- Esta es la entrada – dijo Gilbert sacando un mapa del morral y un peculiar reloj de su bolsillo – Este mapa indica todo el camino y los peligros que hay en cada lugar y el reloj nos ayudará – dijo firme
Luego de ello, ambos ingresaron a la cueva a paso lento, pero a medida que más se adentraban se dieron cuenta que unos pequeños insectos volaban por casi todo el lugar, mientras Gilbert leía la información del mapa para saber los peligros a los que están con enfrentarían, Elisabeth observaba atenta aquellos insectos voladores.
- Escucha esto – exclamó y comenzó a leer – Las cuevas del retraso son miles de cuevas al interior de las cordilleras montañosas que rodean el pueblo de………. solo tienen una entrada y una salida que va directo a un rosedal, en el interior de estos lugares hay la presencia de paralelas, un insecto volador que habita, anida y se reproduce por todo el lugar, la picadura del insecto contiene un veneno que paraliza el alma por un día entero - Elisabeth que estaba a punto de tocar un insecto retrajo su mano con cautela y se alejó de él hasta llegar a Gilbert sin hacer movimientos bruscos.
- La próxima vez haré que leas el mapa antes de entrar a un lugar – sonrío divertida.
- Tendrás que recordármelo – dijo este y le devolvió una sonrisa - Pero para evitar que te pierdas o busques problemas tendré que llevarla de la mano damisela – añadió con una sonrisa mientras le tomaba la mano.
- Será un placer – respondió la chica clavando una tierna mirada en él.
- No me mires así, haces que me sonroje – agregó divertido.
- Lo siento, pero te miro y me doy cuenta de que en todas mis vidas me enamoraría de ti, pero si lo deseas no te mirare así de nuevo
- No, no me prives de tu bella mirada que me enamoró desde el primer momento en que te vi cuando aún éramos niños - terminó por decir y ambos siguieron con cautela para no ser picados por las paralulas.
A medida que avanzaban Gilbert dudaba en si hacía lo correcto, tener de nuevo a Elisabeth, ver su cara, sus ojos, sentir su aroma y tocar su pequeña y suave mano era todo lo que había deseado en los últimos 2 años, pero en el fondo sabía que todavía ha sido a causa de un accidente, aún no era el tiempo de su amada, además él tenía una venganza pendiente. Con eso en su cabeza se aferró a la decisión de disfrutar de cada segundo que transcurría al lado de ella y hacer todo lo posible porque ella reencarnara.
- ¿Qué piensas? – preguntó Elisabeth sacando al joven de sus pensamientos – ¿Pasa algo?
- Estoy bien, no pasa nada – respondió con una sonrisa.
- Entonces, si no pasa nada y estás bien ¿Es buen momento para hablar? ¿Cierto? – dijo con una voz temblorosa – Todo este tiempo que ha pasado ha sido muy duro, perderte de un día a otro – sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas – Lo siento, es que aún no me hago a la idea de qué moriste, de que en otro mundo no estás conmigo – con voz temblorosa y triste apretó la mano de su amado con más fuerza para continuar – Esa mañana hace 2 años, el 24 de diciembre a las 7:00 de la mañana llegó el mensajero de tú tío a la casa, aún recuerdo sus palabras “señorita Elizabeth, lamento informarle que se prometió en Archiduque Gilbert de Cambridge falleció en un repentino accidente durante la casa nocturna” eso fue todo lo que dijeron, a tan solo 7 días de nuestra boda te fuiste de mi lado
- Mi querida Elisabeth – se acercó a ella para abrazarla con fuerza y darle un tierno beso en la frente – Yo no me fui de tu lado, mi muerte no fue un accidente.
- ¿A qué te refieres? – le preguntó alzando su vista para clavar su mirada en él
- Fue un asesinato – le reveló dejando ver en su rostro una expresión de tristeza y enojo
- ¿Quién demonios fue? – exclamó molesta entre lágrimas – jamás perdonaré al desgraciado que lo hizo ¿Cómo pudo hacer algo así?
- Mi inocente niña, no todo el mundo es bueno, hay quienes te sonríen, pero esperan el momento para atacar – añadió Gilbert.
A medida que seguían avanzando Gilbert le revelaba lo que en realidad había pasado.
- Había asistido a decenas de casas nocturnas, pero esa noche cuando me despedí de ti y partí en compañía de tu padre y hermano una extraña sensación me invadió, sentí que jamás te volvería a ver. Asistía a las cazas, pero jamás maté a un animal porque mi linda prometido me regaño cuando case a mi primer zorro blanco, y como obra del destino ese día encontré un zorro blanco atrapado en una jaula de caza, me separé un poco de todos para ayudarlo, podía ver el miedo en su rostro, cuando lo saqué de la jaula y lo dejé libre sentí un disparo atravesando mi pecho, no me dio tiempo de nada, ni siquiera de defenderme, cuando caía al suelo observé como mi Tío Abraham de Cambridge salía por detrás de un arbusto con esa estúpida sonrisa triunfante – una mirada llena de ira se hizo presente en el rostro del joven, ese sentimiento de traición seguía tan presente en el – Pero eso no es todo, ese maldito me confesó todo en mi lecho de muerte, él admitió ser el responsable de la muerte de mis padres y confesó como los mato, añadió sedante en la cena y a medianoche provocó el incendio de la mansión esperando a que murieran calcinados, su plan salió “casi” a la perfección, solo le faltó matarme a mí, como yo sobreviví quede como el heredero de toda la fortuna, pero también al cuidado de ese estúpido avaricioso, rápidamente pidió mi tutela y esos 2 años que estuve bajo su cuidado me trato como si no fuera nadie, cuando cumplió 8 años y entre al colegio fue el mejor día de mi vida, por fin podía estar lejos de él – hizo un pequeño silencio para agregar – El día en que te conocí hiciste que con tu sonrisa olvidara todo lo malo y hasta la fecha lo sigues haciendo, cuando cumplí 18 y salí del colegio me mudé a la casa cerca del río para estar yo solo y encargarme de todos los negocios al mismo tiempo que esperaba que salieras del colegio, creo que si no le hubiera quitado el puesto como la cabeza principal de los Cambridge, todo habría estado bien, pero eso no era lo correcto, la fortuna le hicieron mis padres con esfuerzos y sacrificios, él siempre fue un vividor que desperdició su parte de la fortuna que le dejaron mis abuelos, lo único que hacía era apostar, emborracharse y viajar a países extranjeros donde compraba cosas exóticas.