La Supervivencia de los Ocho Peones (libro 1)

Capítulo 23

El sol brillaba completamente cuando Kháli despertó. Había estado tan cansada que se durmió profundamente por varias horas aún estando en el bosque. ¡Debemos irnos! Pensó intentando moverse pero no pudo; había muchos bultos sobre ella, incluso tenía algo pesado sobre su frente. Agitó su cabeza para poder ver qué era y exclamó:

-¡Alguien tiene su pie en mi cara!

Despertando poco a poco, los demás intentaban moverse con el mismo fracaso. De alguna manera, durante la noche se habían movido tanto que habían formado una gran pelota hecha de humanos. Entre las quejas se escuchaban: ¡Alguien tiene su codo en mi espalda! ¡Ouch! ¡Alguien me jaló el pelo! ¡Quita tu rodilla de mi estómago! ¡Hey! ¡¿Quién me mordió?! ¡Me estás aplastando!

De manera brusca el nudo humano fue desatado, pues algo había retirado a varios de ellos. Kháli, quien había estado casi hasta abajo, pudo finalmente levantar la vista sólo para desear poder cerrar los ojos de nuevo. Una de las Torres Negras sujetaba hacia atrás, con sus gruesas manos, ambos brazos de Cai. La otra Torre sujetaba a Jim y a Rochelle. Diana, estaba siendo retenida por Fausto. Fue cuestión de instantes en que Kháli pudo ver todo esto pues inmediatamente fue asida uno de nariz cubierta mientras sus compañeros eran arrastrados en contra de su voluntad. 

Kháli automáticamente gritó: – ¡Teq’! – era la misma palabra que había utilizado en el cementerio, y funcionó de nuevo, pero esta vez más acorde a sus deseos. En la tierra se abrió un agujero justo debajo del NoseUp que la tenía sujetada, el enemigo cayó a través de él y logró tomar a Kháli por la manga de su pants; ella gritó, cayó y fue arrastrada hasta la orilla, logró sujetarse al borde del agujero mientras el grito del NoseUp se alejaba con él hasta el fondo. Segundos después, Kháli escuchó a Reff pronunciar la misma palabra, 

Ella escaló con algo de dificultad, apenas notó que sus brazos casi no le dolían. Se enderezó para ver justamente cuando uno de los Gemelos y Fausto salían del escaque llevándose a los Peones. -¡¡No!!

Reff había logrado liberarse y fue inmediatamente a ayudar a Alan. Cai era el único que quedaba, quien a pesar de solo tener sus piernas libres, había atacado con patadas brutales al Guerrero que lo sujetaba. 

En un momento, Cai logró zafar uno de sus brazos. 

-¡No! – gritó Kháli de nuevo, se acercó corriendo hacia él al tiempo que el gemelo se alejaba, ella saltó y tomó la mano de Cai. 

El Gemelo sonrió y al instante, Cai, sin vacilar soltó su mano. Un segundo después, el Guerrero Negro se había ido junto con su víctima

-¡No! – gritó ella por tercera vez, pero ya no quedaba nadie más que los pocos enemigos noqueados. 

-¡Kháli! – Reff tiraba de su manga con urgencia. - ¡Debemos irnos!

-¡No! ¡Ellos…! ¡Debemos ir por ellos!

-¡Ya no podemos! ¡Se han ido, tenemos que alejarnos nosotros antes de que regresen!

En ese momento cinco figuras llegaron nuevamente, una de ellas lo suficientemente grande para saber que era una Torre.

 -¡Rápido! – instó Alan. -  ¡Huyamos!

Comenzaron a correr lo más rápido que podían. ¿A dónde? Lejos, pensó Kháli sintiendo pesadez en su pecho. Lejos de ser Guerreros. Lejos de los Peones. Lejos de Jim, lejos de la hermana de Reff, lejos de la prima de Alan.

Lejos de Cai.

-¡No! – exclamó Kháli una vez más, pero esta vez lo hizo con una firmeza que obligó a los otros dos a detenerse. – No. ¡De ahora en adelante, dejamos de huir!

Los otros dos no supieron qué hacer ante eso. No estaban seguros si era valentía o locura lo que se había apoderado de ella.

-¡Somos Peones! - profirió ella como si estuviera diciendo que tenían las armas más poderosas de su lado.

Entre jadeos, después de lo que pareció un largo tiempo aunque solo fueran segundos, Reff asintió. -Está bien… ¿Qué quieres hacer?

-Síganme, – Kháli comenzó a correr alejándose de los enemigos y sabiendo exactamente a dónde quería ir.

Ella y Reff eran bastante rápidos, pero a Alan se le estaba dificultando mucho el seguirlos. – ¡Creí que dijiste que no íbamos a huir!  - vociferó jadeando.

Kháli se detuvo. – Alan será mejor que te ocultes aquí. 

Estaban a punto de salir del bosque, en ese lugar habían muchos arbustos espesos así que empujó a Alan hasta hacerlo caer en un relativamente grande. – No hagas ruido, – le ordenó antes de seguir corriendo seguida de Reff.

Al llegar a los bungalows se detuvieron un instante por la sorpresa que les esperaba. La habitación estaba siendo consumida por el fuego. Había mucha gente tratando de apagar el incendio.

-¡Vamos! – Kháli le hizo un gesto a Reff para que la siguiera. Continuaron corriendo hasta llegar a las aguas termales.

No había tiempo para pensar mucho. Había dos piscinas, una más pequeña que la otra. Rodearon la más grande. Una cascada cuyo inicio estaba en lo más alto de la montaña, dejaba caer el agua caliente a esa piscina. 

-¿Qué quieres hacer?, – preguntó Reff cuando estaban en el extremo de la piscina en la que caía el agua.



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En el texto hay: romance, batallasepicas, romance drama aventura

Editado: 01.05.2024

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