La paleta del diablo

Del mandato a la súplica

 


-Querubín:

Las almas llegan aquí en busca de juicio. Buscan purgar sus pecados y accesar al eterno; pero, por qué mejor no piensan en subsanar los errores cuando aún veían la luz.

Hoy confieso haber visto algo inusual, conocí a una persona; alguien cuya única cuenta pendiente es su propio fenecimiento y sus faltas son tan inocentes, como su propio nacimiento.

Un amor juvenil lo hizo valiente, un amor juvenil lo entorpeció, un amor juvenil lo mató.

Creo que su caso es especial y no merece estar aquí. "No soy nadie" para romper las reglas, "no soy quién" para desobedecerle a usted mi gran señor. Pero si algún día debería hacerlo, creo que ese momento es hoy.

Para mi consuelo, y el suyo, él todavía la ama, aun cuando por su causa está aquí, y si la muerte, es parte de la vida, "él ni siquiera ha vivido".

La persona de la que hoy le hago mención, merece otra oportunidad y yo se la daré. 

Que valla y ame, que siga con ella y sea feliz, en fin para eso nacen; a fin, eso es lo que quieren.

Mi existencia por la de él, mi poder por que regrese... tu confianza por su felicidad.

(...)

-Dios: 
que así sea...

 



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En el texto hay: cartas, amor, dolor

Editado: 03.09.2018

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