El fin de semana paso al igual que el primer día de la semana, los atentados del 11 de septiembre seguían siendo noticia internacional llevando a cabo investigaciones que eran seguidas por los medios de comunicación. Sentado en su salón de clase Joshua miraba con desgane a su alrededor en busca de cualquier señal inusual, habían pasado cuatro días desde el sábado en la noche y aquel incidente en la habitación cuando vio por última vez a Jeth.
Luego de aquella extraña platica las cosas no habían quedado muy bien entre ambos y un aire de desconfianza se cernía en la habitación aun cuando Jeth continuo disculpándose por su rudo actuar. El silencio era incomodo entre ambos por lo que luego de unos minutos Jeth se cambió su ropa por el extravagante traje verde y se colocó sus muñequeras metálicas echándose la espada en la espalda avisándole que saldría y si podría cuidar sus cosas y tambien que podía tomar los libros si deseaba con la condición de no perder nada. Tras una fría despedida entre ambos, cerró la puerta y se marchó con rumbo a lo desconocido.
Esa había sido la última vez que lo había visto y pareciera que su presencia tan solo había sido un sueño, pero los comentarios de sus padres y de sus compañeros de clase le hacían saber que todo había sido real. En cuanto a él, no estaba seguro de que pensar, lo había calificado como un buen sujeto pese a su rareza, pero ahora era consciente de que en verdad era alguien peligroso y no estaba muy seguro de volverlo a ver pese a que tenía todas sus pertenencias en el armario de su casa. Lo mejor que hubiera hecho era decirle que todo entre ellos terminaba y que no se volverían a ver pese a lo tele novelesco que sonaba.
Desde el primer día de la semana de clases, muchos de los estudiantes habían ido a él para saber quién era aquel muchacho de verde, su forma de pelear y su fuerza había sido algo que no se veía todos los días y para las muchachas, su apariencia pese a lo estrafalario de su vestimenta les resulto evidente, pero por más preguntas que hacían, Joshua era una tumba. Levantando su cara hacia el ventanal reparado que daba a la dirección, espero ver a alguien en el techo del edificio pero no fue así, era un día tranquilo, de hecho, era la primera vez en mucho tiempo que no se había tenido que cuidar las espaldas. Desde aquel incidente en las canchas nadie se atrevía a molestarlo luego de lo que había ocurrido con Ron que ahora traía vendado el brazo sin ningún daño grave más que una ligera quemadura y el susto.
La vida seguía su curso normalmente otra vez, como si nunca lo hubieran visto aunque todos sabían que había estado allí. Joshua se había disculpado por parte de Jeth con sus padres al no aceptar su invitación al hotel ya que necesitaba ensayar para su obra.
Tras salir de clase, el muchacho se encamino hacia el estacionamiento donde se encontraba su auto, con pesar había devuelto a su padre el magnífico Porsche deportivo negro por su Pointer rojo que había sido entregado el día anterior. Nunca había traído el Porsche a la escuela o mostrárselo a nadie y la curiosidad le picaba al saber cómo reaccionarían todos los que allí le conocían y que seguramente no tenían idea de quien era y que sin lugar a dudas sería diferente a la reacción de Jeth cuando lo guió por los pasillos del Ríu.
—Ya era hora de que llegaras — escucho una voz y al mirar hacia el césped frente al auto en uno de los rincones del estacionamiento vio a Jeth recostado bajo una palmera.
—¿Qué haces aquí? —pregunto incrédulo al ver que estaba lleno de tierra y sangre seca.
—No sabía muy bien donde era tu casa, pero reconocí tu escuela cuando el autobús paso enfrente, pero creo que paso muy temprano porque llevo aquí desde la mañana.
—¿De dónde sacaste el dinero para el autobús?
—No tenía, me cole en la zona de maletas en el techo del autobús de la frontera.
—¿De la frontera? —pregunto Joshua que al mismo tiempo quería dejar de preguntar.
—Llegue a la capital del sur, Chetumal creo que se llamaba —respondió el muchacho dejando perplejo a Joshua que se recargo en el auto y que hablo unos segundos después.
—Muy bien, y dime, hipotéticamente ¿Cómo detuviste el camión si venias arriba?
—No lo hice. Simplemente salte del techo...
Escuchando la delirante historia de su copiloto mientras conducía por la ciudad tras salir de la escuela sobre donde había estado sin la necesidad de que él se lo preguntara, Joshua se dirigió a las oficinas centrales de un banco para realizar un encargo su padre.
Su historia no era tan demencial, en parte, ya que esa noche había salido del complejo hotelero y había tomado un transporte que lo llevo muy al sur al haberse quedado dormido mientras contemplaba las estrellas. Al no encontrarle sentido a aquello, Jeth le aclaro que la zona de equipaje de cierta línea de camiones era muy ancha y cómoda debido a las maletas y que al darse cuenta había descendido en la madrugada en las provincias de la capital del estado por lo que se había dedicado a explorar la zona. Había pedido aventón unas cuantas veces y había conocido personas que le dieron direcciones, en aquel punto Jeth le hizo una pregunta que a Joshua se le hizo extraña y fuera de lugar dada la insistencia y la seriedad con la que fue hecha. Le pregunto si el no conocía o tenía información sobre hechos raros o fuera de lo común en todo el estado, pregunto, veladamente, sobre "algún animal extraño o fenómeno sospechoso" pero al ver que no obtenía la respuesta que quería dejo de preguntar.
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Editado: 20.07.2018