-¿Ahora qué?-pregunto Nicolay, escuchando un nuevo llamado de cuernos a la distancia.
-Receso-dijo Perdiz.
-¿Receso?
-Youko debió estar realmente cerca, durante un receso Ailur se esconde en su palacio, el juego para y podemos dejar nuestros roles temporalmente, ósea que puedo presentarte a los demás.
-¿Sera buena idea?
-Considéralo una segunda oportunidad de dar una buena primera impresión, anda, yo te cuido.
De no ser por la absurda situación en que se encontraban, Nicolay habría considerado aquella como una villa más, algo pequeña, con muchas casas desocupadas a causa de una reciente masacre, pero una villa más, Perdiz le llevo primero donde habían dos casas bastante grandes, una junto a la otra, una tenía una herrería y la otra un deposito de maderas, fueron primero a la herrería.
-El es Brunco, el Herrero-presento su hermana.
-Hola…-Brunco era un tipo grande y de aspecto algo hosco, le intimido la facilidad con que cargaba un pesado yunque cuando llegaron-le juro que no soy ningún ladrón.
-Y yo no soy herrero, chico-dijo, con inesperada cordialidad-era pescador antes de que Thormu me arrastrara aquí.
-¡Deja de decir eso!-exclamo un hombre pelirrojo que salió del depósito de maderas.
-El es Thormu, el Leñador.
-Yo no te arrastre a ninguna parte, viniste porque queríamos lo mismo.
-No, yo vine porque estabas seguro de que ibas a morir si te dejaba solo.
-¿Quieres callarte?
-No puedo, como el Herrero debo ser siempre honesto.
-¡Estamos en receso!
-Eso no me quita la costumbre…además es gracioso ponerte del color de tu cabello.
-¡Ahg, ojala te comiera un gigante!-cargo un saco y se alejo, pero se detuvo a medio camino-este…puede que me tarde en volver, ¿Triguen se puede quedar contigo?
-Claro, amigo.
-Gracias-y se fue.
-Eso fue interesante-dijo Nicolay.
-Mira allá.
Perdiz apuntaba a un grupo de cuatro niños jugando, la mayor, indico, era Triguen, era la hija de Thormu y tenia doce años, luego estaba Grei, de siete, y los gemelos Nico y Arda, de seis, eran hijos de Brunco, eran los únicos niños y habían nacido allí dentro, ya solo con eso Nicolay entendió que habían pasado más de doce años desde la última vez que alguien había logrado capturar a la diosa.
-¿Qué hacen ellos?
-Ailur no les da roles a los niños.
-Por ahora-dijo Brunco.
-Imagino que Bria no se dejara ver hasta que pase el receso.
-Ya la conoces.
-¿Quién es Bria?-había oído el nombre antes, cuando le atraparon fue la que le defendió indirectamente para proteger sus privilegios.
-La Dama, un verdadero esperpento, pero su rol le hace parecer una belleza, también es la madre de Grei y…bueno, preferiría que te mantuvieras lejos de ella.
-Ah…está bien…entonces, ¿los roles pueden alterar como uno luce o se comporta?, porque creí que solo estaban actuando.
-Depende del papel-dijo Brunco-de cuales sean las limitaciones y los privilegios.
-Ya te lo había explicado, cualquier cosa que siembro se muere, no puedo cultivar.
-Sí pero eso es algo que pasa por fuera, porque ella controla este sitio, pero-miro a Brunco-¿lo entendí bien?, ¿no puedes mentir?
-No, el herrero es la persona más honesta del pueblo, puedo quedarme callado pero eso delata que escondo algo.
-Y la Dama cambia de apariencia, en verdad hace lo que se le antoja con nosotros.
-Ya tuvimos esta discusión, Rapaz.
-Sí, sí, sí, pero intento entenderlo, ¿Qué pasara conmigo?, ¿me voy a volver un ladino y un mentiroso?, ¿Cómo era el ultimo ladrón?
-¿Merhs?, el era agradable-dijo Brunco-estuvo casi treinta años aquí, jugando el juego, manteniéndonos unidos, nos daba esperanza, ladino y mentiroso no son palabras que oirás para referirse a Merhs.
-Él planeo atacar a Ailur durante una de sus visitas, después de tantos años se había acostumbrado a venir a la villa para observarnos y está prohibido capturarla aquí, Merhs estaba seguro de que se sentiría tan abrumada que al menos uno de nosotros sería capaz de ponerle las manos encima y ni siquiera su esclavo podría impedírnoslo.