Las últimas semanas habían sido maravillosas, después de que Liam soltara la noticia de que tendría dos bebés algo había cambiado en Bianca algo la iluminó de nuevo.
Las gemelas habían organizado una pequeña cena, ellas, Liam, Katia, su hijo Rupert y Bianca, además de una tablet donde Lucas, Parker y sus suegros estaban pendientes.
Todo mundo perdió la cabeza al saber la noticia, Lucille estaba hecha un mar de lágrimas al igual que Katia con la noticia.
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Las fiestas las habían pasado ellas tres juntas, Bianca literalmente se había atrincherado debido al clima, aunque seguía bastante frío ya podía salir sin volverse loca.
Ahora estaba por cumplir los siete meses y a pesar de que Liam la mantenía en observación no había sucedido nada alarmante, solo estaban esperando a que no decidieran nacer demasiado pronto, aunque su eficiente medico ya había tomado las medidas necesarias.
Ahora las chicas y Bianca iban al aeropuerto de Boise, para recoger a sus suegros y a Parker y Lucas.
—Chicas respiren, sé que llevan demasiado sin los chicos, pero me comienzan a alterar —las gemelas comenzaron a respirar más lento hasta que dejaron de brincar en los asientos delanteros.
Media hora después vieron a todos cruzar las puertas de seguridad.
— ¡Bianca! —grito Lucille y soltó a Peter corriendo hasta la pelirroja— ¡Pero mira que hermosa estas! Peter ven ¡Mira su pancita!
Sus dos, todavía, suegros acariciaron su barriguita encantados cuando las dos parejitas lograron separarse Lucas y Parker fueron corriendo a Bianca para darle un enorme abrazo.
Había extrañado a sus amigos, cuando ya todos estaban satisfechos salieron del aeropuerto.
— ¿Qué es eso? —Bianca pregunto viendo la enorme maleta que cargaban los dos chicos más jóvenes.
— ¡Regalos para mis nietos! —Lucille comenzó a brincar emocionada y todos recordaron de dónde habían salido las gemelas.
Al final, Lucas, Parker y Peter tuvieron que tomar un taxi para ir a casa.
Una vez instalados, todos corrieron a ver la habitación de sus bebés menos ella, al ser una sorpresa tenía prohibido entrar, se había empeñado en no saber el sexo de sus bebés.
Todos estaban tan entretenidos que cuando el timbre sonó nadie atendió, por lo que con un poco de trabajo Bianca se puso de pie y fue a abrir, Liam estaba al otro lado luciendo nervioso. El anorak verde que traía hacía resaltar sus increíbles ojos verdes.
—Hola
—Hola ¿llego temprano? — pregunto después de darle un beso en la mejilla.
—No, todos están arriba, ya sabes viendo la habitación de los bebés.
—En realidad, estamos aquí— Bianca escucho la voz de Parker, y efectivamente todos estaban de pie en las escaleras mirándolos con una enorme sonrisa la embarazada sintió sus mejillas colorearse.
Lucille y sus hijas fueron las primeras en bajar y recibir al castaño, pero Peter, Lucas y Parker simplemente lo examinaron.
—Ya se conocen, pero él es Liam Baxter, Liam ellos son Peter y Lucille los abuelos de mis bebés y ellos son Lucas y Parker, novios de las gemelas.
Después de los saludos todo el ambiente se relajó, al parecer los tres hombres habían decidido que el médico no era una amenaza así que la cena era muy amena y todos parecían convivir muy bien con Liam.
—Ya era hora de que te conociéramos Liam eres un chico muy guapo ¿Tienes novia? —pregunto Lucille y Liam se ahogó con el sorbo de vino que tomaba mientras Peter veía a su mujer con una ceja levantada.
—Pues no —las gemelas comenzaron a reírse provocando que todos terminaran haciéndolo también, cuando lograron tranquilizarse, fue Peter quien siguió con el interrogatorio
—Entonces Liam tú asistirás el parto de Bianca —Peter al no haber seguido el negocio de su padre, se había dedicado a la medicina así que quería saber todos los detalles. Él se había saltado la línea de empresarios, Mark había sido el encargado de heredar la empresa de su abuelo del cual también había heredado el nombre. Mark Andrew Turner Tercero. Bianca sonrío, pues recordó la cantidad de veces que se había burlado de él por su nombre.