Mis mejores pesadillas.

 Camila, quien era conocida ante la sociedad como una persona alegre, coqueta e inteligente, aparte de estar siempre para ayudar a los demás, siempre estaba sonriendo y daba buenos consejos motivacionales a aquellas personas que se sentían tristes, nunca intento aplicarlo a sí misma. Ya que en realidad era una adolescente con una triste vida, era muy frágil y fácil de manipular, padecía de un trastorno bipolar aunque no era muy constante, no tenía muchos amigos aunque se rodeaba de muchas personas, y tenía constantemente el pensamiento de suicidarse. Fue abandonada por su padre al cumplir los 8 años, por más que quería estar cerca de él guardaba un oscuro secreto que le impedía perdonarlo, su madre, una mujer depresiva, que siempre lucho para sacarla adelante, la única persona que siempre estuvo ahí para ella y quien cumplía todos sus caprichos.

Camila tenía pesadillas sobre la manera en que iba a morir, era una chica bastante rara, y consideraba estas como sus mejores pesadillas, ya que no veía la hora de morir.

Consideraba también que sus pesadillas le revelaban la manera en que debía suicidarse. Las veces que intento hacerlo fue impedido por personas de su familia o alguna persona allegada. No obstante nunca se rindió y siempre decía –quien intenta algo varias veces, tarde o temprano lo consigue-.