La Isla de Eudamon (casi angeles)

La gran espera.

   Estuvo finalmente de acuerdo con la idea de que vivieran en su mansión. Pero a pesar de lo que aparentaba ser, desde el dia en que llego hasta el dia en que se fue, Ornella tuvo en Justina a una acérrima enemiga.

   La vida transcurrió sin novedades durante el tiempo. El pequeño Thiago crecia feliz en la mansión, en tanto que el amor de Justina por Bartolomeo aumentaba su infelicidad, proporcionalmente a la impaciencia de su señor.

  -¡No se muere mas esta vieja!_refunfuñaba Bartolomeo.

  -Y si, tienen una salud de hierrrro la desgraciada. Puede llevar años....

  -¿Que me esta sugiriendo, Justina?_pregunto Bartolomeo con ganas de que Justina sugiriera eso que el no se animaba a hacer.

   -No sugiero nada, mi señorrr. Digo que la madre de la vieja, la finada Rosa Maria, murio a los 102 años... son de carretel largo.

   -¡Se me va la vida esperando!_se queja Bartolomeo. Y su descontento se repetirán hasta el hartazgo.

  Pero no tuvo que esperar demasiado. Un dia de julio de 1996 la tragedia golpeo una vez mas a la familia Inchausti: su primo Carlos Maria falleció en un accidente de tránsito. 
   La noticia desvato a la anciana Amelia. Fiel a su estilo, no podia amar bien a los suyos mientras estuvieran vivos, solo los amaba cuando morian. Y la tragica e inesperada muerte de su hijo la quebro hasta la enfermedad. Bartolomeo estaba casi en la gloria: muerto su primo, ya casi no habia obstáculos entre el y la fortuna de la tia, solo restaba en esperar a que la vieja estirara la pata.

    Sin embargo, ocurrió algo fuera de todo calculo: su tia, desolada y enferma, comprendió tarde la importancia de la familia, y le pidio a Bartolomeo que encontrara a su nuera y a su nieta. Al no haberse casado nunca con su hijo, quedaban excluidas de la herencia, y Amalia queria reparar esa injusticia antes de morir. Claro que Bartolomeo le prometió encontrarlas, y con gran desazon le informaba cada dia que todas las búsquedas eran infructuosas.

   -¡Como si se la hubieran tragado la tierra, che!_exclamaba Bartolomeo, con su mejor cara de circunstancia.

   -¡Ni rrrastros! Mas difíciles de encontrar que sepulturero en la nurrrsery_acostaba Justina, amante de las metáforas mortuorias.

Amalia Inchausti les suplicaba que redoblaran sus esfuerzos. Les facilicitaban todo el dinero que necesitaran para encontrarlas, dinero que por supuesto eran gastados en perfumes originales y vinos espumantes con los que Bartolomeo brindaba por la cercana fortuna. Mientras tanto, la culpa y la tristeza agravaron la enfermedad de la anciana. Era solo cuestión de dias.

   -Todo marcha a pedir de boca, Justina. Acabo de hablar con el médico personal de la vieja, dijo que le quede apenas horas.... Hoy, a mas tardar mañana, la vieja espicha, ¡y los millones son ours!.

  Los dias pasaban sin novedades, hasta que una noche fria y tormentosa de agosto algo saco del cauce la rutina de la mansión. Justina amaba las tormentas, pero Bartolomeo las temias. Sin embargo, esa noche penso que una buena tormenta era el marco ideal para que la vieja estirara la pata.

  Estaban en la cocina, planeando lo que harian con los millones, cuando alguien hizo sonar la aldaba. En ese preciso intante la lluvia se volvió mas intensa. Cuando Justina abrio la puerta, se topo con una nena de 10 años, que lloraba. Era Angeles Inchausti. Y mas atrás estaba su madre, Alba, la mucama, la viuda de Calor Maria. La mujer estaba embarazada, a punto de dar a luz. Con sus últimas fuerzas pidio ayuda, y de desmayo.

  Mucho pasarian en la conciencia de Justina todo lo que ocurrío aquella noche en que la muerte sobrevoló la mansión Inchausti, oculta bajo varias máscaras. Aquella noche infausta hubo una muerte deseada, una muerte evitable, una falsa muerte y una muerte segura. 

  Justina tenia algunos escrúpulos y ofreció cierta resistencia, pero todo fue decisión de Bartolomeo, quien era su señor, su amor, su debilidad.

   -¡Diez años!_exclamo el entre susurros,en un pasillo de la planta alta, junto a la habitación de huéspedes en la que habia depositado a Ala_.¡Diez años estuve cuidando a esta vieja maldita, para que ahora venga una mucama arribista, con una hija bastarda y otra por nacer a quedarse con mi fortuna! ¡Con nuestra fortuna, Justina!

   -Pero, señorrr...._intento contradecirlo Justina_. Es una vida. Dos vidas.¡ Tres vidas, mi amor, digo, mi señor!

   -¿Y desde cuando te importa tanto la vida a vos, chitrula?_refuto Bartolomeo

  -Llamemos a un medico, señor_suplica Justina_.¡Va a parir de un momento a otro!

  Bartolomeo comprendió que tenia que apelar a la seducción para convertirla en un cómplice. Entonces se coloco por detras de ella, y le susurró al oido.

   -No vamos a dejar que nadie se qude con nuestro millones, Justina. Pensa en la panzada de placeres exóticos que vamos a dar juntos....¡Estoy en mis treinta, che! ¡Ya me merezco una vida de lujos!

  -Pero, señor,¿vamos a cometer un asesinato?

  -¿Quien hablo de asesinato, Justina? Nada de eso... mira, la madre,pobrecita, llego muy enferma. Murio al dar a luz. Y el bebito i bebita, pobre alma, tambien espicho en el parto...

   -¿Y la otra?_objeto Justina_.¿Como pasa a mejor vida? Usted...¿ tiene el estómago como para hacerlo?

   -No tenemos que hacerlo nosotros. Lo hara la noche, el invierno, la tormenta y el bosque.

  Y el plan resultó. Casi en su totalidad. Alba murio en el parto. Pero la bebe, que fue una niña, sobrevivio. Bartolomeo dicidio entonces que también seria víctima de la noche, el invierno, la tormenta y el bosque.

  Y alli fueron al bosque, con la pequeña Angeles y la beba recien nacida. A Angeles la abandonaron en lo mas espeso de la Arboleda. La idea inicial era dejar a la bebe en el otro extremo. Alejadas ambad de la suerte y de la gracia de Dios. Pero Justina manifestó que ella misma se encargaría de la recién nacida, y Bartolomé se lo agradeció; le desagradaban esos menesteres.



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En el texto hay: magia, amor, codicia

Editado: 20.04.2019

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