La Elegida (en Edición)

Capitulo 36

POV. Alice Camberleck

Gran parte de mi vida trataba de apaciguar aquél sentimiento tan agrio en mi interior, la soledad.

La soledad es uno de los sentimientos tan fuertes que puede experimentar una persona, nada es más triste que sentirse solo, vacio.

Los sentimientos, las emociones nos hacen débiles, nos controlan, nos hacen pensar e incluso actuar de una manera errónea, llevandote a un sin fin de emociones para luego dejarte caer en la realidad, desechandote.

Siempre creí que los sentimientos son un arma de doble filo, son tan hermosos, pero a su vez tan peligrosos, destructivos, destruyen tus emociones sin dejar rastro de estas, llevándose todo a su paso y dejando un gran vacío en tu interior.

Es por eso que trato de alejarlos de mí, de ignorarlos, no puedo permitir que estos me hagan débil, porque se qué una vez que dejas que éstos te alcancen, te controlarán y no te permitirán que puedas controlarlos, es por eso que una mente fría, minuciosa, es la mejor manera de no caer en tus tentaciones.

Los sentimientos son el peor enemigo para una persona, te aferras tanto a ellos que incluso te llega a doler el alma, te desgarran por dentro dejándote a la deriva, rompiendo en pedazos tu corazón.

-Cuéntame de ti- pedí, observando a Mercy quien se encontraba de espaldas. 

Esta giró mirándome desconcertada por unos segundos, para luego recomponerse rápidamente.

-¿Qué quieres que te cuente?- pregunto de forma interrogante.

La observé por unos segundos.

¿Qué quería saber? Todo, quería saber de ella, nunca tuvimos tiempo para conocernos, ella sabía muchas cosas sobre mí.
Pero en cambió a mí, no sabía absolutamente nada sobre ella, lo cual hacía que mi intriga fuera aumentando.

No sabía como decirle que quería saber absolutamente todo sobre ella, sin que pudiera sentirse incomoda.

No encontraba las palabras suficientes para poder contestarle, podía sentir su mirada analizandome, esperando a que comenzara a hablar.

Pero las palabras se habían quedado atoradas en mi interior, negándose a salir, mi mirada se encontraba posada sobre un punto fijo, desconocido.

-Todo, quiero saber todo de ti- respondí, observandola nuevamente.

Al terminar de salir esas palabras de mis labios, pude observar que algo en sus ojos había cambiado.

Oscuridad.

Eso pude observar en ellos, una enorme oscuridad, repleta de secretos, sentimientos incluso recuerdos.

Pero..¿Qué es eso que oculta?

Es increíble como cada persona puede guardar tanto sufrimiento en su interior, tanta tristeza, tanto dolor.
Como con el tiempo estas se acostumbran a retener todo lo que le hace daño, intentando ser fuerte, y lograndolo.

Cada persona tiene un alma fuerte, pero ¿Qué pasa con ésta al retener todo el sufrimiento?

Solo es cuestión de tiempo para que todo lo que guardes, explote. Queriendo salir, tu mente se encuentra mentalmente cansada, triste, y sabes que no puedes retener todo eso que llevas dentro.

Tu alma se va desgastando, va perdiendo aquella fuerza, todo en ti cambia, conviriendote en una persona vacía.

Entonces sientes que debes liberar todo lo que llevas aguantando durante años, y cuando eso sucede sientes que has liberado un gran peso sobre ti.

-Esta bien- suspiró- te contaré, pero no todo- añadió.

Suspire aliviada, asintiendo.

-¿Recuerdas nuestra conversación sobre Gea?

Asenti, no queriendo interrumpirla.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.