La Reina Del Mafioso

Capitulo 45

  Mire fijamente las imágenes que se movían dentro de la fina y enorme caja negra que todo el mundo le llamaba televisor plasma.

  Enzo me había dejado bañarme en su lujoso baño antes que el, cave decir que ese baño es digno de todo un rey, y decidí vestirme en el baño para terminar de arreglarme en el vestidor donde había los pocos cosméticos que tenia. Me había dado una repasada en el espejo y me alegraba de haber comprado un vestido negro formal el cual me llegaba hasta las rodillas, su pollera no era tan adherida al cuerpo pero sin perder la forma de tuvo, un cinturón de cuero estaba sobre mi cintura y sus mangas me cubrían la mitad de mis brazos.

  Antes de salir de la habitacion con los tacones negros en mano le avise a mi amado novio que lo esperaría abajo para matar el tiempo.

  Y eso es lo que hacia ahora. Mataba el tiempo. Un gruñido de protesta me hizo sonreír y mire hacia abajo. 

  Sopportare comenzó a entrar en confianza conmigo anoche cuando Enzo decidió que no era buena idea dejar que el canino pasara la noche fuera cuando la nieve comenzó a caer del cielo. El animal se acostó debajo de la mesa y disimuladamente comencé a darle pedazos de carnes los cuales desaparecían de mi mano apenas esta se había asomado de bajo de la mesa.

 -¡SOPPORTARE!- La voz de reproche de Enzo se escucho junto a sus pisadas mientras bajaba las escaleras.

  Me gire sobre el sofa y apoye mi mentón sobre el respaldo mientra el peludo perro se reincorporaba sobre el sofá de cuero blanco. El ladrido del animal me dejo aturdida por la potencia que tenia.

 - No retes a mi peludito.

  Hice puchero como una niña y rodee el cuello del animal para atraer su cuerpo peludo contra el mio. Sopportare me demostró su felicidad lamiendo mi cara.

  El ruido de una voces me hicieron poner seria y Enzo se quedo a mi lado mientras estas se acercaban.

  El primero en asomarse a la habitacion donde nos encontrábamos fue Ronaldo el cual estaba vestido igual que su primo a excepción por las camisas. Ronaldo tenia un traje negro y una camisa blanca, y Enzo tenia también un traje negro con una camisa rojo oscuro muy parecido al color de la sangre.

  Me levante del sofá y deslice mis pies dentro de los tacones negros con facilidad gracias a las cancanees negras transparentes que cubrían mis piernas para luego caminar hasta donde estaba Enzo. Mis ojos se abrieron de par en par cuando una bella chica entro a la habitacion para luego rodear una de las manos de Ronaldo.

  El cabello de la chica era rubio y ondulado. Sus ojos eran de color avellana los cuales estaban llenos de rimel y delineador negro. Su estatura era mediana y su cuerpo era pequeño y con unas caderas prominentes.

 - Hola, Enzo.- Dijo ella con una sonrisa amable.

  Los ojos de la chica cayeron sobre mi sin borrar su sonrisa. Ella se separo de Ronaldo y se acerco a mi.

 - ¿Todo listo?- Le pregunto Ronaldo a su primo.

  Los hombres siguieron hablando sin que yo les preste atención.

 - Tu debes ser la novia de Enzo.- Extendió una de sus delgadas y cuidadas manos en mi dirección.

  Me sentí nerviosa y avergonzada de mis descuidadas manos. No es que mis manos estuvieran hechas un desastre solo que las cuidaba como la mayoría de las chicas lo hacen. Un ejemplo muy claro era aquella chica de cabello rubio que me sonreía con dulzura.

  Estreche nuestras manos.

 - Un gusto, Martina.- Dije devolviendole la sonrisa.

  Había una gran diferencia entre las dos y esa diferencia era que, a pesar de que ambas usábamos vestidos negros, ella se veía alegre y muy colorida sin importar de que color sea su prenda y yo me veía seria y perfecta para el color negro y lo que lo representaba.

 - El gusto es mio. Me llamo Melanie y soy la esposa de Ronaldo.- Esta chica me sorprendía cada vez más.

 - ¿Ronaldo esta casado?- Pregunte sin creérmelo.

  Ella se rió captando la atención de los dos hombres de aspecto nada amigable.

 - Tranquila, no eres la única en sorprenderte.- Dijo entre risas.

  Una de sus pequeñas manos se coloco sobre mi hombro como si no pudiera mantenerse en pie por su risa.

 - Lo siento, es que no me esperaba eso.- Dije apenada.

 - No te preocupes, hasta yo me sorprendí cuando me propuso matrimonio.- De apoco dejo de reírse.

 - Vamos, chicas.- Dijo Enzo con sus manos escondidas en los bolsillos de sus pantalones de vestir.

  Melanie se dirigió hasta donde estaba su esposo para luego rodear su brazo con uno de los suyos.

  Enzo extendió la mano ,donde tenia en anillo adornando uno de sus dedos, en mi dirección y camine hacia el chocando la punta de mis tacones contra la cerámica del suelo. Tome su mano y el me dedico una sonrisa cálida y me miro hasta que nuestros cuerpos se rozaron y nuestros brazos cayeron entre nosotros.

  El auto tenia olor a tabaco quemado que salia del cigarrillo que se encontraba entre los labios de Enzo. La música obscena y pesada hacia vibrar las ventanas mientras yo observaba tranquila el paisaje de las afueras de New york, los cuales no se veían bien por la tenebrosa niebla que había en el aire y la nieve convirtió lo verde en blanco. Mi cuerpo tembló al tener la ventana algo baja del lado del conductor. Los ojos de Enzo me miraron acurrucada contra la puerta del copiloto y tiro el cigarrillo por la ventana para luego abanicar el aire con su mano.



#3146 en Novela romántica
#1180 en Otros
#195 en Acción

En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.