeth en un pequeño susurro.

-¿Lo amas?- Cuestiono serio.

- No- Comento Elizabeth con seguridad.

- Entonces no vayas con él.

- Soy su Reina, tengo que ir.

- No digas eso- Comentó mientras le daba vuelta - Jamás menciones que eres su Reina, tu no eres nada de él.

- Henry Suéltame, no olvides tu lugar, este es mi Reino, puedo atacarte en este preciso momento si lo deseo.

-¿ Crees que te tengo miedo?- Comentó enojado - Tú deberías cuidarte de mi, deja de pensar que hay una parte buena en mi, por qué no lo hay solo encontrarás oscuridad, Eres hermosa Elizabeth pero eso no quita que pueda lastimarte a ti o a gente inocente tengo genes de mi padre, yo no soy igual a el soy peor.

- Jamás mire luz en ti...todo de ti es un misterio, un misterio que no vale la pena descubrir, por qué se lo que había ahí antes de mencionarlo, no te lo pediré de nuevo Henry, Suéltame.

- Suéltala Henry- Comentó Harry detrás de nosotros, Su voz era diferente Elizabeth jamás lo había escuchado alguna vez en ese tono.

-¿Qué te hace pensar que te haré caso?- Comentó con ironía apretando más la cintura de Elizabeth.

- No me gusta repetir lo que digo, Henry- Comentó amenazante, Elizabeth ni siquiera podía verlo, que expresión podría tener en este momento solo podía sentir la tensión y lo caliente del cuerpo de Henry, Después de un suspiro largo el la soltó lentamente para ponerme atrás.




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