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-Lamento tanto su perdida, señora Foissard- Los invitados se acercaban a ella y decían palabras de aliento, pero la mente de Aurora apenas podía conectar todo lo que estaba sucediendo, se había llevado el cuerpo de Fernando hace una hora, para cremar su cuerpo. Mientras ella y los hijos de su marido se quedaban esperando afuera.

Como era de esperarse, ellos lloraban inconsolables, al menos los menores, que eran las gemelas y el pequeño Eric. Pero, Dean, quien era el mayor y al igual que ella, estaba en silencio frente a ella con los brazos cruzados y la mirada perdida. Ella en cambio, estaba algo, confundida

¿Qué iba a hacer ahora? Era viuda ya. Era viuda. Fernando había muerto después de un año de matrimonio y eso solo le había puesto un enorme letrero social en la frente. Cerro los ojos y sintió punzadas en la sien. Tenía hambre, había estado despierta ya por 48 horas y era molesto, todas las personas acercándose, dándoles palabra de aliento e ignorando a los niños que lloraban en voz alta

Pronto se iría

Miro a los hermanos de Fernando, que estaban en una de las esquinas de la sala del crematorio, sentados en grupo y hablando entre ellos en voz baja

Recordaba las palabras de Fernando de hace dos días. Quería olvidarlas, quería irse y vivir su vida. “No los dejes solos, Aurora” Ellos no estarían solos, tenían a sus tíos ¿No? Ella podía irse después de tomar el dinero de la herencia que Fernando le aseguro que le había dejado y se iría. Podría su propio negocio y prosperaría. Aparto la mirada de ellos molesta. Suficientes desplantes le habían dado ya desde que se casó con Fernando

-Elaine, Herace- Le hablo a las chicas, se agacho a su lado y les dio un par de pañuelos- ¿Ya tomaron la medicina? -Las chicas apenas le prestaron atención, seguían inconsolables. Aurora también las entendía, bueno. Hasta cierto punto. Ella también había perdido a su padre, pero era tan pequeña que no se acordaba mucho de eso.

Dean se levanto y fue hacia ella. Lo miro de reojo y se enfocó de nuevo en las niñas, les abrió las botellas de agua para que bebieran un poco. Ellas obedecieron y dieron tragos cortos. También abrió una para Eric.

- ¿Tienes hambre, Dean? -Pregunto cuando el niño moreno de ojos azules estuvo frente a ella, apretando las manos en puños. Lo miro de reojo y siguió atendiendo a las niñas

‘Me voy a ir pronto, lo menos que puedo hacer es acompañarlas y apoyarlas’ Se levanto cuando Dean comenzó a llorar y extendió los brazos. Dean la abrazo llorando, sin poder contenerse, así que ella le acaricio el cabello

Fernando Foissard tenía 66 años y 5 meses cuando murió. Estaba en su segundo matrimonio, con Aurora Church de 20 años y viudo de su primer matrimonio del cual tuvo 4 hijos. Dean que actualmente tenía 13 años, las gemelas Elaine y Herace de 10 años y el pequeño Eric de 3 años. Fernando era el dueño de un empresa hotelera y a diferencia de su primera esposa, que murió por deficiencia cardiaca, el llevaba arrastrando el cáncer por varios años.

Tres días antes tuvo una recaída, de la cual ya no se recuperó. Murió en la camilla del hospital sujetando la mano de su esposa y rodeado de sus hijos. Pero, Fernando murió riéndose de su ultima broma. Una que su esposa se enteraría en cuanto leyeran su testamento.

Los hermanos de Fernando veían a la viuda y a sus sobrinos con desdén, no podían esperar a ir a… recuperar lo que era de ellos de las manos de esa trepadora.

Aurora se sentó en el sofá alado de los demás niños y ellos también la abrazaron, ahora estaba sentada en medio, abrazando a dos niños de cada lado y diciéndoles palabras de aliento, las gemelas lucían bastante tristes al igual que Eric, ellos tres ya tenían los ojos hinchados, los labios y la ropa llena de lágrimas. Dean en cambio apenas sus ojos comenzaban a hincharse

“No los dejes solos” La voz de Fernando todavía estaba encerrada en su cabeza

“Yo también, yo también tengo derecho a rehacer mi vida” Pensó cerrando los ojos, tratando de calmarse, pero aun seguía nerviosa de lo que pasaría

-Señora Foissard- Aurora levanto la vista y se encontró con Enrique, uno de los amigos de Fernando, el hombre se quito el sombrero y se inclinó levemente ante ellos, Enrique lucía bastante agotado, era el principal socio de Fernando en el negocio de hotelería y uno d ellos hombres que siempre estaba a su lado

-Señor Nicolae- Saludo, los niños se separaron un poco de ella, dándole espacio de hablar mas cómodamente, pero no se alejaron mucho ni tampoco la dejaron levantarse

-Mis mas sinceras condolencias a la familia Foissard, cuentan completamente con el apoyo de la familia Nicolae- Hablo sinceramente- ¿Señora Foissard podrá dedicarme unos minutos? -Vio a los niños aferrados a ella- Cuando pueda, claro

-Por supuesto, Enrique- Accedió, el hombre entonces se retiro a una de las sillas. Aurora pronto sintió pesadez. Pero escucho que alguien mas se acercaba así que se forzó a permanecer despierta

- Ay, mi querida hija- Vio a su madre, que se puso de canclillas frente a ella y la abrazo del cuello, sin lastimar a los niños que aun as aferraba a su cuerpo, pero si a ella al jalarla del cuello

-Mamá, vas a romperle el cuello a Aurora- Miro a Charlie y le agradeció, pero su hermano solo hizo una mueca-

-Mi preciosa hija está pasando por uno de los momentos más difíciles de su vida- Acaricio su cabello- Oh, mi tesoro- Sollozo la mujer

-Mamá. Vas a matarme- Murmuro intentando quitársela de encima sin soltar a los menores. Finalmente, Fidelia soltó a su hija junto cuando salió un hombre de la sala donde habían llevado el ataúd de Fernando

- ¿Señora Foissard? - La llamo, todos lo miraron y la sala quedo en silencio, Aurora tuvo que soltar a los niños y levantarse para seguirlo. Aurora recibió en silencio la caja con las cenizas de Fernando y por un segundo sintió que las piernas le fallaban, pero fue capaz de mantenerse en pie- Lamento su perdida- Dijo el hombre canoso y Aurora asintió. Camino de nuevo a la salita con las manos temblando