Mensajes inesperados
—No necesito socializar con nadie, desde mi teléfono— le digo a Andrea.
—En verdad no te entiendo. Esto es lo que ha querido tu mamá y hoy lo harás. Sin que ella te lo pida. Todo por ese idiota que ni siquiera conoces.
—Pues si. Todo por ese "idiota".
—No puede ser… ¿Te enamoraste a primera vista? —Pregunta sin más, creo que tengo la cara roja.
—De todas formas eso es lo que menos importa. Pero no, no lo creo. —Admito.
¿Cómo podría enamorarme así?
—Quizá sea como una especie de Karma.
—¿Por qué lo dices?
—Por el loco dilema de tus padres. Toda la vida has pasado diciéndome que los desconocidos son peligrosos. Y ahora mírate. ¡Enamorada de un desconocido!.
—Si tan solo hubiera ignorado esos mensajes, estaría bien. Y no, no estoy enamorada.
—Si pero no lo hiciste y eso está bien. No es un crimen.
—Diselo a mis padres.
—El punto es que no sobreviviras ni tres días sin facebook.
—Soy una persona con autocontrol.
—Si eso fuera cierto hubieras bloqueado el perfil cuando te lo pedi.
—¿Que pasará si sobrevivo más de tres días?
—Bueno será un logro para ti. Sino tu sabia amiga habrá tenido razón.
—¿Sabia? —Es imposible no reírme por eso
—Pero no lo harás, no puedes solo ir a ese cine o al asilo. Te aburrirás en algún momento, lo harás.
—Gracias por darme ánimos, en serio no te molestes —Ironize.
—Lo siento amiga solo trato de ser realista.
Con amigas así para que enemigas. ¿Eh?
—¿Quieres ir al asilo conmigo?
—No. Prefiero las citas con jóvenes.
—Bien como quieras —digo haciéndole mala cara.
Tomo mi mochila y voy rumbo al asilo. Voy a pie de aquí me queda cerca.
****
—¡Amy!
—Margaret.
—Oye dame tu número, ahora te necesitaba y no tengo ningún contacto tuyo.
—Oh es este —mientras ella lo anotaba preguntó —¿Tienes facebook?
—Si.
Es imposible escapar de eso. Pienso refiriéndome al facebook.
—Bien ya te envío la solicitud. ¿Oye sigues la página del asilo? Ayudarías compartiendo las fotos. Puedes encontrar personas que quieran ayudar o más personas que albergar.
—Aun no, pero la buscaré.
—Gracias Amy.
En eso de la realidad creo que Andrea tiene razón. Voy en busca de la señorita Carlotta y ahí la encuentro perdida en sus pensamientos.
—¿Se encuentra bien? —pregunto sacándola de sus pensamientos.
—Odio a Peter Van Houten —dice y no entiendo a lo que se refiere.
—¿Quien…?
—El del libro que me diste. Ese estúpido escritor de la historia. Al principio todo iba bien, pero luego ya no.
No supe qué responder, no tengo ni idea de lo que trata el libro.
Yo no leo. Al menos libros no.
—Augustus me encanta, es el tipo de novio que me hubiese gustado tener. —Sigue hablando.
—Lo siento señorita Carlotta, no leí el libro. —Confieso para que no siga.
—¿Crees que no lo sé?
—Entonces ¿le gustó o no? —Pregunto confusa.
—Claro. —Eso me tranquiliza un poco—Conozco una historia similar, sabes. Un día te la contaré —Promete— Ahora ayúdame a acomodarme en mi cama, ya tengo sueño.
Veo el reloj en mi muñeca y es tarde en lo que empujó la silla hacia el dormitorio escribo un mensaje a Thomas que pase por mí. Ayudo a acomodarse es su cama y me marcho prometiendo volver pronto.
Me apresuró a salir cuando veo a Margaret, acomodando todo para cerrar.
—¡Acéptame la soli! —me grita.
—¡Al llegar a casa!— le gritó también.
Escucho el pitido del taxi y me despido con la mano.
Al cabo de unos veinte minutos, estoy en casa, dejo mis cosas en la mesa y me tiró a la cama.
La voz de Margaret suena en mi cabeza "ayudarías compartiendo las fotos" no pienses en eso—me obligo, pero sigue—"puedes encontrar a personas para ayudar"... ¡Basta! No puedo más.
"…O albergar"
¿Que tal si justamente ahora hay alguien necesitando dónde dormir? ¿O alguien con hambre?
Por tu tonta promesa alguien sufrirá…está noche o peor aún toda su vida.
Tu misma mente traicionandote, suena justo así.
Enciendo mi laptop y aunque lo prometí, lo estoy haciendo de nuevo. Estoy entrando a mi cuenta de facebook.
Acepto la soli de Margaret, comparto sus publicaciones y me salgo.
Eso es todo.
Nada malo puede pasar.
Una vez dentro me dirijo hacia las solicitudes, confirmo la de Margaret y echo un vistazo a su muro. Hay fotos de eventos, cenas y de actividades que se realizan a diario en el asilo.
Son buenas fotos, les doy like y sigo deslizando hacia abajo.
Enseguida recibo un mensaje de Margaret que me agradece que la acepté y le respondo.
Y luego veo todos los mensajes y las solicitudes de mensajes.
Mala idea grita mi conciencia.
Pero ya es tarde.
Ya estoy dentro.
Doy un grito ahogado cuando veo un mensaje, en las solicitudes de mensajes de quién no esperaba…
¿Quieres ser mi amiga? ¿Mi amiga de verdad?
Y si. Red Freckles lo había enviado.