La Elegida (en Edición)

Capitulo 34

Mis pasos eran lentos, me encontraba dentro de una biblioteca, todo era maravilloso.

Miles de libros de diferente forma, color y tamaño, se encontraban ante mis ojos.

Grandes estanterías grabadas con madera antigua, y en su interior pequeños pedazos de piedra, dejando una vista maravillosa.

Caminaba al rededor de estas absorta en mis pensamientos.

Cada libró era más antiguo que el anterior, algunos estaban escrito en diferentes idiomas, y otro en dibujos extraños.

Sobre estos cubría una fina capa de polvo, dejando ver su antigüedad.

Uno en especial logro llamar mi atención, este no tenía nada escrito en su portada. 

O eso era lo que creía.

Al avanzar hacía este, pude apreciar un brillo extraño en el. 

Aquel libro me llamaba completamente la atención, no solo por no tener un título sobre tu tapa, sino porque emanaba un aura extraña, poderosa quizás.

Mis pasos se aproximaban cada vez más hacía este, y una vez estuve frente a el, una sensación de calidez me envolvió haciéndome temblar levemente ante esto, sorprendiendome.

Pero mi sorpresa fue más grande, al notar como pequeñas letras aparecían bajo mi tacto.

Suavemente tome el libro entre mis manos, mientras nuevamente comenzaba a pasar mi mano sobre este, el cuero era tan liso, tan delicado.

A simple vista podría pensar que sería un libro nuevo, pero al verlo de cerca se podía apreciar pequeñas grietas en este a causa de su antigüedad, pero a pesar de esto, este se veía increíblemente sano.

Su belleza me había cautivado y me era imposible dejar de admirarlo, lentamente acaricie con mis dedos la tapa de este, y entonces vi de que se trataba el mismo.

"El poder de las brujas, es mucho más poderoso que el de un hechicero".

Entonces entendí el porque este era distinto a los demás libros, este trataba de los poderes de las brujas.

Fruncí el ceño confundida.

¿Porque tenían un libro como este, en este lugar?

Decidida a ver lo que se encontraba dentro de este, lleve mi mano hacía uno de sus laterales para poder abrirlo.

Te están observando. 

Una suave voz me alerto haciendo que frunciera el ceño confundida, girando mi rostro hacía la izquierda como reflejo.

Entonces lo vi.

Un hombre realmente apuesto, sus grandes ojos azules me observaban estupefactos.

Me sorprendí al encontrarme con este, ya que cuando me encontraba en este lugar no había señales de que hubiera otra persona más que sólo mi presencia.

Algo en mi se removió al verlo.

Este al ver lo que lo había encontrado observándome se giró nervioso, mientras dejaba en su lugar un pequeño libro que se encontraba entre sus manos.

Algo en mi interior se removió nuevamente al observar su nerviosismo, haciendo que esto me confundiera aún más.

Estaba por preguntarle como había llegado sin que lo hubiese visto, pero un fuerte mareo me interrumpió.

Y todo volvió a verse negro nuevamente, llevándome hacía la oscuridad.

***

-¡Alice!- sentí como alguien me gritaba mientras me sacudía levemente.

Mis párpados pesaban y me costaba poder abrirlos.

-Princesa- escuché una suave voz proveniente de Mercy- debes despertarte- me movió.

Gruñí en forma de negación, intentando abrir mis ojos.

-¿Qué paso?- pregunté con voz ronca.

-Te desmayaste pequeña- dijo preocupada.

Pequeños flashback hicieron que recordará lo que había ocurrido.

Mis padres...

Entonces recordé aquél sueño que acababa de tener.

Aquél apuesto hombre, el libró, la biblioteca.

-El- susurre llamando su atención- me estaba observando- finalice mirándola.

-¿Quién?- pregunto frunciendo el ceño.

-En el sueño- dije intentándolo sentarme.

***

POV. Alexander Vincent.

-Señor, necesitamos su ayuda- se escucho una tenue voz.

-¿Qué sucede?- pregunté de manera fría.

-Se acerca la gran luna roja, y necesitamos más hombres para luchar- aviso bajando su cabeza.

-¿Cuanto tiempo tenemos?- suspire.

-Menos de un mes- respondió- quizás semanas- admitió con miedo.

-¿¡Porqué me lo dices en este momento!?- pregunte alzando la voz.

Este otro retrocedió atemorizado.

-Lo siento, señor- respondió temblando levemente.

-¡Cállate!- mi voz salió firme- espero que logres arreglarlo- lo mire enfurecido.

-Esta bien- asintió bajando la mirada.

-¡Retírate!- grité exasperado.

Suspire intentando controlar mi ira, teníamos poco tiempo para lograr ganar la guerra que se aproximaba.

Solo esperaba que todo esto acabara pronto.

Cansado salí de mi despacho para dirigirme hacía la gran biblioteca que se encontraba a tan solo unos pasos de aquí.

Aquel era el único lugar en donde podía descansar sin tener que preocuparme por los demás problemas.

Desde niño me fascinaba leer, pasaba la mayor parte de mi tiempo metido en este lugar, hasta que tuve que ocupar el lugar de mi padre en el trono, convirtiéndome así en el príncipe de los licantropos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.