CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

Después de su noche en la cárcel, las cosas se relajaron un poco, claro que Tiffany intento demandar a Bianca, pero Lucas era el mejor abogado y logró librarla de todo.

Luke y Mark no salían del asombro por su comportamiento, pero Bianca no iba a dejar que esa mujerzuela hablará de ellos. Le había costado tranquilizar a sus hijos, pero después de una buena plática estuvieron más tranquilos.

—Bianca, Lucas necesita que firmes unos papeles —le anunció Mark mientras se preparaba para irse.

—Gracias, iré a dejar a los niños con Luke, Liam regresa esta tarde así que querrán verlo.

Mark sólo asintió, Bianca lo conocía tan bien, que sabía que estaba molesto, pero no le negaría a sus hijos el placer de estar con Liam.

Por la mañana, después de firmar los papeles, estuvo encerrada en su estudio sólo diseñando tenía pendiente una colección de pulseras con distintos dijes, que estarían hechas de platino y oro.

Por la noche llego a casa de su hermano, donde estaban sus hijos con Liam; estaba bastante cansada, pensaba seriamente en quedarse esa noche ahí.

— ¿Cansada? —preguntó Emma y ella solo asintió— tus hijos acaban de acostarse, Liam está con ellos.

Emma la miraba pícaramente, claro que ella era team Liam y Luke era team Thomas.

—No creo ser capaz de despertarlos, deben estar muy cansados y yo igual.

—Quédate aquí esta noche —sugirió Luke entrando a la sala.

—Me encantaría, pero tengo trabajo, necesito ir a casa por los diseños.

Emma sonrió aún más

—Pues que te lleve Liam, estás demasiado cansada, los niños pueden quedarse aquí, ya mañana los llevo yo al colegio.

Bianca se quedó mirando a la nada, la propuesta sonaba tentadora, cuando regreso su atención, su hermano miraba a su mujer. Pero antes de decir algo, Liam entro a la sala y vio la competencia reflejada en el rostro de la pareja.

— ¡Liam! —Emma fue la primera— ¿Podrías llevar a Bi a su casa? La pobre está muy cansada.

Bianca vio a su hermano tratar de replicar, pero el castaño le interrumpió.

—Claro, sería un placer.

Luke bufo y su mujer lo miró triunfante. Bianca se carcajeo, era muy divertido verlos pelear, pero sobre todo ver al giganton de su hermano sometido a una mujer de la mitad de su tamaño.

Diez minutos después, Bianca ya estaba en el auto con Liam, se quitó los tacones y se encaramo en el asiento del copiloto.

—Realmente estás agotada

—Así es doctorcito mío —observo a Liam sonreír sin apartar la vista de la carretera— pero tengo que terminar los diseños, mañana tienen que estar en el taller.

—Bien, entonces descansa, te despertaré cuando lleguemos.

Ni siquiera supo sí asintió, sólo sintió sus ojos cerrarse.

— ¿Bi? —Bianca se removió ante el llamado de Liam, poco a poco logro abrir los ojos.

— ¿Ya llegamos? —no reconocía el lugar, en realidad estaban a media carretera— ¿Liam? ¿Qué hacemos aquí? ¿Sucedió algo?

—No, tranquila, es que yo... —Bianca lo miro, pero él miraba al frente, la pelirroja podía sentir su tensión e indecisión— Sabes que eres una de las personas mas importantes de mi vida, te quiero y te respeto, pero no puedo aguantar más, no puedo después de esa noche.

— ¿Que no pue... —no pudo seguir porque un segundo antes estaba sentado mirando al frente y al otro Bianca sintió sus labios sobre los suyos. Al principio se quedó en shock, pero después su cuerpo reaccionó y le correspondió el beso.

Su cuerpo se volvió todo sensaciones; en el fondo su mente le pedía detenerse, pero Bianca lo ignoro, su cuerpo clamaba y clamaba por Liam Baxter.

Se desabrocho el cinturón y se impulsó hacia al frente, él la tomó de las caderas y la cambio de asiento, terminando a horcajadas sobre Liam. Bianca podía sentir su cuerpo pegado al suyo, sus fuertes piernas entre las suyas y su pecho rozando con el suyo.

Sus manos subieron de sus hombros a su sedoso cabello castaño, las de Liam, bajaron desde su cintura, hasta sus piernas desnudas.