La sombra de pasado mañana

16.- Pies doblados

El parque estaba oscuro con solo algunos postes de luz funcionando dándole un aspecto tétrico aunque en sus bordes al otro lado de la calle podían verse las luces de las casas que lo rodeaban y a un par de individuos solitarios que andaban de paso por la zona.

La actitud del enmascarado había cambiado, parecía precavido y avanzaba con cautela por el gigantesco sitio lleno de árboles y peñascos lo que inquietaba más al elfo. Pasaron por una solitaria cancha de baloncesto con su farol encendido y continuaron hasta llegar a una colina artificial en el centro del parque, del otro lado se veía una calle solitaria por donde no había un alma y antes de ella un sitio de juegos infantiles con sus resbaladillas y columpios de metal y un grupo de peñascos al otro extremo y continuaron avanzando lentamente.

—Sal de tu escondite quien quiera que seas, sé que estas aquí —grito el dos caras con seguridad pero no ocurrió nada en tanto el elfo miraba los perfiles negros de los árboles.

—Aquí no hay nadie, salgamos de aquí, este sitio me pone la carne de gallina —susurro Joshua cuando Jeth lo detuvo con un gesto de la mano en medio de aquella oscuridad a unos metros de un grupo de peñascos y sus ojos, poco a poco distinguieron unas siluetas casi imperceptibles al inicio, su reloj acababa de marcaba las 11:40 de la noche.

Frente a ambos habían 4 siluetas agachadas, 1 de ellas era indudamente la niña que habían estado buscando pues aún conservaba el sombreo ancho, las otras 3 figuras llevaban capas con capuchas que era todo cuanto se les podía ver al estar de espaldas a ellos y al sentirse descubiertas los 4 se levantaron lo que sorprendió a Joshua.

Eran pequeños, tanto así como la niña a la cual uno de ellos sujetaba de la mano y poco a poco todos se dieron la vuelta alterando al muchacho rubio. Aunque no se les veía la cara y la capa les cubría la mayor parte del cuerpo, la escasa luz distante le permitió apreciar sus piernas dándole un vuelco en sus entrañas, pues estas estaban alteradas de una forma muy peculiar, debían ser enanos con unas extrañas prótesis para aquella noche o con malformaciones de nacimiento porque sus pies descalzos estaban invertidos apuntando a sus espaldas.

—Joshua... en cuanto te dé la oportunidad, toma a Jazmín y vete de aquí —le hablo Jeth con tranquilidad pero alerta en medio del silencio al momento en que agitaba sus brazos y una serie de agujas aparecía entre sus dedos de sus muñequeras ocultas en la gabardina.

El enmascarado movió su brazo y las agujas en una de sus manos se dirigieron hacia el enano que tenía sujeta a Jazmín provocando que la soltara y pese a estar en la casi total oscuridad y a la velocidad en que las había lanzado el enano bloqueo los proyectiles con su antebrazo que iban directo a su rostro oculto lanzando un leve quejido y apartándose.

Lanzando las otras agujas en su otra mano, los proyectiles rebotaron en el peñasco cuando el otro individuo al lado de la niña se movió a increíble velocidad posándose sobre las rocas al instante en que el dos caras se lanzaba hacia ellos dispuesto entablar combate cercano.

El primer golpe al último enano que quedaba junto a la niña lo fallo, pues al tratarse de un individuo de baja estatura e increíble velocidad debía de adaptar sus movimientos a su raro tamaño ya que la oscuridad no parecía ser un problema cuando el enano de pies doblados que estaba sobre las rocas se le dejo caer con un extraño cuchillo en sus manos dispuesto a eliminarlo, Joshua estuvo a punto de lanzar un grito si no fuera por lo que sucedió después en tan solo unos instantes. Al estar despejada la zona, el enmascarado tomo a la niña y se la lanzo con increíble fuerza que parecía una muñeca antes de golpear en el aire a su atacante.

—¡CORRE! —le grito instantes después de golpearlo lanzándolo por los aires con increíble fuerza cayendo en el pasto metros atrás en tanto Joshua atrapaba a la chica por puro reflejo sin que esta hiciera un ruido para luego ver al enano en el suelo y lanzar una exclamación.

La capucha se le había corrido al caer y permaneció quieto unos instantes, debía ser una máscara porque era horrendo a pesar de los rasgos indudablemente humanos, había algo en su rostro que le recordaba vagamente a los cerdos con su cabeza aplastada y nariz chata, tenía papada y una frente abultada con algunos que otros pelos que debían de formar una escasa barba, sus orejas eran normales y su cabello era escaso con una calva en lo alto, se trataba sin duda de una máscara de un realismo excelente o de alguien realmente feo, en cualquiera de los casos, ninguna de las dos opciones le agradaba.

—¡QUE ESPERAS! ¡CORRE! —le grito Jeth al momento en que los otros dos enanos se lanzaban contra él y para su sorpresa, el tercero se levantaba luego de haber sido golpeado.

El elfo cargo a la niña y huyo incluso cuando no se la había colocado bien, creyó escuchar por unos instantes el sonido de pasos que lo seguían pero enseguida un grito de Jeth y un ruido seco lo dejaron más tranquilo pero no se detuvo incluso al salir del parque y echar a andar por las calles con dirección a la casa que tan bien conocía deteniéndose unas cuadras más adelante para sujetar bien a la niña que se le caía. Al acomodarla se dio cuenta que estaba como ida, inconsciente; y aun así había avanzado junto a esos fenómenos durante varias cuadras sin ser vistos.



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En el texto hay: viajeeneltiempo, mexico, preparatoria

Editado: 20.07.2018

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