Capítulo 4.
Tú y yo: Cicatriz en forma de cruz I
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Mientras Viktoria observaba a Skaargard pasearse frente a ella, en el salón principal de la casa, donde también estaban presentes Anne y Ben, el nerviosismo ya había empezado a aflorar en ella. Y la hacía rememorar viejas épocas con la actual. Quizá llevaba cinco años sin haber tenido contacto con Mihael, pero ahora simplemente, era como si no hubiera pasado el tiempo, y estuvieran trabajando juntos de nuevo.
—Lo primero, necesitamos un aliado logístico — anunció Skye de repente
Viktoria frunció el ceño. Skaargard nunca había querido aliados de ningún tipo. No era su estilo.
—Llamaré a Jin Carter. Me debe algunos favores. Además, necesitamos una piloto que pueda obviar espacios aéreos controlados. Una experta en sigilo; ella es la indicada — agregó Skaargard
—Ethan no querrá dejar ir a su hermanita en algo así. ¿Además porque necesitamos una piloto? Podemos hacer un plan que no involucre a una — cuestionó Viktoria al reconocer el nombre de una hermana de su ex camarada Ethan Carter.
—No, ¿acaso olvidaste el detalle de que Laarson Refilsson es el que está detrás de todo esto? Es alguien como yo. Piensa como yo. Es como yo. Para que ir más lejos. Se crió conmigo. Todo este tiempo lo creí muerto y ahora descubro que vive, es algo que me tiene alterado — afirmó el sueco viendo a la ventana.
Ben se atrevió a preguntar.
—Espera, si vas a entrar así, significa que tienes algún plan extraño en mente.
—No precisamente. Iremos directo al único sitio donde podría estar. Iremos a su casa familiar en New York, o sea en la última locación conocida que tiene declarada — contestó Skaargard—. Aunque no esté allí podríamos tantear más pistas que nos lleven a su verdadera ubicación. Como dije, él y yo compartimos muchas cosas, y es por eso que quizá, en parte pueda departir con él, contándole de mi vínculo con el niño y quizá la forma de despertar alguna emoción en él, es estando cerca de su propia familia. Él es un sujeto casado hace años.
Viktoria arrugó un poco las cejas. No entendía la lógica de Mihael de intentar razonar con un asesino apelando a la fraternidad, como así tampoco comprendía del todo el vínculo que esos dos compartían.
— ¿Oye y tú has conocido alguna vez a la mujer de Refilsson?
—No, Refilsson siempre la resguardó de todos — contestó Skaargard
— ¿No era que eran cercanos? — preguntó Ben
Skaargard suspiró.
—No tanto el último tiempo. Tuvimos algunas diferencias. Pero jamás conocí a su esposa
— ¿Cuál es el plan entonces? — inquirió Viktoria
—Primero, pedir a Jin que venga y máximo este aquí en un plazo de tres horas. Con su equipamiento propio. Y segundo, empacar. Luego salir para New York — respondió Skaargard.
Aunque Skaargard no les mencionó que iba a hablar con alguien para que les mandara a Jin, y era un alguien que estaba endeudado con él, pero no quería que Viktoria lo supiera explícitamente.
Volvió a mirar, un poco impaciente al hombre alto que estaba con Viktoria. Era cierto, aun sentía cierto resquemor por la presencia de ese hombre, pero su aspecto físico sugería que se trataba de un sujeto muy preparado en luchas. De seguro era algún tipo de instructor. Y Viktoria parecía confiar en él. Ben que era muy perspicaz, pareció captarlo y decidió romper ese hielo.
—Viktoria es mi hermanastra. Si vamos a trabajar juntos, necesito que lo recuerdes.
Skaargard abrió un poco sus ojos. No esperaba dicha confesión. Que de alguna extraña forma le hizo bajar la guardia, aliviando sus sentidos. Viktoria ya no dijo más, y solo se limitó a observar como Skaargard tomaba un pincel y escribía un esquema dentro de la pizarra.
En ese instante, verlo en esa posición con el brillo sugerente de la cicatriz en cruz en su rostro, le trajo un aluvión de recuerdos, que en pos de su propio hijo y deseo que no enturbiase la misión, habían obviado en el trato con Skaargard porque era lo mejor para los dos en ese momento.
Recuerdos de hace cinco años atrás.
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La joven Viktoria estaba más que sorprendida. Había logrado hacer un viaje en avión de más de diez horas en completo silencio con Skye. El agente lo piloteaba y ella estaba en el comando de copiloto, aunque apenas era algo decorativo porque el capitán era él.
Por su rostro intuía que estaba enfadado porque Hamill determinó que esa chiquilla tendría que acompañarlo. Él no era ningún novato y para tareas de inteligencia apenas necesitó a Wyatt alguna que otra vez. Pero según Hamill, esta vez precisaría de los servicios de Viktoria.
Su destino era Hong Kong y tenían que recuperar un disco duro, que Viktoria conseguiría hackeando el sistema principal del sitio donde iban, que era un casino muy frecuentado por la yacuzas japoneses y mafiosos hongkoneses que tenían sede en New York, usándolo como canal de tareas.
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Editado: 24.10.2021