Capítulo 16
La Emboscada de Colton
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¿Cómo es que luego de todos estos años y de todo lo que habían vivido juntos, ella no tuviera en reparos en correr hacia él apenas tuviera oportunidad?
¡Maldita Freya!
Refilsson no sabía si estar furioso, o rabioso. A la menor oportunidad y apenas oía ese nombre maldito de Mihael Skaargard, ella no dudaba en clavarle una estaca y traicionarlo. Confiaba en las habilidades de Colton de traerla de vuelta, pero también se preguntaba si él mismo sería capaz de recibirla sin reproches o que Freya lo volviera a mirar con los mismos ojos de estos últimos años.
Con esa mezcla de fraternidad que lo exasperaba unida a esa odiosa compasión por su cuerpo chamuscado. Laarson Refilsson terminó por hacer añicos el vaso de whisky que su eterna amante Sophia le trajo. La mujer lo observaba con aparente calma e indiferencia, pero por dentro, se desgarraba de pensar que Refilsson estuviera así por causa de aquella mujer nuevamente.
Laarson Refilsson amó a Freya desde que eran unos niños, y el destino los encontró en medio de la tragedia en aquel barco que venía de Escandinavia. También selló su cruento destino con Mihael de forma paralela, con quien terminó uniéndose en una relación de hermanos bajo la supervisión de Takeru Ren, pero cuyo vinculo era más potente que eso, e iba más allá, por saberse que compartían los mismos orígenes, el mismo anhelo secreto de regresar alguna vez a la tierra de sus ancestros, así como el profundo dolor de aquella tempranera tragedia del barco.
Miraba a Sophia, y por más que quisiese, nunca podría llegar a sentir por la madre de su hijo, ese mismo deseo o intensidad de sentimientos que tenía por Freya. Como una flama eterna que nunca se apagaba. Freya fue buena y comprensiva con él durante todos estos años que figuró su matrimonio, uno que él sabía que ella tomó más por la pena de no saberse sola y por sentirse una viuda de Mihael, y Laarson parecía lo más cercano que podría estar del sueco muerto.
Refilsson siempre lo supo, pero nunca se lo reclamó. No sabía que sentir. Si amar con furia a Freya o detestar a Skaargard por arrebatarle siempre todo. El cariño de su maldito padre adoptivo, el hecho de que éste prefiriera enseñarle las técnicas secretas a Skaargard antes que, a él, y finalmente el amor de la única mujer que amó. Ni siquiera cuando al fin pudo hacerla su esposa, el recuerdo y la sombra de Mihael siempre estuvieron entre ellos dos,
Aunque también albergaba recuerdos bonitos, como por ejemplo aquella vez en la cual casi muere en el incendio provocado por Viktoria Sterling, podía recordar como Freya lloró al verlo en ese estado. Como lo cuidó con aprehensión. Aunque tuviera que haberla engañado en su ingenuidad y decirle que ocurrió en cumplimiento de algún deber con la policía secreta, donde decía trabajar. Prefería decirle eso y no que pasó cuando estaba torturando a una mujer, la misma cuyo secuestro de su hijo fraguó hace poco.
Pero de todas formas ¿de que habían servido años de preparación y pequeños engaños? Ahora Freya ya estaba al tanto de todas sus andadas y sus mentiras. Y era más que seguro que lo detestaba con toda la fuerza de su corazón. Apretaba sus puños al pensar que su odio solo podría ser equiparable con el eterno amor que sentía por Mihael Skaargard.
Terminó por arrojar el contenido que de la mesa al suelo y gritar: ―. Que me avisen de inmediato cuando haya noticias de Colton.
Sophia solo se limitó a asentir con la cabeza, aunque tuvo que contener una rabiosa lagrima que amenazó con delatar, no solo su despecho, sino que también podría exponer una debilidad que nadie sabía que tenía: un corazón roto.
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Jin conducía su jet en alerta, ya que sabía que el probable ataque de Refilsson seria con algún tipo de misil para derribar el avión y alienar a los ocupantes ya que con el trabajo de inteligencia que realizó, el equipo de Refilsson tenía la certeza de que Viktoria y su familia la ocupaban.
Así que estaba preparada para todo. No se equivocó del todo.
Cuando sus radares anunciaron que su jet estaba en la mira de fuego de un misil antiaéreo desde tierra, sabía que Refilsson había iniciado el ataque. Preparó su equipo de salvataje y fijó sus coordenadas para saltar.
Puso el jet en automático, abrió la compuerta y se lanzó por los aires. En tierra, el artífice del ataque no había sido Refilsson propiamente, sino su enviado, su hijo y primer teniente, el peligroso Colton Benedictis, que observaba como el jet luego de haber sido impactado caía estrepitosamente al suelo.
Colton estuvo tras la pista del jet, y cuando lo hubo ubicado ordenó que le dieran de misil, porque estaba seguro que eso ameritaría que sus ocupantes se arrojaran para salvar sus vidas.
―Informen la situación ―ordenó Colton a los miembros de su equipo que estaban haciendo rastreos satelitales de probables señales que implicasen paracaídas o capsulas de rescate que hayan escapado del avión derribado
―Solo ha podido rastrearse un solo equipo. Un paracaídas ―informó un hombre
Colton enarcó una ceja.
O solo sobrevivió uno o el resto pereció dentro del avión, si es que había más gente. Por eso consideraba raro el asunto, ya que, si Viktoria Sterling iba dentro del mismo, mínimo iba a transportar con ella a su propio hermanastro, según los informes, sin contar que tenía un hijo de cinco años que también debería estar cerca.
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Editado: 24.10.2021