La sombra de pasado mañana

7.- Revelaciones

Siguiendo una patética descripción y algunas pistas al preguntar, Joshua bajo del taxi junto con su misterioso compañero en el centro de la ciudad cargando cada uno sus respectivas mochilas. Eran las 12 del medio día y había abandonado la escuela por el día de hoy luego de lo ocurrido. No habían hablado mucho realmente, Joshua le había dado las gracias y se mostró impresionado por lo que acababa de hacer, también platicaron brevemente sobre la visita de la noche anterior la cual creyó que había sido un sueño y que le dio cierta gracia al extraño muchacho que se disculpo por la forma en que lo había mandado a dormir.

Luego de anoche, Jeth había decidido seguirlo para auxiliarlo en caso de que necesitara ayuda pero no creyó que fuera a intervenir tan pronto y de forma tan drástica y demostró su descontento al actuar con imprudencia, lo que hizo reír a Joshua ante sus estándares.

Ambos se presentaron correctamente aunque Joshua sabía que no le estaban diciendo toda la verdad. Jeth era un muchacho de 20 años, de 1,75 de estatura lo que casi los hacia del mismo tamaño, le comento que acababa de llegar a la ciudad y que hacia mucho tiempo había vivido en ella pero que ahora no podía recordar cierto sitio donde vivía su familia y solo tenia como referencia ciertas señas de la casa y de la zona a donde quería llegar.

Aquello se le hizo sumamente raro a Joshua, de hecho, todo en su persona era raro pero no tenia intención de decírselo de frente, aun así, el aire que emanaba no era el de un individuo peligroso como había creído, pero si el de alguien algo tonto y relajado, por lo que había decidido ayudarlo y esa era la principal razón por la que había decidido irse de pinta.

Aunque Joshua no conocía muy bien los vecindarios de la ciudad, trataba de encontrar pistas clave en los recuerdos de su acompañante sirviéndole de guía. No sabía nada de él y cada vez creía que aquello era una locura por confiar ciegamente. Conforme avanzaban algunas personas lo volteaban a ver por su extraña vestimenta junto con la pesada mochila y espada que traía, otra cosa sospechosa que pudo notar era la forma en la que se alteraban todos los perros de las casas por donde pasaban, llego a pensar que los perros eran muy bravos por esa zona, pero cuando él pasaba junto a ellos, estos en su mayoría le movían la cola sin permitir que Jeth pudiera acercarse tornándose agresivos, incluso algunos perros callejeros o que habían salido a pasear les ladraban desde una cierta distancia lejos de ellos.

—¿Qué les pasa a estos animales? —se pregunto Jeth al no saber en donde estaban viendo a un perro callejero que le mostraba los dientes para luego seguir a Joshua que se le había adelantado y que miraba la señalización de la calle.

Eran las 4 de la tarde cuando una de las ventanas corredizas del tercer piso de una casa en el centro de la ciudad se abrió y dos figuras entraron luego de trepar furtivamente por el tejado de la casa vecina. Poniendo el pie sobre la cama que estaba junto a la pared, Joshua miro la habitación que abarcaba todo el tercer piso pero que no era tan grande como los dos pisos inferiores. En el interior habían dos camas individuales a cada lado de la pared con sus respectivas luminarias y mesitas de noche, un escritorio negro en buen estado con un par de repisas donde habían cuadernos y útiles escolares y su silla acolchada eran los objetos mas formales del lugar ya que un supuesto sillón de dos espacios estaba repleto de animales de peluches adorables y las colchas de las camas llevaban diseños infantiles para ambos sexos, hundido en la pared hecho de fierro y triplay debajo de un tragaluz por donde solo se pudiera acceder desde afuera escalando 5 metros sobre pared desnuda había un closet de buen tamaño divido en dos donde había ropa y uniformes de escuela al igual que algunos otros objetos como balones y zapatos. El suelo estaba lleno de juguetes de distinta índole y un gran baúl de plástico hacia suponer que había aún más que no habían visto.

En las estanterías había más juguetes en buen estado, algunos juegos de mesa y una pequeña colección de libros infantiles y un viejo microscopio que ya ni siquiera funcionaba debido a que le faltaban piezas. Al avanzar por la estancia hacia el sillón lleno de peluches donde no podía uno ni sentarse, vio la puerta de aluminio blanca de un baño decorado con mosaicos blancos y azules con algunos delfines. Finalmente al llegar al extremo opuesto por donde había entrado, había unas diminutas escaleras en espiral hechas de herrería y madera con poco más de un metro en su conjunto que decencia hacia los pisos inferiores.

Tras terminar de inspeccionar con la mirada el lugar, Joshua volteo a ver a Jeth que se había quedado quieto, su rostro mostraba asombro, melancolía, felicidad, incredulidad y otros tantos sentimientos similares que parecía que se le había formado un nudo en la garganta y por primera vez lo vio con la necesidad de sentarse para recuperarse de la impresión.

—No lo puedo creer —suspiro —. ¿De verdad estoy aquí?

—Pregunta. ¿Realmente es tu casa? ¿Por qué no entramos por la puerta principal en vez de entrar como ladrones? —pregunto Joshua —. ¿No te llevas bien con tu familia?



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En el texto hay: viajeeneltiempo, mexico, preparatoria

Editado: 20.07.2018

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