Un paseo inolvidable:
Mi rostro estaba rojo de la vergüenza, mis nervios a flor de piel ¿Será que le gusto a Demian? {¡¿NOOOO, TE DISTES CUENTA?!} A veces creo estar loca por oír esa vocecita acá en mi cabeza, esa vos que me intuye en todo, mi misma vos hablando en una segunda persona, pero aún así esa vos la escucho desde que tengo memoria y razonamiento; la mano de Demian se siente tan caliente, miro su rostro serio y varios mechones de su cabello rebelde que revolotean burlándose del aire y de mí, el camino por el cual vamos tiene bordes de piedras y hay algunos árboles que tienen lámparas con luciérnagas, todo mágico.
–Este camino va directo a la nueva casa, Dereck fue quien se esmeró en colocar tantas luces– Habla orgulloso de su hijo, yo solo me dedico a observarlo y debes en cuando el camino.
–Pues... Quedó muy bonito, el pequeño ojiverde de verdad que se esforzó– Sonrío al ver flores y mariposas al alrededor.
–Es fan de esos insectos que brillan– Me empiezo a reír contagiando a Demian.
–Si, las luciérnagas son hermosas pero prefiero los lobos– Dicho esto Demian esboza una gran sonrisa.
–Yo también prefiero a los lobos– Me ve y se detiene, si antes mi corazón estaba desbocado ahora tiene el premio de los más rápidos latidos, se dobla quedando su nariz a la par de la mía, haciendo que mi respiración y la suya choquen, su boca estaba tan cerca de mis labios, ya nos hemos besado y eso yo lo se, pero... Este momento era mágico y hermoso –Me encantaría decirte algo– Susurró sabiendo que le escuchaba y teniendo miedo a que alguien {No se quien} le escuchara a él.
–¿Qué deseas?– Respondí al igual que él en un susurro, deseando juntar ya mismo nuestros labios, menos mal que poseo un buen auto control {Si como no}
–Lamento decirte que tendré que romper este momento si quieres saber– Dicho y echo, el ojo de olivo se separa y me vuelve a agarrar la mano, menos mal si no, me hubiera desmayado aquí mismo –Ahora te recompensaré– ¡¿CÓMOOOOOO?! Dios sácame del cielo y hazme sufrir en el infierno.
Seguimos el “infinito” camino hasta llegar a una ¡CASOTA! Bien grande, era rústica pero les enseñaba a todos que tenían lujos; desde acá llegué a observar que ya se había echo de noche ¡¿Whats?! También logre visualizar en el segundo piso un hermoso balcón junto a una puerta para acceder a dentro, varias ventanas, normal {¿A eso le llamas normal} me refiero al sentido de... ¡HAY! Yo no te debo de explicar, soy yo la que narra, y si no te gusta te vas {Vale, calma los nervios gatita} El ojiverde me abre una puerta doble de madera oscura y me hace un ademán para entrar.
–¡WOA! Está bien hermosa Demian– Le digo asombrada, aún le faltaban los muebles pero era bella, el salón poseía una pared de cristal para observar un hinbernadero en construcción.
–¿Te gusta? Aún le falta muchas cosas– Habla acercándose a mi, y otra maldita vez, mi corazón falla y los cabellos del cuello se erizan como gato al oler a un perro.
–Quítame una duda Demian ¿Desde cuando está construcción este lugar?– Le pregunto aún maravillada por el sitio olvidando mi corazón descarrilado.
–Desde hace catorce meses– Aspiro el olor a roble y me acerco un poco a la pared de cristal –Pero nececito que esperes aquí, ahora regreso ¿Ok?– me habla pero yo sigo observando, solo asiento y se retira, luego de un rato escucho un sonido proveniente de... Cualquier lado, me dispongo a ir {Seré idiota, Demian dijo que me quedara acá} si, si, pero iré a ver {Y... ¿Qué harás depende de quien sea o que sea?} Verdad, ¡DEMONIOS! De repente escucho pasos bajando la escalera y al ojo de olivo entrar a mi campo de visión, el cual debo decir que se ve bastante guapo, una camina mangas largas de color agua marina y unos jeans negros rasgados en la rodillas, su cabello despeinado y una sonrisa de ¡ME QUIERO MORIR!
–Escuché un ruido allá atrás– Le señalé la dirección y el solo negaba divertido.
–Debiste escuchar mal, estamos....– No logró continuar porque se volvió a oír el mismo sonido.
–Demian...tengo...miedo– Dije temblando, él se acerca y posa una mano en mi cintura y otra en mi rostro mientras acariciaba con su pulgar mi mejilla, mis nervios regresaron, mi corazón de aceleró, jamás había sentido nada de lo que siento con Demian y no sabría que.... ¡HAY VERDAD, HAY ALGUIEN EN LA CASA! –Demian, hay alguien en la casa– Le digo con los ojos cerrados mientras, sin compás ni melodía estábamos “bailando”
–Descuida, eso lo se, era una sorpresa– Me habla al oído, por inercia llevé mis manos a su cuello y seguimos “bailando”
–¿Era?– Mi vos era juguetona.
–Es una sorpresa– Hizo énfasis en "Es" y volvimos a callarnos sin ser para nada incómodo, él muy guapo y yo.... ¡OHH MIERDA, SIGO EN EL TRAGUE DE BAÑO! ¡SANTA ABUELA DE LOS CERDOS!
–Señor, ya todo está preparado– La vos de un hombre me saca de mi tranquilidad, Demian como si fuese un niño bufa para luego apartarse.
–Ven– Me dice enlazando nuestras manos... Y dentro de mi mente está la canción de "Sin bandera" que se llama "Suelta mi mano"
Fuimos hasta una mesa debajo de un árbol muy parecida a una garra, en la mesa había todo tipo de comida; no mentiré al decir que... De verdad que me sorprendió, nos sentamos y empezamos a hablar de todo un poco, a los minutos nos servimos y degustamos del delicioso sabor que tenía esta, a su lado el tiempo me parecía muy rápido, la cena iba desapareciendo y solamente quedaba el postre.
–¿Es broma, no?– Le digo asombrada.
–No, no lo es, de pequeño quería ser doctor y para conseguirlo intenté quebrarle las costillas al pequeño de Demond– Eso último llamó mi atención.
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Editado: 02.08.2021