La Leyenda del Demonio de la Luz

Parte 1

Luego de tener una sesión de sexo, dos seres se relajaban conversando y fumando en la cama de la casa del hombre, ambos no necesitaban dormir, porque eran demonios con una misión en la Tierra.

 

— Ya casi tienes las 1.000 almas puras Elsa, cuando lo logres podrás volver al infierno y serás uno de los Generales Mayores, yo ni siquiera voy en las 300 — dijo el ser de nombre Christian.

— Para eso es mejor tener forma de súcubo (demonio con forma de dama) que incubo (demonio con forma de varón), los hombres son más fácil de seducir y hacer que desaten sus pasiones — lanzó una bocanada de humo, y se perdió un rato en sus pensamientos — lo que se hace difícil ahora es encontrar personas de alma pura, ya casi no quedan, llevo más de 600 años en mi misión, creo que tú tendrás que trabajar más de 1.000.

— Puede que tengas razón, pero me gusta mi cuerpo como hombre, ser mujer no es para mí, no me gusta recibir, solo dar — rió malicioso por su comentario — tienes suerte que ningún humano puede resistirte, pierden la cabeza por ti a pesar de la edad o el nivel que tengan, es que con tu figura — la miró fijamente, era una pelirroja de ojos verdes deslavados, y un cuerpo ni gordo ni flaco, con las curvas perfectas, la besó metiendo la lengua muy sensualmente en la boca de la mujer — me enseñaste muchas cosas para realizar con mis nuevas conquistas, gracias.

— Es que no sólo debes centrarte en la misión, es nuestro objetivo principal, pero cada vez que puedo y no tengo a nadie puro, aprovechó a quien encuentro, nunca está de más volver más negra un alma — se levantó con paso cansado — debo irme, tengo que ir a mi trabajo — se despidió del moreno.

— Mujer, que buena trabajadora eres, muy puntual.

— Tengo a alguien en la mira, tal vez en 6 meses máximo podré dejar el mundo de los humanos, nos vemos, si encuentro alguien para ti te aviso.

 

Fue a su trabajo, allí tenía en la mira al compañero que la ayudó cuando su anterior pareja quiso obligarla a irse con él, luego que Elsa lo había dejado por infiel. En realidad, fue ella quien hizo que otros súcubos lo sedujeran y así pudo "descubrir" su engaño, y por fin tuvo la excusa perfecta para separarse de ese ser que ya la aburría con sus peticiones, ya tenía el alma negra antes de conocerla, luego se puso totalmente oscura. También le sirvió para hacerse la damisela en apuros, y ver si alguien la ayudaba. En este caso fue Adrián su salvador.

 

"Siempre es lo mismo con los humanos, se muestran buenos, que no hacen daño a nadie, pero al conocerlos más a fondo, todos tienen algún vicio, esconden algún pecado. Hasta ahora ese tipo no ha demostrado tener ninguno, si es así creo que por fin encontré el alma que me faltaba".

 

Esa tarde al salir de la oficina la demonio simuló haberse torcido el tobillo y le pidió ayuda a su objetivo, el joven la llevó a su casa en su auto. Mientras iba con él se quejaba, bajaba a tocarse el tobillo, y siempre, por casualidad le tocaba el muslo, siguió coquetandole, a pesar de eso el hombre le dejó preparado algo para que comiera en una mesita al lado de la cama y se fue, y eso que ella se había puesto un coqueto baby doll verde que combinaba perfectamente con su piel clara.

 

"Qué diablos, no creo que sea gay — pensó un rato — sí es así tendré que intentarlo de nuevo con otro, que difícil se me hace esto".

 

Ese fin de semana Elsa invitó a Adrián a la playa para agradecerle su amabilidad con ella, lo llevó a un lugar apartado, pero sólo almorzaron y se bañaron, se había puesto el bikini más pequeño que tenía, incluso se le salían los pezones a veces con los movimientos, pero tampoco pasó nada, cuando iba a desistir y buscar a otro candidato, se encontró a la hermana del hombre, que la estaba esperando fuera del bloque de su departamento cuando la mujer del cabello rojo volvió del trabajo.

 

— Hola, tú debes ser Elsa.

— Sí ¿Nos conocemos? — se le hacía familiar su piel cobriza y sus ojos cafés.

— No, soy Alexa, la hermana de Adrián.

— Me habló una vez de ti. Pasa por favor.

 

"Qué diablos quiere conmigo, está muy nerviosa, será que viene a decirme que lo deje en paz porque no le gustan las mujeres. En ese caso mejor se lo dejaré a Christian".

 

Guardaron silencio mientras subían los pisos, en el tercero la pelirroja abrió y dejó que la invitada entrará primero.



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En el texto hay: sexo, amor, rabia

Editado: 11.11.2019

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