¿la esposa del Ceo mudo?

Capítulo 21: El luto y la promesa

El dolor por la muerte de Luz se sintió como una losa pesada en el corazón de Kiara. La mansión Volkov, que antes había sido su refugio, ahora se sentía como un recordatorio constante de la fragilidad de la vida. A pesar del dolor, Kiara se negó a hundirse en la tristeza. Su amor por Alexander, y el apoyo de su familia, la hacían fuerte.

El día del funeral, el cielo estaba gris y el ambiente era sombrío. Los padres de Kiara, con el corazón roto, se mantenían a su lado. Alexander, que se había convertido en un pilar para ella, se quedó a su lado, sosteniendo su mano y dándole fuerza.

Después del funeral, la familia regresó a la mansión. Los padres de Kiara, abrumados por el dolor, se sentaron en el salón. El silencio era pesado, lleno de lágrimas no derramadas. Kiara se sentó con ellos, y por primera vez, se dio cuenta de lo mucho que los amaba. Se sentía afortunada de tenerlos en su vida.

Esa noche, Alexander la encontró en el taller, trabajando en un robot. Él se sentó a su lado, la miró, y le mostró su teléfono. "¿Estás bien?", decía el mensaje.

Kiara sonrió con tristeza.

—No lo sé. La vida es tan corta, Alexander. Ayer, mi hermana estaba aquí, y hoy... hoy ya no está.

Alexander se acercó a ella y la abrazó. Un abrazo que era una mezcla de consuelo y de amor.

—Sé que el dolor es profundo, pero la vida continúa. Y ahora, tienes que ser fuerte, no solo por ti, sino por mí. Quiero que sepas que estoy aquí para ti.

Kiara se sintió conmovida. La voz de Alexander, su voz interior, era tan fuerte y llena de amor.

—Gracias, Alexander. Te prometo que voy a estar bien. Pero quiero que me prometas una cosa.

—¿Qué? —dijo Alexander, escribiendo.

—Quiero que me prometas que vamos a vivir una vida que valga la pena. Una vida llena de amor, de bondad y de perdón.

Alexander la miró y, con una sonrisa sincera, escribió un nuevo mensaje: "Lo prometo. Ahora, el futuro está en nuestras manos."

Esa noche, Kiara y Alexander se durmieron abrazados. En ese momento, se dieron cuenta de que el dolor no era el final, sino el inicio de una nueva historia. Una historia de amor, de coraje y de una promesa que los uniría para siempre.