Fedro
Hoy no es un dia cualquiera, hoy me ha tocado recibir un nuevo reconocimiento por mi ardua labor en el departamento de inteligencia de Grecia, demostrandoles a los demás elementos el amor a la patria y qué ante todo nuestros compatriotas tengan la paz que merecen.
He sido testigo y participe de varias misiones, desde atender a la esposa del presidente de Eslovaquia en un parto urgente, hasta firmar acuerdos de paz en nombre del presidente.
No es que yo me crea la gran cosa... ¡ES QUE LO SOY!
«Sí, eso es narcisista, lo sé»
–Muy bien hecho agente Lightning, como su alias lo dicta; un verdadero rayo en todas sus misiones... Esperamos pueda descansar estos días.
Mi superior toma mi mano en formalidad de felicitación, apretándola como es debido y surcando una sonrisa en su rostro, dejándome saber que está orgulloso de mí.
–Esto no lo hubiera logrado sin sus conocimientos, de usted he aprendido mucho... Es nuestro triunfo una vez más, señor.
Él me ve a detalle, sus ojos se cristalizan al ver que el vástago que ha entrenado para cada misión, ha sacado la casta como es debido.
—No, muchacho... No he terminado de enseñarte sobre la vida, pero sé que esto lo aprenderás sólo e irás puliendo todos tus talentos.
Un abrazo pone fin a nuestro saludo y a la conversación, haciendo a que me quede completamente solo en la recepción en la que se llevó a cabo mi reconocimiento ante la organización.
Suspiro y tomo asiento en una mesa alejada, mientras algunos aprovechan a beber y compartir con sus familias, algo que yo no podré porqué mientras preste mis servicios y honores al país, no podré establecerme para tener una familia... Por lo menos en lo que se solventa la paz mundial.
«Sí, algo nulo también».
—Oye Lightning, ¿bailamos? —acota Eren, una de las agentes a las que yo he brindado entreno de todo tipo, haciéndolas más fuertes e inteligentes para cualquier misión.
—Claro, ¿por qué no? —digo, tomando su mano.
De inmediato ella se ruboriza, pero no le presto atención ya que es algo que no me interesa.
La música se extiende lenta, cómo esos bailes escolares a los que tanto odiaba asistir, pero, desde siempre habia complacido a mis padres con ser un hijo no sólo inteligente en las materias, sino un caballero guapo al que las chicas pudieran admirar y tener como crush...
—¿Está todo bien con el baile? —le pregunto a Eren con sigilo.
Ella apunta sus ojos dilatados sobre mí, dándome a entender que sí.
No soy un patán, asi que sigo bailando con ella hasta que la pieza musical termine, porque no quiero ser descortés.
Las últimas tonadas de la música me indican que es el fin, y con esta chica que se impregnó como cual garrapata, mi mente empieza a idear un plan para quitarla de encima.
–Bien, esto ha sido todo... Gracias Eren por el baile, debo retirarme.
Ella sale de su hipnosis y me toma de la mano con fuerza.
Trago grueso, no por el nerviosismo, sino por que me aterra dejarla en ridículo frente a todo el plantel de trabajo.
–Quiero bailar de nuevo... Tu compañia es única y...
—Lo siento señorita Eren, pero en estos momentos no puedo permitirme seguir danzando. Pase usted una buena noche.
Suelto su mano suave y camino fuera del salón, me coloco mi sombrero y camino hasta el auto, lo enciendo y voy directo a la estadía en un hotel tres estrellas para pasar desapercibido, por lo menos en lo que descanso estos días libres...
***
–También sentimos molestarlo en sus vacaciones señor Lightning pero, esto es urgente... Para limar asperezas entre Grecia y Turquía, necesitamos que viaje a Chipre... No podemos darle más información hasta que venga a la central.
–Bien, todo sea por la paz, iré... La falta de personal me está preocupando.
Cuelgo la llamada por radio satélite, y me sumerjo a buscar más información por mi cuenta, pero, es nulo, no encuentro nada para saber más del tema, así que empaco mis cosas, las pocas que tenia aquí, tomo las llaves de la habitación y del auto que debo entregar y salgo hasta la recepción del hotel, pagando la cuenta de los dos días en los que trate de relajarme y salgo en el auto para devolverlo y esperar a que uno de la empresa pueda llevarme.
No me pude relajar bien debido a los gritos y llantos dd niños por cualquier lado, así que lo mejor es ponerse a trabajar...
Yo no podría tener familia, ser un padre de familia y un esposo amoroso... Creo que no fui hecho para esto.
Llegando hasta la agencia de autos de alquiler, pago la cuota, dejo el depósito para que le hagan algun ajuste que deba de realizarse y en menos de tres minutos, un auto de la organización me espera para irnos.
Phineas ha venido a recogerme, asi que le pregunto un poco sobre el tema en el cual me designaran como misión.
—No lo sé Light, pero estoy seguro que es un pez gordo, no mandarian a mejor espía de inteligencia que tú para esta misión.
Suspiro, y no es por llevarme el crédito, pero me he ganado a pulso el que me busquen para cada misión.
Llegamos por fin a la base, él detiene el vehículo, me desea suerte, y lo agradezco aunque no la necesite, salgo del auto con firmeza y entereza, y de tres pasos ya estoy frente a Tita, la recepcionista del jefe.
—Ya lo están esperando señor...
Le agradezco dejándole un guiño, y toco la puerta de la oficina del jefe, y el “Pasa, Lightning”, hace a que sin miedo me ponga frente a él.
—Buen día jefe...
—Perdona una vez más que no te dejemos descansar, pero esta misión depende de ti... Confío en tus habilidades especiales, sé qué tú lograrás darnos la paz y que Chipre quede en Grecia de una vez por todas.
Mi cara es un poema en este momento, la idea está descabellada, pero... ¿Quién soy yo para contradecir lo que se necesita para mantener la paz en el país?
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Editado: 02.04.2024