Presente…
– Como he dicho pronto entenderán todo lo que está pasando, solo deben guardar un poco la calma y escuchar – les instó Lucas, tratando de llamar al orden en la difícil situación que atravesaban, lo cual no era nada sencillo y sabía que eso no aria más que empeorar.
– Procederé a leer el testamento y última voluntad de mi muy querido amigo Oscar – pronuncio, llamando verdaderamente la atención de todos.
Había llegado el momento que más esperaban, no solo desde la muerte de Oscar, sino desde mucho tiempo atrás. En cambio, para Renée aquella declaración solo consiguió que su angustia creciera aún más y es que no tenía idea de lo que estaba pasando o lo que pintaba ella en aquella escena.
– "Yo Oscar Jeffrey Greyson en el presente día 26 de Julio del año 2020 en la Ciudad de Chicago, Illinois; declaro en pleno uso de mis facultades mentales y físicas que está es mi última voluntad, a la cual pido al Doctor Lucas Forbes que haga cumplir al pie de la letra y tal como lo he estipulado en el presente documento."
– Oscar ha dejado una carta en la que explica cuáles son sus deseos y la misma que me dispongo a leer en estos momentos – les informo dejando a un lado los documentos oficiales, para abrir un sobre sellado.
– “Si están leyendo esto entonces significa que he muerto. Supongo que Lucas mi más grande y fiel amigo los ha reunido a todos tal como se lo pedí o es su defecto su sobrino Max y es que aun cuando no estoy ahí sé que me siguen respetando y aran lo que les he pedido.
Me parece que estoy ahí para verlos a cada uno de ustedes, juntos como la gran familia que somos."
Al escuchar eso todos se voltearon a ver entre si con lo que parecían ser ojos a punto de derramar lágrimas.
– "María mi esposa por más de 40 años, aquella jovencita que conocí cuando mi empresa comenzó a surgir y la cual estuvo ahí en esos tiempos difíciles confiando en mi capacidad de salir adelante. El amor de mi vida y aquella con la que compartí la vida."
Al escuchar eso está se cubrió el rostro con un pañuelo mientras sollozaba, convencida de que le tocaría una buena tajada.
– “Samantha mi hija mayor, la niña que fue la luz de mis ojos y que ante estos se convirtió en una mujer, en esposa y madre. Una empresaria mordaz y de la que por mucho tiempo me sentí orgulloso, pues tenía en ella a una digna sucesora.”
Al escuchar eso está y su marido dieron por hecho que sería ella la mayor beneficiada con aquel testamento, lo cual le hizo ser receptora de las miradas molestas del resto.
– “Derek, mi hijo menor y el más aventurero. De pequeño nunca tenías miedo de nada, pues así te cayeras siempre podías volver a levantarte y es que así era tu incansable voluntad. Eso era algo que te volvía muy especial y estaba seguro de que la vida te deparaba grandes cosas. A ti, mi único hijo varón."
Al escucharlo se creyó ganador por ser el único hombre, pues daba por hecho que su padre desearía preservar el apellido de su familia, justo como la mayoría esperaba.
Todos estaban atentos a lo que venía, que era lo verdaderamente importante y es que estaban por enterarse lo que le tocaba a cada uno. Lo que si era seguro es que más de uno resultaría terriblemente decepcionado, pues todos creían ser los principales beneficiados y eso no podía ser posible.
– “Renée, sé que debes estar muy confundida con tu presencia ahí y sobre todo tratándose de un suceso tan poco agradable como este. Te prometo que pronto te darás cuenta del motivo"
Al escuchar eso tanto la esposa como la hija de Oscar se pusieron en pie para encararla.
– ¿Quién eres tú? – cuestiono Samantha con firmeza.
– Más importante, ¿de dónde conoces a mi esposo? – se interesó María sin darle tiempo de responder ni una sola palabra.
– Señora, yo... – trato de responderles Renée, más enseguida se vio interrumpida de nueva cuenta.
– ¿Acaso no es obvio madre?, debe ser alguna bastarda que tuvo papá fuera del matrimonio – asevero Samantha pensando una verdadera barbaridad.
– No digas estupideces – refutó esta sin estar dispuesta a escuchar algo semejante y es que aquello la antero.
– Tienes razón no se parece a papá, pero tal vez se parezca a la golfa de su madre – argumento Samantha aún aferrada a aquella idea.
Estaban despotricando en su contra sin piedad alguna y si ella no había dicho nada era por respeto a Oscar, más tampoco estaba dispuesta a soportar que la insultasen de esa manera por más tiempo y es que después de todo tenía sangre en las venas. No tenía necesidad de aguantarlo, cuando bien se podía marchar y justo eso es lo que se disponía a hacer.
– Señoras, no digan tonterías – les acallo de pronto Derek, llamando a la razón o al menos así lo pareció en un principio.
– Debe tratarse de la amante del viejo, al parecer le gustaban jóvenes – señaló una tontería aún mayor.
El escuchar eso valla que fue la gota que derramó el vaso, Renée no estaba dispuesta a permitir bajo ningún motivo que la tratarán de un modo tan despectivo como ese y se defendería así tuviese que armar un verdadero escándalo. Podía ser de actitud calmada, pero también podía sacar su lado más aguerrido cuando se le tocaba la fibra incorrecta.
– Y con poca clase si se me permite opinar – continuo, siendo terriblemente grosero y despectivo.
– ¡Basta ya! Yo no he venido aquí para que me hablen de este modo – estaba entre molesta y sorprendida porque pensaran algo semejante, no de ella ya que eso era lo de menos dado que acababan de conocerla; pero si de su propio padre, pues él era una historia muy diferente.
– ¿Entonces para que lo hizo? – le cuestiono Derek aún a la defensiva.
– Me pidieron que viniera con engaños, debo aclarar y eso hice, pero si solo fue para que me insultaran de este modo entonces me largo – respondió con firmeza disponiéndose a salir de ahí cuánto antes.
– ¡Hazlo!, anda marcarte. No sé porque has venido aquí o que te dio el valor para hacerlo, pero te digo que eres una desfachatada – grito sin dejar de creer lo peor de ella.
– Descuide, me marchare cuánto antes; será un verdadero placer no tener que volver a ver a ninguno de ustedes – le respondió acomodándose la bolsa al hombro para salir de ahí.
Iba hacia la puerta, cuando de pronto Lucas llamo al orden con contundencia.
– ¡Silencio todos! Esto es una asunto legal, así que les pediré el respeto que merece. Por favor absténganse de decir esos desagradables comentarios hasta que termine, creo al menos eso le deben a Oscar – les señaló consciente de que eso sería lo más que podría lograr.
– Renée espera un momento por favor – pidió sabiendo que no podía dejarla ir por ningún motivo, se lo había prometido a Oscar.
Esta regreso ante la atenta mirada de todos, quienes aún la veían con cierta suspicacia y molestia. Lo hizo únicamente por aquel hombre, mismo que parecía estar tan obligado como ella de estar ahí e igual de incómodo. Una vez más su lado compasivo sobrepasaba al de conservación y es que este era siempre más fuerte; solo esperaba que eso no le trajese mayores problemas en un futuro. Aun así no se acercó demasiado, sino que se quedó a un lado de Max; más próxima a la salida por si es que fuese necesario.
Una vez todo estuvo en aparente calma continuo leyendo.
– “Se que se estarán preguntando quién es Renée. Seguro pensaran que es mi hija ilegítima o hasta mi amante, pero tengan por seguro que no es ninguna de las dos. Ella es mi ángel de la guarda, salvo mi vida y me ayudó en formas que incluso ella apenas puede entender."
– ¿De qué está hablando? – le interrumpió Samantha una vez más a la defensiva.
– “Pídele a Samantha que guardé silencio, que se los contaré todo."
Continuo leyendo tal como si estuviese respondiendo a lo que estaba pasando y es que a ese grado les conocía.
– “Sufrí un accidente como todos ustedes saben y esa joven que ven ahí, fue quien me ayudó. Ella estaba en el lugar y momento indicado; más no solo se encargó de llamar a la ambulancia como cualquiera podría haber hecho, sino que me saco del auto ella misma y me dio reanimación cardio pulmonar hasta que regrese a la vida. Por esa chica que está ahí es que estoy con vida o al menos lo estuve más tiempo, ella me ayudó a tener está oportunidad. Más no me dejó solo, sino que fue conmigo hasta el hospital y se quedó a mi lado hasta que se aseguró de que no estaba solo. Todo eso sin pedir nada a cambio, sino por simple bondad y calidad humana; un concepto del que por desgracia ninguno de ustedes parece conocer nada."
– ¿Que quiso decir con eso? Debe tratarse de una artimaña para ocultar la verdad y es que se trataba de su amante; el viejo era un degenerado – volvió a interrumpir Samantha, recibiendo las miradas disgustadas de todos.
– “Les pido, es más les exijo que dejen sus comentarios estúpidos e insultos a un lado, porque con estos no solo la están insultando a ella, sino también a mí. Soy su padre y me merezco de todo su respeto, pues jamás hice algo para perderlo.
Siempre he creído que nos cruzamos con las personas por un motivo, soy un fiel creyente de eso."