El último día
"Oh por Dios, oh por Dios ¡Lo abracé!"
El corazón de Shelly estaba a punto de salirse de su lugar por la emoción.
No podía creer que lo había hecho.
Podría morir en ese mismo instante, había abrazado al mortal Liam Gallagher y sobrevivido. Toda una hazaña. Una magnífica hazaña.
Todos los clichés habidos y por haber se juntaron en su cuerpo en ese precioso instante en que lo tuvo tan cerca de ella, flotó en un par de nubes, descubrió las mariposas revolotear en su interior, escuchó sus latidos, percibió su masculino aroma, sintió la fuerza latente por debajo de su piel. Fue perfecto. Más por el hecho de que redujo a aquel duro hombre a una estatua.
Todo por un simple abrazo.
Sonrió mirando el techo de su habitación, el sol ya había salido, pero estaba tan atónita por los eventos de la noche que no quería salir del cálido capullo que había formado con sus mantas en el cual durmió tan bien.
Rememorando una y otra vez su cercanía.
—Shelly ¡Despierta de una buena vez!
Con una mueca, se levantó y luego de arreglarse con su nueva ropa térmica y lavarse, salió de la habitación. Se dirigió al pequeño comedor donde Jake la esperaba con el desayuno listo.
—Tienes una sonrisa boba en tu rostro— dijo enarcando una ceja— no sé si quiero saber qué pasó entre tú y Liam anoche.
Shelly se sentó en una de las sillas, procurando de que no notara el rubor que probablemente se había instalado en sus mejillas.
—Solo hablamos— dijo mientras untaba una tostada con mantequilla— Liam me dijo cosas con respecto al clan.
—¿Qué clases de cosas?
—Ya sabes, la jerarquía, el origen del nombre, las relaciones entre ellos.
—Te gusta ¿Verdad?
Shelly alzó la mirada al oír eso, su hermano sonreía de oreja a oreja con un brillo en sus ojos.
—Claro que no.
—Eres una pésima mentirosa— mordió su tostada con mermelada de durazno y luego de tragar continuó— admitelo, cada vez que puedes lo devoras con tus ojos.
—¡Jake!
—¿Qué tiene?— preguntó con inocencia— no es nada del otro mundo, es normal que una persona se enamore de otra, así es la naturaleza, naces, creces, te reproduces y mueres.
—¿Alguna vez tienes tiempo de ocuparte de tus asuntos? Debes tener una vida propia en tu cerebro.
—Claro que sí, me gusta Jane.
Ella sostuvo la tostada a medio camino, miró fijo a Jake, él continuó comiendo su tostada con su habitual lentitud, como si lo que hubiese dicho no fuese nada importante.
Jane.
Recordó a la chica de cabello castaño claro y ojos verdes que sostenía con fuerza protectora a su hijo de un mes, Jasper.
Por lo poco que sabía de ella, Jane era muy protegida por Kevin, Jason y Tyler. Pero aún no tenía pareja.
—¿Es en serio?
Jake asintió.
—¿Y qué piensas hacer?
—No lo sé ¿Qué piensas hacer tú?
Jake era un experto en hacerle enfrentar sus propios sentimientos, pero esta vez, Shelly no estaba del todo segura, claro que Liam le atraía más allá de su aspecto físico, pero de ahí a quererlo...
Era posible... O era algo que solo existía en su imaginación, pues el leopardo era más difícil que intentar andar en una bicicleta sin ruedas.
—Creo que no elegimos muy bien— dijo ella.
—Tenemos expectativas muy altas.
—¿Crees que es imposible?
Jake se quedó en silencio, para ella era enternecedor el hecho de que él estuviera flechado por otra persona.
—No— respondió— no creo eso..
Pero en el fondo, ella sabía que era difícil. No quería pensar en eso, en veinticuatro horas sería parte del clan.
Tendría una nueva familia.
Pensar en esa palabra destruyó sus ánimos.
—¿Extrañas a mamá?
Jake elevó su mirada de su café, la pregunta le resultó inesperada, incluso para ella lo era.
—Cada día— respondió con tristeza— pero no hay que pensar en eso, hoy es la última lección ¿Estás ansiosa?
Le molestó que evadiera el tema, porque sabía que al no hablar de eso e insistir en no mencionar a su madre se hacía daño a si mismo, pero Shelly no quería presionarlo.
—Sí, mañana es el gran día.
Desayunaron en completa armonía, sin volver a tocar ni el tema de su madre ni el tema de Jane.
Al llegar el mediodía, Connor apareció, y con la promesa de un café, se despidió y se fue con Jake.
Usualmente, los dos entrenadores aparecían a la misma hora, pero ese día, Liam no estaba con él.
Al quedar a solas en la cabaña, las dudas asaltaron su mente. ¿Le habría sucedido algo? ¿Habría renunciado a ser su enteenador? ¿Estaría enfadado por su abrazo?
#22833 en Fantasía
#9131 en Personajes sobrenaturales
#47928 en Novela romántica
cambiaformas, accion peligro secretos, romance entre humanos y cambiantes
Editado: 23.09.2018