Leander estaba impaciente. Jugueteaba con sus dedos entre sí mientras miraba constantemente la hora en su reloj.
La boda se realizaría en familia. Sin ningún otro invitado fuera de ella para prevenir algún incidente. Solo estaban ellos ahí, en un pequeño salón de Moscú lejos de la gran multitud de la ciudad; solo estaban cuatro Ivanov presentes junto con su invitado especial que ahora trabajaba para ellos. Yelen había insistido en tenerlo presente, y a Leander realmente ya no le molestaba su presencia. Erick Sallow ahora era parte de ellos, un miembro activo de la empresa y el mejor amigo de su casi esposa.
Yelen solo se encontraba solo a unos pasos de ellos, así que.. ¿porqué aún no venía?
– ¿Crees que haya pasado algo? – preguntó Leander nervioso.
Zev Ivanov volteo a su alrededor, achicando su vista para tratar de vislumbrar el vestido de novia que Yelen de seguro traía puesto, en la lejanía; pero no había rastro de ella, ni de Yelen, ni de su madre, así que si, efectivamente algo debía de estar sucediendo.
Zev estaba seguro que Yelen amaba a su hermano, tal vez las circunstancias en las que su amor creció no fueron tan buenos, pero al final de cuentas el romance que surgió entre ellos era tan puro y sincero, que dudaba que el pequeño cordero quisiera huir horas antes de su boda. Porque no podía hacerlo. Su hermano la amaba como nunca supo hacerlo, así que ella no tenía que dudar del amor que Leander le ofrecía.
– Iré a ver.
El comentario de su hermano lo sacó de aquella nube de pensamientos que había surgido en él después de pensar en la posibilidad de que Yelen pudo arrepentirse acerca de la boda y haberse marchado sin mirar atrás, entonces lo escenarios catastróficos, donde Leander era el protagonista, habían surgido. Y tal vez algo parecido surgía en los pensamientos de su hermano.
Pensamientos que aumentaron al ver la habitación donde Yelen debería estar; completamente vacía.
– ¿Donde esta mamá? – preguntó Lukyan detrás de Leander, quien solo había centrado su atención en buscar con su mirada a Yelen, sin lograr encontrarla.
– Ella no está – susurró cohibido. Las emociones estaban tomando el control de su cuerpo, era como una explosión de todos ellos. Tristeza. Angustia. Incluso la ira estaba presente sin ser invitada.
– Chicos.. Vengan aquí.
Los tres Ivanov restantes acudieron al llamado de Yerik, dirigiéndose hacia una de las esquinas de la habitación, donde encontraron a Agnes sentada en el suelo, con los ojos cerrados y completamente inconsciente. Zev se apresuró a ir hacia ella, la tomo suavemente en sus brazos y trato de despertarla con suaves golpes en sus mejillas.
Leander recorrió toda la habitación con la mirada, concentrado en cada centímetro de ésta, tratando de encontrar algo que de seguro había pasado por alto cuando las emociones lo estaban controlando. La mesa de vidrio que estaba frente a un gran sillón aterciopelado tenía un vaso de agua a medio tomar con las manchas del labial que Agnes había dejado al tomar de el; el agua no parecía ser del todo transparente, por lo que de seguro habían puesto algo en el antes de dárselo de beber.
Después de recorrer con su mirada toda la habitación, sus ojos finalmente se posaron en el suelo de madera debajo de él, encontrándose con una nota. Se acerco a donde estaba, se hincó para poder recogerla y con las palabras dichas le había quedado en claro que alguien se había llevado a Yelen.
– ¿Qué demonios es esto? – siseó Leander hacia Agnes, quien lo miraba confundida, apenas había despertado y estaba tratando de asimilar lo que estaba pasando, y lo que pasó minutos antes de que perdiera el conocimiento.
– ¿A que te refieres Leander? Acaba de despertarse, ¿qué tiene que ver ella en todo esto?
Zev lo miraba con desconcierto, pero Leander tenía la mirada puesta en su supuesta "madre". Por mas que Zev se esforzara en decir que Agnes los quería como sus hijos, él jamás lo aceptaría, porque realmente dudaba de aquel amor que Zev le decía, ya que Agnes siempre se escondía entre aquellos inquebrantables ojos negros que no podrías saber con exactitud si esta mintiendo o si es que dice la verdad.
– Este símbolo – dijo mostrando la nota en sus manos, causando que la única mujer en la habitación comenzara a temblar entre los brazos de su hijo mayor.
– Este símbolo lo vi una vez en la habitación de mi padre. Se que tú lo sabes Agnes, no puedes mentirme, se que sabes tanto como lo hace mi padre. Así que dime, ¿quienes son ellos, y porqué Yelen esta involucrada en esto?
Agnes no respondió. Su mirada estaba puesta en aquel símbolo que la perseguía hasta en sus mas profundas pesadillas. No pudo hacer mas que disimular ser fuerte, se apartó del agarre de Zev quien la miraba con ofuscación e hizo lo posible para apartar sus ojos de aquella nota.
– No lo sé – susurró temblorosa.
Leander pasó sus manos por su negro cabello para tratar de tranquilizarse. Chasqueo la lengua repetidas veces y se paró nuevamente frente a Agnes.
– No volveré a repetir mi pregunta Agnes Ivanov. ¿Quiénes son ellos y que tienen que ver con nosotros?
Agnes trago saliva con dificultad. Ella conocía a Leander, lo conocía tanto porque era ella quien lo había visto crecer, y por eso sabía que si no decía la verdad ahora, entonces Leander iba a comenzar a verla como su enemigo.
– La manzana es el símbolo del pecado y la serpiente es el símbolo de los traidores – comenzó a decir con la mirada puesta en el suelo – Ellos una vez fueron parte de la organización, pero tu padre los echó de aquí porque incumplieron las normas regidas por él. Tiempo después aparecieron con esas notas, pero fue hace mucho tiempo, causaron disturbios entre nosotros pero tu padre se encargó de que no volvieran.
Agnes y Zev intercambiaron miradas. El mayor de los Ivanov recordaba perfectamente a que clase de disturbios se refería su madre, por lo que no dudo en creer lo que ella dijo.
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Editado: 14.02.2022