Nico
Nos despedimos de los semidioses que murieron en batalla y de Ayla. Nadie decía nada, miro a Percy y cómo abrazaba a Sydney. A Sujin y a Hiyori cómo consolaban a Evangeline, quién lloraba y pedía que le regresaran a su hermana. Verla así me dolía aún más, porque recordé cuando no volví a ver a Bianca nunca más.
—Ella seguiría aquí si no la hubieras dejado sola y con ellas —Jacob me empuja.
—Cállate, lo dice el se volvió en su contra cuando ella más te necesitaba —lo encaro.
—Chicos cálmense, por favor —nos agarran Hiyori y Jason.
—A ella no le hubiera gustado ver esto —nos dice Annabeth. Jason y Hiyori nos soltaron.
Me voy de ahí, me subo al techo de mi cabaña y empiezo a recordar los momentos que tuve con ella. Seguido de esto, empecé a llorar.
Ella era diferente en ciertos aspectos, daba su cariño a quien más lo necesitaba, hacía reír a los demás, sabía como arreglar las cosas. Y ya no está más porque nos protegió.
En otro lugar...
Ayla
Despierto exaltada, y me levanto de golpe, pero al momento de levantarme, siento un terrible dolor en todo mi cuerpo. Miro a todos lados y sabía bien que no estaba en el campamento.
—No te muevas mucho linda, sino va a ser peor —miro a mi tía entrar por la puerta de la habitación.
—¿Tía? ¿En dónde estoy? —me recuesto.
—En Venecia, Italia —me sorprendo al ver a Hades, a mi madre y padre.
—¿Y qué hago aquí? —estaba confundida.
—Estabas débil al momento de destruir a Cronos —dice mi madre.
—¿Lo destruí? —los miro sorprendida, pues. No lo podía creer.
—Sí. Pero eso te dejó gravemente herida, al punto de fingir tu muerte —esta vez habla mi padre.
—Espera... Me estás diciendo que todos en el campamento me dan por muerta —los tres asienten, ok esto no había sido parte del plan—. ¿Y Nico? —pregunto preocupada.
—Él está sano y salvo. Pero el también te cree muerta —responde mi madre.
—Debo volver al campamento me trato de levantar, pero mi madre lo impide.
—No, debes recuperarte. Después de todo, tienes una nueva vida que cuidar —no sabía a lo que se refería hasta que toco mi vientre.
—No es cierto —murmuro aún estando sorprendida—. ¡¿Me están diciendo que luché estando embarazada?! —me alarmo y a su vez estaba preocupada.
—Sí, pero de milagro no salieron heridos —se acerca mi padre—. Tienes que quedarte aquí hasta que encontremos el cofre en dónde se encuentra Cronos para mandarlo al Tártaro y que nunca regrese.
—Por ahora ya hiciste lo que tenías que hacer cariño, así que ahora ponte a cuidar de mi nieto o nieta —me dedica una sonrisa mi mamá.
—Está bien —le sonrío también.
—Una vez que estés bien, ve al doctor y que te haga un chequeo —sugiere mamá.
—Si mamá.
—Y de vez en cuando, los dioses te vendremos a ver —me sonríe Poseidón.
—Sí, papá, quedó claro —desaparecen los tres.
—Que bien, seré una tía joven —dice con mucha alegría Sarahí.
—Tengo una pregunta, ¿quién es el padre? —pregunta mi tía.
—Nico —respondo con un poco de miedo.
—Lo supuse —se fue con una sonrisa traviesa en su rostro.
—¿Y cómo piensas llamar al bebé? —me mira feliz mi hermana.
—Si es niño, como su padre; Nico. Y si es niña, bueno...estoy indecisa, porque no sé si llamarla Gina o Bianca —acaricio mi vientre.
—Ambos nombres son hermosos —se levanta mi hermana y se fue a ayudar a mi tía.
Me hubiera gustado que los chicos supieran que estoy embarazada, y Nico...él se pondría feliz al saber que será padre. Pero no siempre la vida es como uno lo planea. La otra pregunta que tengo es...que si será de poderoso mi bebé, ya que es de tres descendencias, Hades, Poseidón y Nix.
* * *
Había pasado un mes, yo ya me sentía mejor y mis heridas habían sanado. Había tardado en sanar, pero ya me sentía mejor, ya podía moverme. Ya se notaba un poco más mi vientre, así que decidimos ir al médico para que me hicieran una revisión sobre mi embarazo. Y para saber si en verdad era eso.
—Muy bien, veamos —dice la doctora y me empezó a hacer un ultrasonido—. Oh por Dios -mira sorprendida la pantalla.
—¿Pasa algo doctora? —pregunta mi tía con algo de preocupación.
—Señorita, felicidades. Efectivamente está embarazada —me mira con felicidad.
—¿En serio? —quería llorar de felicidad.
—Aguarde un segundo —checa el monitor de nuevo—. Dios mío, son trillizos y son dos niñas y un niño —dice sorprendida.
Yo estaba más sorpendida, serían tres, dos niñas y un niño, por fin les pondría los nombres que tanto quiero.
Al salir de ahí, pasamos por un pastel y después nos dirigimos a casa a celebrar. En eso tocan la puerta, y al abrir, pude ver a mi madre y padre, junto a Afrodita, Deméter y Perséfone.