La Elegida (en Edición)

Capitulo 22

No se cuanto tiempo llevábamos dentro del auto, pero ya comenzaba a desesperarme y creo que Mercy estaba dándose cuenta.

Me removi en el asiento incómoda, sentía mis piernas dormidas, necesitaba salir de esta pequeño lugar lo más pronto posible.

Sabía que no resestiria ni un segundo más aquí dentro.

Me conocía, y sabia que era una persona la cual no le gustaba estar mucho tiempo en un lugar y más aun en un auto o un lugar pequeño.

No es que tuviera nervios, si no que me sentía incomoda.

-Ya casi llegamos- resoplo mirandome por el rabillo del ojo.

Gruñí enfadada.

Minutos más parte observé que nos encontrabamos entrando dentro de una gran montaña, lo cual me pareció extraño pero opté por quedarme callada.

Ya habría tiempo de hacer preguntas, o eso creía.

Dentro de este lugar se encontraba todo oscuro, exceptuando pequeñas luces que se podían apreciar a gran profundidad.

Luego de unos segundos entramos a un lugar del otro lado de la montaña, estaba rodeado de campo, lleno de flores de muchos colores.

Blancas, rojas, azules, una gran variedad, todo era precioso.

Sinceramente valia la pena tanto tiempo de viaje para estar en este lugar.

A los lejos pude observar una gran casa de madera, frente a esta se encontraba un camino de piedras, y a su alrededor pequeñas flores adornandola.

Todo era maravilloso, mis ojos no podían despegarse de ningun rincon del lugar.

Todo era inmenso de grande. Era perfecto.

El auto se detuvo al llegar frente a la casa, en esta pude observar que estaba echa de madera rústica, dandole un toque moderno y a la vez antiguo, cualquier persona que la viera quedaria maravillada con tanta belleza.

-¿Qué hacemos aquí?- pregunte al bajarme del auto.

-Aquí te enseñaré a controlarte- respondió dirigiéndose hacia la puerta.

-¿Qué?- pregunté desconcertada.

-Ya lo sabras- respondió abriendome paso para entrar dentro de la hermosa casa.

Mis pasos se dirigieron tímidamente hacia el interior de esta, pero a medida que me adentraba hacía esta cogía más confianza en mis pasos.

Si por fuera era hermoso, por dentro era maravilloso, absolutamente todo estaba perfectamente colocado, cuadro, muebles, porta retratos, todo estaba en su lugar, las paredes eran de rocas, rocas brillosas, nada por dentro era de madera, solamente de piedra, el techo estaba diseñado con diferentes tipos de piedras, columnas de piedras, una chimenea de piedra.

Parecía que la persona que la había construido tenía una leve obsecion con las piedras incluso rocas.

Pero debo admitir que tenía un gran sentido de decoración.

Mis pasos se dirigían sin mi conocimiento hacía grandes salas incluso habitaciones realmente hermosas, me encontraba maravillada con absolutamente todo.

Podía percibir unos pasos tras de mí, pero no le di importancia.

Una pequeña sala llamo mi atención rápidamente, en esta se encontraba un gran piano. Mis pasos rápidamente se dirigieron hacia el.

Siempre me habían gustado los instrumentos y mucho más el piano, desde pequeña me había encantado tocar el piano.

Mis manos se deslizaron agilmente sobre las teclas de este, no me había percatado que me encontraba tocando la canción que trarareaba en la ducha.

Mi voz se intercalaba entre la melodía, formando un sonido perfecto, las notas eran tristes pero suaves a la misma vez.

Mis ojos se encontraban cerrados disfrutando de la canción.

Si algún día todo vuelve a caer, prometo estar contigo en tus sueños.

Mi voz se elevó levemente, entonando en cada palabra.

No me dejes, no no no.
Por más difícil que todo sea, por favor recuerda que muy profundo dentro de mi te recordaré.

Mis dedos se movian sin parar mientras mis ojos se cerraban aún más fuertes.

Recuerda esta melodía cuando deje de recordarte, esta será mí señal hacía ti.

Solo recuerda por favor.

Terminé soltando un suspiró.

Me sorprendió que supiera tocar esta canción, cuando nunca la habia tocado incluso escuchado.

Solamente me encontraba una vez intentando dormir y de la nada comence a tararearla sin pensarlo.

Y desde ese día todas las noches no puedo evitar cantarla.

Abrí mis ojos lentamente, encontrandome con la mirada de Mercy a un lado de mí, esta me miraba atenta, sus ojos expresaban emoción pero había algo más que me confundía, en el fonde de estos podía apreciar miedo o quizas tristeza.

Pero ¿de que? Fue lo primero que pense al verla a los ojos.

-Es una hermosa canción- comentó sonriendo- tocas realmente bien- me alago emocionada.

Sonreí contenta.

-Gracias por el cumplido- acepte - desde pequeña me encantó tocar el piano, es un instrumento que me emociona mucho- admiti.

-Lo expresaste al tocar aquella canción- comentó sonriente- debemos volver a lo que vinimos, sigueme- cambio su expresión rápidamente.

La segui confundida.

Me habia preocupado su cambio de actitud.

¿Como podía cambiar de un rostro sonriente a uno completamente frío y serio?




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