CHRISTOPHER TENDER
Me dirigí a la habitación y cerré la puerta.
-Tender, ¿quién habla? -pregunté.
Hubo un silencio hasta que una voz desde el teléfono habló.
-Tender, dejen de investigar o acabarán mal. -advirtió.
-No respondiste mi pregunta. ¿Quién habla?
-No tienes porqué saberlo, no es necesario.
-¿Cómo sabes que estoy investigando?
-Alguien me lo ha contado. Pero bueno, ese no es el punto. Deja de investigar, el que saldrá perdiendo no eres tú, sino alguien que te acompaña, manténganse en alerta, Tender. -adjuntó aquel sujeto y la llamada se cortó.
Tenía que tomar precauciones, nadie podía salir herido de esta investigación, rápidamente le escribí un mensaje a Luís, para que tomarán la decisión de si seguir con la investigación o terminarla, ya que a pesar de ser oficial, no me podría permitir que nadie saliera herido.
El mensaje de Luís lo recibí cinco minutos después de enviar el mío.
Luís Hernández (Admisor)
Deja la investigación unos días Tender, sigue buscando información en la oscuridad procura que nadie te vea, será lo mejor para todos. Retoma la búsqueda de información en tres días, si ocurre algo, no olvides contactarme.
Dejé el teléfono en el escritorio de nuevo, salí de la habitación para ir al baño a ducharme. Me encontraba a punto de entrar al pasillo para ir al baño, pero vi a Christian en la cocina y quise comentarle los inconvenientes que se habían presentado.
-Christian. -exclamé-. Han surgido unos problemas en cuanto a la investigación.
-¿Qué problemas? ¿Son graves? -preguntó algo preocupado.
-No son muy graves, solo que hay que dejar unos días la investigación. -comenté.
-¿Por qué? -preguntó ahora más inquieto-. ¿Qué ha pasado?
-Primero que nada, tranquilízate. Y segundo, ahora te cuento que ha pasado, primero me voy a duchar y cuando salga te cuento todo lo que sé. -dije, para irme directo al baño.
Me duché rápidamente, porque también necesitaba salir unas horas. Salí del baño, Christian me esperaba ansioso sentado en el sofá frente a la televisión y con el teléfono en la mano.
-Comencemos desde el momento que recibí aquella llamada y corté la conversación contigo. -dije sentándome en el sofá.
Christian escuchó atentamente todo el rato que estuve hablando de lo sucedido, cuando hube terminado, me levanté para ir a cambiarme de ropa para salir.
-Christopher, si llegas a averiguar o recibir más información sobre esto, ¿me lo puedes contar en cuanto puedas? -me preguntó.
Lo notaba preocupado y por el poco tiempo que llevaba conviviendo junto a ellos, notaba que en el fondo Christian amaba a su hermana, aunque de vez en cuando la fastidiaba por diversión. Además que su salud sufrió mucho durante la segunda semana en esta casa.
Afirmé con la cabeza una vez ya cambiado y salí del apartamento. Necesitaba ir a hablar con alguien que me podría ayudar para buscar al individuo que provoca los golpes, además de intentar identificar a la persona que me llamó por la mañana. Y solo había una persona que yo conociera, Lía.
La llamé por teléfono, quedamos de vernos en la plaza de la ciudad. Fui al aparcamiento y encendí mi coche. A punto de arrancar, recibí otra llamada. Era el mismo número de teléfono que el anterior, ¿qué querrán ahora?
Puse el teléfono en manos libres y contesté a la llamada.
-Tender al teléfono, ¿qué necesitas?
-Tender, Tender. ¿Cuándo se irá del apartamento? -escuché.
-Pronto. -dije.
La llamada se terminó, está voz estaba tratada con IA, se notaba. Dejé de lado la llamada y me concentré en la carretera.
Aparqué y bajé.
-Cuanto tiempo Tender, veo que sigues necesitando mi ayuda. -escuché a mis espaladas.
-Lía, el pasado, pasado queda. Necesito que rastrees la ubicación de éste teléfono. -dije y le entregué un papel con el número de teléfono.