La Sombra del Magnate [2]

Capítulo 37

 

 

Capítulo 37

Aurora Flecher

—De verdad espero que seas feliz, Flecher — susurró mirándome a los ojos.

—Yo también espero que lo seas, Walton — dije.

Junté las cejas ante el profundo vacío que se presentó en el centro de mi pecho.

Ya su alma no vaga en pena por ti.

Ya no tiene miedo de perderte.

Ya la tiene a ella.

Mi mente me estaba jugando sucio, muy sucio.

—Hace unos minutos me puse en contacto con mis abogados — llevé la mirada hacia donde estaba el padre de mi hijo — Mañana temprano nos traerán los documentos que debemos firmar — junté las cejas por segunda vez, él pareció notarlo y volvió a hablar.

—Si firmamos estaremos divorciados, y esta vez, sí será verídico — susurró mirándome, nuestros ojos fundiéndose, el azul y el marrón.

¿No será esto una señal desde lo más alto de que no deben hacerlo? ¿De alguien ahí arriba que decidió darles una segunda oportunidad para que lo pensaran? — esa baja voz en mi mente hizo acto de presencia.

No creo.

—Gracias por arreglarlo — sonreí sin animo — ¿Sabes que fue lo que ocurrió? — pregunté.

—Responderé esa pregunta más tarde. Dentro de veinte minutos ve a mi despacho, y lleva a Harris —dijo para luego irse a contestar el celular que sonaba entre sus bolsillos.

Me levanto e intento mover mis pies para irme a buscar a Laila, pero ellos no acatan la orden que les envía mi cerebro, y termino escuchando algo que no debo.

—¿Amor? ¿Cómo que amor? — un escalofrío cala por mi espalda cuando escucho su risa — Sí, estoy bien. — hubo un silencio rápido que para mí fue eterno — Olivia, por favor no...

Me obligué a caminar para así llegar a la casa y alejarme de ahí.

Respiré hondo e hice el intento de alejar todas las preguntas que estaban empezando a surgir.

Me fui directamente hacia las escaleras, luego, caminé despacio por el pasillo y me adentré a la habitación en la que estaba la cama donde dormía mi hijo tranquilamente. Sonreí al verlo tan tranquilo, y silenciosamente me fui. Después me trasladé hasta el final del pasillo y solté un largo suspiro

Era el momento de hablar con Harris.

Empujé la puerta y agradecí el hecho de que las luces estaban encendidas, eso solo quería decir que no se había dormido y que me estaba esperando.

—Hola — dije.

—Hola — respondió él con una sonrisa dejando de lado el libro que estaba leyendo.

—Lamento hacerte esperar tanto — me subí a la cama, sin antes haberme quitado el calzado.

—No te preocupes — suspiré.

No pensaba darle vueltas al asunto. Así que empecé a hablar — La noche en la que me propusiste matrimonio, Cristóbal me llamó y me dijo que había estado investigando y descubrió que los documentos del divorcio que Alexander y yo firmamos hace unos años, eran y son falsos —hablé tan rápido como pude.

Miré a Harris quien parecía estar prestándome toda la atención del mundo y tragué cuando lo único que percibí fue su silencio.

—¿Y cómo te hace sentir eso? — preguntó en un susurro.

El hecho de que él no esté exaltado imaginando cosas que no son, y me pregunte por mis sentimientos, me hace sentir de una manera inexplicable.

—No sabría cómo decírtelo, creo que algo dentro de mí lo sabía, no lo sé — bajé la cabeza.

—¿Cómo es que esos documentos son falsos? — inquirió.

—Eso no sé. Alexander dijo que fuéramos a su despacho en unos minutos, tiene unas cosas que decirnos al parecer — dije.

Harris puso una de sus manos en mi barbilla, me hizo levantar la cabeza y me dijo — Lo resolveremos — sonreí.

—Sí — afirmé.

Él asintió.

—Sí — volví a decir.

Abbey se me quedó mirando.

—¿Sí? — entrecerró sus ojos.

—Sí —reí un poco.

—¿Estamos hablando de ese sí? — sonrió.

—Sí — reí.

Sus brazos me envolvieron, mis manos tocaron su rostro y nuestros labios se unieron.

 

Alexander Walton

Termino la conversación con Olivia y me giro para comprobar que Aurora se ha ido. Suspiro, paseo mis ojos por el alrededor, y la tranquilidad reina en mi interior cuando no veo más que oscuridad, frialdad, y un cielo muy nublado.

Me adentro a la casa, y frunzo el ceño ante el silencio que hay. Al parecer todos deben estar en sus camas.

Cruzo la sala, y mientras tanto, veo la pantalla iluminada de mi celular que me muestra la hora.

Olivia ya debería estar aquí.

Llego a mi despacho y directamente voy al minibar, acaricio con la mirada los distintos licores, y acabo decidiéndome por un Whiskey escoces. Miro la botella por un segundo, y luego busco un vaso de cristal, me siento en la silla oscura que está detrás de mi escritorio y suspiro por los pensamientos que me rondan, mientras vierto el liquido de la botella en el vaso.

Dimitri dijo que aún no has dado una respuesta — suspiré.

—Así es — me respondió.

—¿Pensaste en la respuesta? — inquirí.

—Sí, ya pensé en la respuesta — dejó ver su sonrisa —¿Por qué? — su ceño se frunció.

—Espero que le digas que sí —me sinceré.

Sonrío ante el recuerdo que no deja de repetirse una y otra vez en mi mente. Tomo el vaso y lo llevo rápido a mis labios, tomando todo su contenido.

Unos golpes en la puerta me ponen alerta y digo — Adelante.

Una Aurora adormilada dice —Hola — aprieto los labios al verla junto a Harris.

Ellos toman asiento frente a mí, y yo toso un poco, provocando que una mirada preocupada por parte de Aurora llegue a mí.

Aún se preocupa por ti.

 

Aurora Flecher

—Horas antes de ser herido, recibí un informe bastante detallado, correspondiente al pueblo, y... — Harris lo interrumpió.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.