Aquella noche fue bastante gris para ella, no le importo que sus llantos se escucharan a una cuadra a la redonda, tampoco se tomo la molestia de limpiar sus labios hinchados y con restos de sangre, ya que sentía el sabor acido cuando se pasaba la lengua por allí, solo quería descargar su rabia de alguna manera.
- ¡¡AGATHA ABRE LA MALDITA PUERTA!!- Gritaba su padre desde el otro lado de esta mientras la golpeaba fuertemente.
- ¡¡NO QUIERO!! , ¡¡ANDA A CONSOLAR A ESA ZORRA DE MIERDA!!- Bramo la muchacha lanzando un zapato a la puerta escuchando como su padre volvía a gritar.
El hombre continuo gritando por algunos momentos más pero como Agatha no le prestó atención es porque el padre dejo de insistir y solo se escucho el silencio reinar el ambiente, silencio que la muchacha rompió volviendo a sollozar lanzando cuanta cosa no encontró en su camino hasta que finalmente cayó de rodillas al suelo y luego de hacerse un ovillo es porque el sueño la venció.
…….
Al otro día el sol de lleno de coló en la habitación iluminando todo a su paso, incluyendo el rostro de ella, quien hizo una mueca y se acomodo hacia el otro lado e iba a seguir durmiendo pero pronto como cerró los ojos, un portazo proveniente de abajo la hizo sobresaltar y abrir los ojos asustada… ¿Había sido un sueño?, un ruido de motor le alerto de que su padre se había ido a trabajar. ¡¡TRABAJO!!.
Se levanto rápidamente del suelo escuchando sus huesos crujir pero que no le tomo tanta importancia; Corrió a su armario en busca de ropa para aquel día pero las imágenes de la noche anterior volvieron a su mente y la joven bajo la cabeza sintiendo aquel dolor en su pecho, pero a su vez también experimento una rabia que la hizo apretar sus puños.
Cerro el armario y camino descalza hasta posicionarse delante del espejo de cuerpo completo y lo que vio no le gusto nada: Su rostro o más bien ¡¡sus labios!! Eran como si se hubiera colocado botox, grandes debido a la hinchazón y también con sangre seca. Se los toco con cuidado y gimió al percatarse de que le dolían bastante, así no podía ir a trabajar, claro que no.
Tenía 3 llamadas perdidas de su jefa, se llevo la mano a las sienes para masajearlas y botar ya la ligera “tensión” que estaba experimentando. La señora Flowers era una mujer de unos 50 años los cuales no lo representaba para nada, se veía mucho más joven y había contratado a la joven hacia unos 6 meses aproximadamente y eran muy pocas veces que esta fallaba. La iba a llamar pero esta se le adelanto.
- ¿Te sucedió algo?- Menciono esta una vez que Agatha descolgó la llamada. Ni un “hola” ni nada, así era ella.
- Tuve un pequeño… contratiempo…- Si hasta hablar le dolía por lo cual intentaba modular bien, solo rogando que su jefa la comprendiera.
- ¿La visita del mes?- La mujer volvió a preguntar logrando que las mejillas de la muchacha se sonrojaran.
- ¿EH? ¡NO!- Gimió por lo bajo cuando abrió mas sus labios y la sangre nuevamente la sintió en su lengua.
- ¿Entonces?- Insistió del otro lado del móvil y se escucho un pequeño ruido como de que estuviera golpeando algo, de seguro era un lápiz contra el mostrador, señal de impaciencia de esta.
- Problemas con mi padre y su pareja…- Confeso con un suspiro cerrando sus ojos. Del otro lado de la línea también se escucho su mismo gesto.
- ¿Te golpeo? Ya que si es así te juro que…- A veces la señora Flowers la hacía como una madre sustituta para Agatha, cosa que de alguna manera esta lo agradecía.
- Me hirió los labios, pero también… se auto-lesiono justo cuando llego mi papa, ¿cuento corto?, yo quede como la mala y esa como…- Dejo la frase en el aire.
- La victima… ¿y tu papa a quien defendió?- Su voz se notaba ya algo molesta.
- Adivine…- Un nuevo suspiro broto de los labios de esta.
- Por tu tono de voz ya me imagino… ¿y que harás pequeña?- Su jefa adquirió un tono de voz maternal que hizo que a la joven se le formara un nudo en la garganta
- No lo sé…- Ya que ni ella sabía que rumbo tomar ahora.
- Tomate 2 días libres para que lo pienses Guita, pasado mañana me llamas para decirme que solución tomaras, hasta entonces cuídate.- Y con eso finalizo la llamada.
Lo primero que hizo la peli-castaña una vez que dejo el móvil cargando en su habitación fue ir al baño para darse una buena ducha, que harto le faltaba y no era porque estaba sucia, sino que fue más que nada para despejarse.
Una vez que el agua de la regadera estuvo en su punto ideal, esta se desnudo y se metió bajo el chorro de agua cerrando sus ojos y dejando que este mojara cada rincón de su cuerpo; Se enjabono e luego se echo shampoo de fresas en el pelo y luego enjuagarse sintiéndose más tranquila y relajada.
Se envolvió con la toalla alrededor de su cuerpo y se encamino a su habitación volviendo a cerrar la puerta con llave, en caso de que su padre o esa zorra la quisieran molestar, ya que no quería que nadie la molestara ni siquiera le hablara por el día, ni siquiera su amiga Sammy.