Nico
Habían pasado cuatro días, y Ayla permanecía en su cabaña. Su tía y hermana se quedaron en la casa grande a dormir, mientras ella conseguía de nuevo su seguridad en si misma.
Estaba comiendo cuando Alice llegó corriendo.
—Hermanito, más vale que vengas —la miro con confusión.
Nos dirigimos hacia los límites de la barrera y vimos a tres lobos, uno entre gris y blanco, otro era entre castaño oscuro y claro, y el tercero era castaño; el último se me hacía familiar.
—¿Qué desean? —pregunta Quirón y uno de los lobos, el último; se transformó.
(Antes de que siga, debo de aclarar que este Jacob Black no tiene nada que ver con la película de crepúsculo, lo puse por dos razones: 1 ) El nombre y apellido quedaban bien para un futuro líder de una manada y 2) No se me ocurrían más nombres, perdón si los ilusioné con eso)
—Me llamo Jacob, futuro líder de la manada Full Moon. Vengo a ver a Ayla —responde firmemente.
—Ella ahorita no quiere ver a nadie —comenta Quirón.
—Necesito hablar con ella —insiste.
No sé en qué estaba pensando pero...
—No quiero que te acerques a ella —respondo de manera seria.
—¿O si no qué? —preguntó de una manera retadora.
En eso aparecieron dos lobos.
Uno de ellos apareció detrás de Jacob mostrándole los colmillos, casi dando a entender que se comportara.
El otro lobo apareció detrás de nosotros, pero también le gruñia a Jacob.
En eso llega la hermana menor de Ayla.
—¿Es tú lobo? —pregunta Percy mientras mira a la niña.
—No, es mi tía —responde feliz.
El lobo que le mostraba los colmillos a Jacob, se transformó y se vio a una chica de rasgos asiáticos.
—Disculpen la actitud de mi medio hermano —nadie decía nada.
—Hiyori, que bueno verte —la menor corre a abrazarla.
—También me alegra verlas a ustedes —corresponde el abrazo.
—¿Dónde está Ayla? —pregunta la chica.
—Ella se quedó en su cabaña —responde Sara.
Hiyori no lo pensó dos veces y atravesó la barrera, dándonos a entender que ella una semidiosa también.
Y en ella apareció el símbolo de Atenea.
Ayla
Me sentía fatal por no poder escuchar nada, y eso incluía si me transformaba en lobo. No quería estar encerrada, así que salí, Evangeline me trató de detener pero salí de mi cabaña y fui directo al bosque. Me convertí en lobo y empecé a correr, quería alejarme un rato del mundo de exterior.
Una vez que me encontraba en medio del bosque, sentí vibraciones de que alguien venía. El sentir las vibraciones lo aprendí desde el momento en que perdí mi sentido auditivo. Miré a la derecha y una arpía me empezó a atacar, yo la trataba de esquivar y que le muerdo una de sus malditas alas.
Ella me lanza al punto que me golpeé con un árbol, me sentía un poco débil, pero si moría; sería con honor. En eso la arpía se hace polvo y frente a mi veo al chico del cual me enamoré.
—Ayla, ¿estás bien? —me pregunta haciendo el lenguaje de señas y yo asiento en señal de que si estoy bien—. No te vuelvas a salir e ir al bosque sola otra vez —me convertí de nuevo en humano y le digo—. No prometo nada.
Nico
Jacob y su trío se fueron, solo se quedó su media hermana; que también es hermana de Annabeth, y sesos de alga no tardo en hacer preguntas.
—¿Qué se siente tener una hermana que se pueda convertir en lobo? —pregunta mientras mira a su novia.
—¿Él de por sin es así? —pregunta Hiyori.
—Sí —responde Piper mostrando una sonrisa por la actitud tanto de lahermana como del novio.
—Típico de un hijo de Poseidón —esta vez habla Jason.
Veo que Evangeline se acerca corriendo hacia nosotros, y una vez que se detiene nos dice que Ayla salió de la cabaña y se dirigió al bosque. Sin pensarlo dos veces, corrí hacia el bosque, rogando a los dioses que ella estuviera sana y salva. La empecé a buscar cuándo siento dos auras, una del monstruo y la otra de ella. Voy hacia dónde están las auras y veo que Ayla es empujada hacia un árbol.
La arpía la iba a atacar y yo saqué mi espada y se la enterré por la espalda, haciéndose polvo.
Y pude ver como Ayla me veía con esos ojos lobunos. Me acerqué a ella y con lenguaje de señas le dije.
—Ayla, ¿estás bien? —ella asiente—. No te vuelvas a salir e ir al bosque sola otra vez —se convierte de nuevo en humano y me dice—. No prometo nada.
Le di una sonrisa y la abracé como si no hubiera un mañana, la cargué y nos fuimos a su cabaña por viaje sombra.
Aparecimos en su cabaña. Mi mirada se centró en la suya, la empecé a besar desesperadamente, ama sentir sus labios, el ritmo de nuestros labios iba aumentando más, hasta que oímos que tocaban la puerta; nos separamos y tratamos de controlar nuestra respiración.