Capítulo 17
El plan de Hank
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Cuando Refilsson se enteró de la captura completa de su mayor equipo de elite, incluido la de su propio hijo quien se suponía era su brazo ejecutor, estalló en furia. Todo había salido mal. Desde el maldito plan de venganza contra Sterling, el estúpido secuestro y hasta la traición de Hank. Y, es más, con sus acciones empujó que Freya pudiera correr a los brazos de ese idiota de Skaargard, se lo puso fácil y en bandeja ¿Qué tenía él para ganar?, nada.
Y lo peor es que estaba solo. Quizá tenía los recursos para escapar antes de que ese desgraciado de Luke Wilson lo rastree, pero no quería salir huyendo como rata. Tanto tiempo esperó para vengarse de esta mujer Viktoria y ahora no tenía ganas de seguir esperando más. También intuía que era tiempo de enfrentar a ese maldito de Skaargard y saldar esas cuentas de desprecio y odio que sentía hacia su hermano adoptivo.
En realidad, los sentimientos que movían a Skaargard siempre serian confusos. Era como un odio intenso que se cimentó en la envidia y la rabia, pero en el fondo existía como un resto de amor fraternal que se negaba a morir del todo, aunque de boca para afuera Refilsson dijera que lo único que deseaba era matar a ese imbécil. De todas formas, eso era más raro aun, porque él podía perfectamente haberlo enfrentado en la época que compartieron juntos en el Escuadrón de Asesinos de la Agencia, pero nunca lo hizo.
Posiblemente la única que siempre supo de esto era Sophia, la mujer que lo conocía tanto. Y Hank.
Aunque Sophia jamás se atrevería a tirarle esas cartas a su antiguo amante por temor, ya que Refilsson odiaba cuando alguien le hablaba con sinceridad acerca de los verdaderos móviles hacia su hermano adoptivo o intentaba querer hurgar en su intimidad.
Con respecto a Sophia Benedictis, las cosas estaban peor. Cuando supo que su hijo, su adorado vástago y flor de todas sus esperanzas de un vínculo poderoso e irrompible con el hombre que amaba había sido capturado y puesto fuera de comunicación, la mujer tuvo una crisis de nervios. La falta de noticias veraces implicaba que no se sabía con exactitud si estaba muerto o no. Es lo que pasaba con los miembros de criminales organizados como su padre.
Intentaba mostrarse fuerte, pero por dentro su corazón de madre estaba deshecho.
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Mihael salió con Wyatt en uno de sus vehículos especiales, siguiendo la pista por sobre todo del vehículo que transportaba a Viktoria. Y como Mihael suponía, no hallaron pistas de Hank, y eso que él era bueno rastreando gente. Él mismo conducía la camioneta a alta velocidad mientras Wyatt se comunicaba o al menos intentaba establecer enlace con Jin quien le dio la ruta al encargado de transporte de Viktoria.
Pero ella no respondía.
―Algo no va bien aquí. Jin ha perdido señal hace horas. Esa mocosa siempre haciendo las cosas a su modo ―replicó Wyatt tocando el teléfono inteligente que daba señal cero ante la furia de Skaargard, que oía esto y aceleraba aún más. Una de las cosas que más odiaba era sentirse estúpido y que le vieran la cara de tonto. Habían salido huyendo frente a sus narices y él ni siquiera lo hubo previsto. Eso lo enfurecía aún más.
Viktoria debía haberlo esperado. Eso era lo natural y previsible. Se suponía que estaban bien. Ella le había dicho que podían forjar una relación con el niño que hasta ahora él desconocía.
Pero más inútil se sentía cuando recordaba que fue él quien dejó suelto a ese maldito de Hank, sabiendo de su peligrosidad. Si traicionó a Refilsson ¿Por qué no hacerlo con ellos?, aunque fue él quien confesó la verdad acerca del engaño de Refilsson y le hubiera traído de regreso a Freya y al hijo de Viktoria, esa pobre pequeña víctima del pecado de sus padres; Hank no era confiable. Su mente era un regadero de furia.
Aunque no podía dejar de admitir que volver a ver a su primera mujer y viejo amor perdido le había desahuciado a tal nivel que olvidó lo más elemental y mermó su propia capacidad de comprensión.
¿Tan estúpido se volvió? Y ahora la incertidumbre de pensar que Viktoria y el niño podrían estar corriendo peligro lo exasperaba aún más. Apretó el acelerador, haciendo que Wyatt se diera un buen golpe en la frente.
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El conductor asignado por Jin era un joven agente, recién salido de la academia, pero leal, justamente por eso es que la mano derecha del director lo seleccionó para la tarea de transportar a Viktoria y a su familia.
Tenía indicaciones de ir a velocidad normal, fuera de caminos alternativos, dentro del mapa habitual, para no llamar la atención. Justamente por profesionalidad es que casi no había cruzado palabra con sus pasajeros que iban charlando normalmente o al menos Ben intentaba tener una conversación con su hermanastra.
― ¿Qué se supone que pasará ahora?, esa comadrejita dijo que nos pondrán vigilancia allá en Cantón, pero yo no podría vivir así ¿no sería mejor mudarnos? ―increpó Ben
―Si las cosas siguen peligrosas, creo que no tendremos más opción ―respondió Viktoria con la mirada perdida en la ventanilla cerrada.
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Editado: 24.10.2021