Alara volvió de ducharse para encontrar a Mirana saliendo del edificio del otro lado del puente. La guardia estaba arrastrando una placa de metal, del otro lado estaba Shia, empujando para ayudarla. Su telequinesis era más eficiente y al cabo de un rato estaba siguiéndolas hacia Vitti y el resto.
“¿Qué hiciste con Shin?” Preguntó con malicia Mirana.
“Debe haberlo montado…” Dijo jocosa Shia. “Lo dejó desmayado en la cama…”
Alara se sonrojó.
“Diste en el clavo…” Dijo jocosa la guardia.
“No lo monté…” Dijo apenada Alara. “No importa, está durmiendo. Creo que las visiones lo cansan un poco más de lo que dice.”
“Ah, lo olvidé, ustedes hacen el amor.” Dijo divertida Shia. “Tienes que dejar de sonrojarte, Ali…”
“Es… difícil.” Dijo apenada la jedi.
“No hay nada extraño en amar a tu novio…” Dijo celosa Mirana. “Yo sería mucho más…”
“Nadie quiere saber eso, Miri.” Interrumpió sin cuidado Shia. “¿En qué piensas?”
“Tengo miedo de que esto… explote.” Dijo pensante Alara.
“Lo peor sería que descubran una manera de abrir esta… compuerta.” Dijo pensante Mirana.
“Sí, esos imperiales los harían solo para molestarlos teniendo en cuenta de que estamos más cerca de espacio republicano.” Opinó pensante Shia.
“Csilla no está tan lejos.” Dijo con seriedad Artrisa. “Nosotros nos consideramos espacio imperial.”
“Deberías mostrarme un mapa.” Dijo al aire Shia. “¿Encontraron algo?”
“Parece ser un depósito.” Dijo con seriedad Artrisa. “Vitti cree que debería haber un taller o algo parecido, pero no estaba segura. Hussan está custodiándolos.” Agregó mientras buscaba a Shin con la mirada.
“Lo dejó de cama.” Dijo con malicia Shia.
“Ya veo.” Dijo con seriedad Artrisa.
“Se sigue sonrojando.” Agregó divertida Mirana.
“Este lugar es extraño… No encontramos nada que lo energice y Vitti dice que de a poco la electricidad está apareciendo en el sistema.” Dijo con seriedad Artrisa.
“Shin piensa que el lugar se sostiene con la Fuerza.” Dijo pensante Alara. “Tal vez está mejor ahora que estamos nosotros.”
“Debe ser por eso que invitó a los jedis y los siths junto al Imperio y la República.” Dijo al aire Artrisa.
“Shin hace esas cosas…” Dijo ofuscada Alara. “¿Lo han notado extraño estos días?”
“Estuvo… distante. Creo que tiene demasiadas visiones.” Dijo al aire Shia. “No sé qué significa, sigue derrotándome sin pensar cuando entrenamos.”
“Yo lo sentí de la misma manera que ella.” Aportó Artrisa.
“A mí me comentó algunas cosas, pero… No sé. Creo que necesita hacer esto y encontrar una nueva normalidad.” Dijo pensante Mirana.
“Yo pienso lo mismo, Miri, pero quería saber sus puntos de vista.” Dijo pensante Alara. “Creo que voy a hacer que se relaje por unos días, aquí no necesita pelear con nadie y estamos desconectados de los problemas de la galaxia.”
“Puede que le sirva…” Dijo pensante Artrisa. “Tal vez Vitti pueda darle un masaje… Sin sexo.”
“Ya no me gusta esa idea.” Dijo pensante Alara.
Mirana y Shia sonreían divertidas.
Vitti apareció junto al profesor por la puerta que tenían enfrente.
“Nada interesante, parece que… había gente de varias formas en este lugar.” Dijo al aire Vitti.
“Vitti, Alara dice que la estación está sostenida por la Fuerza.” Dijo pensante Mirana. “¿Te sirve esa idea?”
“No… No sé cómo funciona la Fuerza y no lo puedo censar, así que esta estación es mágica.” Dijo ofuscada la twi’lek. “¿Puedo ir a dormir una siesta con Shin?”
“No.” Dijo ofuscada Alara.
“¿Cómo terminaste con Shin, Alara? Su Orden es muy rígida con estos asuntos.” Dijo sin cuidado Uzuri. “Es… curiosidad académica.”
“Lo amo desde el día que lo conocí, me tomó demasiado tiempo hacer algo al respecto.” Dijo sonriente Alara. “Él… se sentía igual y ahora que tengo un poco de… perspectiva siempre me lo ha demostrado a su manera… Mirabella va a regañarme.”
“Estaba con Artemios y Vatse…” Dijo al aire Vitti. “Necesito un baño… ¿Vamos a vivir aquí?”
“Shin dijo algo de un crucero y la ayuda de Erdos y ustedes.” Dijo pensante Alara. “No lo sé…”
“Tu novio solía tener una flota… La usaba para proteger planetas desprotegidos, como en Rhelg. Así sumamos apoyo del otro lado de la galaxia también. ¿Cómo se llamaba el almirante?” Dijo al aire Mirana.
“Ah, el peludo. Kosh…” Dijo divertida Shia. “Gran tirador.”
“Siento que no sé nada de él…” Dijo al aire Alara.
“Es difícil saber de él, Alara. Nosotras solo conocemos lo que nos ha contado y lo que hemos hecho.” Dijo pensante Mirana.
“Además, SIS no tiene ni idea de lo que pasa en espacio imperial.” Dijo con seriedad Artrisa. “Shin es un héroe en la Ascendencia y sus espacios aledaños.”
“Eso lo entiendo, pero… ¿Cuándo descansaba? No…” Dijo al aire Alara.
“Los siths no descansan.” Dijo sonriente Mirana. “No había pensado en eso, Ali. Tal vez…”
“Por eso duerme todo el día con ella, Miri.” Dijo pensante Shia. “Lo has visto, se duerme después de entrenar, después de comer…”
“Sí, pero… No sé, tal vez su cuerpo está recuperándose del daño…” Dijo pensante Mirana.
“Mi amiga en el hospital me dijo que su salud estaba impecable, sin contar lo de su cabeza.” Dijo al aire Alara. “Ese no es el problema.”
“Shin tiene muy buenos amigos.” Dijo pensante Uzuri. “Siempre ha sido así.”
“Es cierto.” Dijo sonriente Alara. “Gracias por escucharme, chicas. Profesor, ¿Cómo cree que deberíamos actuar con la República? Yo sé que te encantaría traer a todos aquí, pero van a tener que coordinar con los científicos del Imperio.”
“No sería un problema, maestra. Nosotros los científicos no estamos atados a la política de la galaxia, más allá de que defendemos el lugar en donde vivamos.” Dijo pensante Uzuri. “Si me lo permiten me gustaría organizar esto con la República, hay mucho para aprender aquí.”
“Lo hablaremos con Mirabella, ella es mi contacto en la República.” Dijo pensante Alara. “Lo dejé durmiendo en la nave, así que no se preocupen por él.”
Alara caminó por la puerta para acercarse a Artemios y Vatse. Keyfour estaba traduciendo algo para ellos mientras ellos miraban un peculiar lugar. La entrada parecía ser de otro material, piedra de color arena. Un panel de la pared parecía estar destruido por el sable de uno de ellos.
“Ali, encontramos un secreto…” Dijo al aire Artemios. “Esto es lo único rakata de este lugar. Estoy seguro…”
Uzuri entró corriendo al ver lo que habían encontrado.
“Sorprendente, esto si es rakata.” Dijo sonriente el profesor. “Eso confirma lo que charlamos, Artemios.”
“Exactamente… Este lugar… este lugar fue construido por alguien más. Creo que los rakata han traído esto para bloquear este sector de la galaxia.” Dijo sorprendido Artemios.
Vatse estaba en silencio mirando hacia el nuevo cuarto.
“Creo que es una sala de meditación…” Dijo pensante el rodian. “Estos rakatas se abusaban del lado oscuro.”
Shin pasó corriendo frente a ellos para saltar hacia el cuarto, Alara lo siguió de cerca para recibir un empujón de su telequinesis y terminar en los brazos de Artemios. Lo siguiente que vio fue un rayo de plasma cortar el aire frente a ella. Se asomó para ver a su novio esquivar los disparos de una torreta mientras las paredes se abrían para liberar una docena de droides. Shin usó su telequinesis para arrancar las torretas y destruir a la mitad de sus enemigos. Seguido, encendió sus sables para rematarlos. Shin levantó la mirada para acercarse a ella.
“¿Estás bien?” Preguntó sonriente.
“Sí…” Dijo pensante Alara. “¿Cómo…?”
“Lo sentí en la Fuerza, este lugar me recuerda a lo que encontré en Tatooine.” Dijo divertido. “Syo y yo encontramos varios droides de esta manera.”
El resto se acercó a escuchar y revisar lo que había destruido.
“Esta estación es más… antigua que los rakata.” Dijo al aire Shin. “Esto es lo único que han dejado, además del software dentro de los controles.”
“Podrías haber dicho algo…” Dijo jocoso Artemios. “Eran basura…”
“Son antiguos…” Dijo al aire Shin. “No podía… comprobarlo, era una sensación, Artemios. Tú sabes cómo es la ciencia.”
“Deberías confiar un poco más en la Fuerza.” Dijo jocoso el purasangre.
“El problema es que poco sabemos de los que precedieron a los rakata.” Dijo al aire Uzuri.
“Los famosos arquitectos…” Dijo al aire Artemios.
“Coincide con lo que vemos, ellos crearon las hiperlanes, ellos pueden… bloquearlas.” Dijo al aire Vatse.
“Es una buena hipótesis, Vatse.” Dijo al aire Uzuri. “Exploremos.”
Alara apretó el guantelete de Shin para ver lo que los rodeaba, parecía una sala de meditaciones, pero también parecía un dojo.
“Tenías que descansar…” Dijo en voz baja.
“No me gusta estar solo en la cama…” Dijo sonriente Shin.
“Estúpido…” Dijo al aire Alara.
Sus amigos ya estaban revisando el lugar sin cuidado mientras aparecía el pequeño robot que mapeaba el lugar.
“Estos tres están en su lugar…” Dijo sonriente Shin.
“Vitti quería darte un masaje… Puedes… aceptar.” Dijo apenada Alara.
“Eh, prefiero que me toque mi novia… Es hermosa y sus ojos me vuelven loco.” Dijo jocoso Shin. “Es alta como tú y le encanta que me pasee desnudo frente a ella.”
Alara sonrió divertida para apretar su mano y seguir de cerca al profesor.