Al día siguiente Percy y yo estábamos hablando en los pasillos, los demás alumnos están en la cafetería, hablamos plácidamente hasta que escuché una voz que para mí, era el mismísimo infierno, por la cara de los chicos sabía que era ella.
—Miren a quién tenemos aquí, a la rara —dice una rubia, a la cual le puse un apodo—. ¿Qué te pasa? ¿Te comió la lengua el gato? —se ríe junto con su séquito de chicas Barbie.
—Sí, pero en vez de gato, es una rubia oxigenada la que me dejó sin habla —le respondí, como dije, ya le había puesto un apodo.
—Cómo te atreves —me iba a golpear pero Percy la detiene.
—No la toques —le da una mirada asesina, que hasta cierto punto si da miedo.
Se suelta del agarre. —Hola guapo, ¿qué haces con esta estúpida? —le coquetea al extremo. Dan ganas de mandarla al tártaro.
—Él ya tiene novia Tontonelia —ella se llama Amelia alias “rubia oxigenada” y “tontonelia”.
—Ah sí, y dime. ¿Quién es su novia? —me miró de forma malévola.
Cuando dijo esas palabras, me sentí un poco nerviosa, no sabía que decirle y más enfrente de mis amigos; estuve metida en mis pensamientos hasta que escuché una voz.
—Es ella —respondió Percy.
Yo me quedé en shock al oír su respuesta, en eso la estúpida de Amelia habló.
—Pues si es tu novia, dale un beso —me dieron unas ganas de pegarle, pero en ese momento estaba pensando en cómo darle el beso a Percy, pero sin que fuera un beso, en eso se me ocurrió una idea.
—Claro —respondí, dejo mi mochila en una de las mesas, pero sin que se den cuenta, tomó un pedazo de cinta adhesiva. Voy con Percy y discretamente le pego la cinta adhesiva en su boca y finalmente lo beso. La idea más estúpida que se me pudo ocurrir.
Percy me siguió la corriente con lo del beso, y puso sus manos en mi rostro; después le retiré la cinta adhesiva discretamente de su boca. No lo iba a besar en serio por muchas razones: uno, es mi mejor amigo desde la infancia, jamás me sentí enamorada de él; dos, él ya tiene novia y hay otras razones pero jamás terminaría.
—¿Contenta? —la miré y ella se va.
—Creí que si lo besarías enserio —dijo Dylan.
—Iagh, claro que no, y tú ya sabes el porque —le respondí, las chicas en shock no sabían que pasaba aquí y se los explique todo.
* * * * * *
Al terminar las clases salimos e íbamos directo a nuestras casas hasta que escuché unas voces que ya extrañaba mucho.
—¡AYLA! —gritan un par de niñas pelirrojas.
Me doy la vuelta. —¡Tania, Amaya! —las vi y me abrazaron—. Las extrañé mucho mis gemelas traviesas —así es, Tania y Amaya son gemelas, ambas de cabello rojizo o anaranjado y de un color de ojos que te dejan asombrado.
—Nosotras también Ayla —habló Tania.
—¿Cómo han estado?
—Muy bien, aunque ya te extrañabamos mucho —respondió Amaya.
Si se preguntan cómo puedo saber quién es quién pues es simple: Amaya es una chica muy traviesa y tiene mi actitud,en cambio Tania es más educada. Hace unos años, sus padres se separaron y cada quien se llevó a una de ellas dos, su padre se llevó a Tania y se fueron a vivir a Londres, de ahí lo educada, formal y un poco delicada de ella. En cambio, Amaya fue criada por su madre, ellas vivían en una granja por Misuri, pero tiempo después se vinieron a vivir aquí y ella es más valiente y no se queja de nada. Para no hacerla larga, ambos decidieron que las gemelas estuvieran juntas y el acuerdo quedó de esta manera: Tania y Amaya estudiarán y mientras estudian ellas estarán con su madre y en vacaciones se irán con su padre. ¿Y cómo las conozco? Fácil y simple, era su niñera; después de que llegaron a ese acuerdo, su madre me llamó proponiendo me que fuera su niñera.
—Yo también. Percy, te presento a las gemelas Tomson, Tania y Amaya. Chicas les presento a mi amigo Percy Jackson.
—Que bueno que solo es tu amigo —comentó Tania.
—Porque sino ya lo estuviéramos amenazándolo por si te llegará a hacer algo —completó Amaya.
—Son muy protectoras contigo, ¿cierto? —me preguntó.
—Sí, ¿a quién me recuerda? —me le quedé mirando graciosamente.
—¡Yaa! Solo te protegía y te protejo de lo que te pueda lastimar —me respondió con cariño—. Además, sabes que eres como mi hermana pequeña —.me abraza por detrás.
—Así cualquiera pensará que somos novios sesos de alga.
—Pero no lo somos —dijo tranquilo.
—Pero dudo que los demás piensen así, ya vámonos a casa, nos vemos chicos —nos vamos y los chicos también se van.