Había pasado por tanto, ya tenía casi 27 años, el que me abandonarán a estas alturas dolía, pero siendo honesta conmigo misma pues era libre de irse debido a que yo no podía darle una familia como el tanto deseaba, los exámenes había arrojado que tenía todas mis partes en orden pero que mi cuerpo no producía óvulos normales, por lo que parecían muertos, la doctora no supo explicarme mi condición solo dijo que todo en mí era raro y que debía practicarme más exámenes.
No sería su ratón de laboratorio; eso era más que seguro, deje los exámenes a ese idiota con la intención de ver hasta donde llegaba su amor.... resulta que no era tanto.
El lunes en la mañana estaba parada frente al mismo edificio con la cara limpia, como si nada de lo que pasó el fin de semana me afectara. Había aprendido a dejar ir todo aquello que no era para mí desde hace mucho.
En recepción había un alboroto, unos hombres de traje acaban de entrar en el ascensor privado, otros más; que al parecer, eran guardaespaldas se fueron por el ascensor de empleados.
- dicen que al que madruga Dios le ayuda, pero creo que te madrugaron a ti - allí estaba Winona; venenosa como siempre, ella pensaba que tenía una especie de relación con mi jefe por darme tanto privilegio e incluso tomar decisiones por el siendo solo su asistente personal... si supiera que el viejo regordete ese no le funciona ni el cerebro.
-Winona... te sugiero que vayas desempolvando tu currículum; sea que tomes mi lugar o nos despidan, te aseguro que nunca podrás llenar mis zapatos por más que lo sueñes querida - para una víbora otra víbora más venenosa no hay. Podría ser amable con casi todo el mundo, pero ella odiaba que todos los puestos fuesen cambiantes menos el mío...
- Solo alardeas, quien fue tan estúpido al contratar una estudiante universitaria y de paso becada, fue estúpido-
- ni en tus sueños podrías ganarte una beca Harvard y menos terminar la carrera a pesar de trabajar más de 9 horas diarias... apenas te alcanza el tiempo para maquillarte-
- Yo estudie en Oxford, no anduve nunca pidiendo limosna -
- no, por que existió el sugar que pagó la carrera y el título mientras le abrías las piernas -
- Voy a demandarte por difamación-
- dale, yo aún veo al banco ambulante en las reuniones bimestrales - le guiñe el ojo justo venía el ascensor que me libro de una despeinada innecesaria-
Justo al llegar a la oficina el hombre que se creía mi jefe entraba a la sala de reuniones, el dueño y tres hombres que sin duda se hacían notar donde fuera, parecían basquetbolistas... debieron agacharse en la puerta ¡la puerta mide dos metros y un poco más!...
El viejo regordete salió para decirme que fuera por el carrito de café. Ni siquiera me dio los buenos días y no tenía ganas de recordarle ese pequeño detalle por que andaba sudando como puerco.
Fui a calentar el agua, preparé una jarra colocando todo en su lugar y por alguna razón extraña coloque algunos sobres de té por si no todos querían café.
Caminé hasta la puerta y preparé mi sonrisa de payaso antes de entrar.
- Buenos días Caballeros, ¿les ofrezco algo de tomar?-
- un café dijeron dos de los hombres con trajes mega caros, aparte de oscuros -
- un té si es posible- el que estaba en medio de los dos con un traje distinto, no dejaba de gritar caro por todos lados, pero era claro, no llevaba corbata así que se le podía ver la clavícula ligeramente, además se notaba que hacían ejercicio por que ni el traje podía ocultar eso. Empecé con el café para el anciano canoso y mi jefe pues ya les conocía sus gustos, luego el de los invitados y el té que fue el primero en hacerse pero debía esperar que destilara un poco.
Pero allí estaba la mirada que me atravesaba aquella noche de copas... entonces miré de reojo a la mesa y si el hombre de traje beige me miraba sin apartar la vista, suspiré hondo por qué no quería ser grosera con él.
- ¿Azúcar o miel en su té? - le pregunté al hombre, quien al parecer se vio complacido por ser el primero al que le servía-
Esas eran las reglas, toda vez haya invitados, les sirves a ellos antes que a nosotros- eso era lo que recordaba del viejo regordete -
-Miel- su voz está vez salió más ronca, que no me pude controlar, casi se me sale el corazón al escucharlo ¿no sabe lo sexi que suena?.
Le serví con cuidado, luego a los demás y aunque estaba hablando nunca dejaba de mirarme ...
-Lilian podrías traer la carpeta que se preparó ayer -
- Claro señor, un momento-
En definitiva, estar lejos de esa mirada unos segundos sería lo ideal. Fui hasta mi escritorio, revise que estuviera todo en orden y al entregarla salí de allí tan rápido como me lo permitia el cuerpo. Ese hombre me miraba como si me quisiera desnudar.
Luego de casi tres horas, todos salieron con una sonrisa, queria decir que habían hecho tratos muy buenos.
- Lilian, acompaña a los señores a la salida - el anciano estaba tan sonriente que negarme sería motivo de despedida en estos momentos.
-Claro señor -
Entre al ascensor privado, junto a ellos, los dos hombres de traje oscuro se colocaron en una esquina lejos de mi, pero el otro parecía que abarcaba todo el espacio, aunque me originaba espasmos en el cuerpo difíciles de explicar no iba a comportarme como una puta en estos días.
Justo sonó mi celular .
- Lili, donde estas -
-Williams, ¿acaso no sabes que trabajo? -
- lo siento, quería hablar contigo sobre el departamento-
- si ya te fuiste, no tienes que llamarme, no necesito que vuelvas y no voy a rogarte-
- no es eso, es que el departamento está en mi propiedad y quisiera que lo vendieras para no tenerte allí -
- tu nueva prometida esta dándote ordenes no es así-
- lili, no es así, veras... -
- pagame lo que pague por el y los muebles y asunto arreglado -
- el abogado del edificio se reunirá contigo a las 4, así se hace el papeleo -
- eres un insensible de mierda sabías-
- lo siento pero son las condiciones de mi nueva vida -
- tu no eras dueño del edificio donde vivo¿que jodidos pasa?-
- lo compre ayer -
- Solo para echarme -
- lili, no Quiero problemas, por mi fuera también te despediría pero no hay razón para hacer algo así-
- ja!! Vaya prometido el que tuve, no han pasado ni 48horas desde que me has dejado y has hecho algarabía con tu nueva prometida en los medios, pero yo no existía para nadie... sabes algo Will, eres tan mierda como tu padre -
Colgué la llamada enfadada no sólo con él, sino conmigo misma por fijarme en semejante Sangano.
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Editado: 11.09.2024