EL PASADO QUE AHORA ES EL PRESENTE, EL PRESENTE QUE ES EL FUTURO Y EL FUTURO QUE ES EL PASADO
Las cenizas de una nación quedan atrás y viajan gracias al viento que las lleva mucho más allá de lo que fue su hogar.
En el lugar de donde se originan no queda nada de lo que fue antes, solo las ruinas de lo que alguna vez fue, pero esas pocas piezas no pueden contar todo el pasado, porque no existe un pasado, si nadie las recuerda ¿Tienen alguna importancia?
— Este lugar fue alguna vez un palacio, dicen que se quemó cuando sucedieron los incendios forestales del pasado —un anciano con demasiadas canas para contar señaló un terreno casi vacío donde apenas se alzaban grandes murallas y habían demasiados escombros esparcidos rodeados de la naturaleza que había reclamado el lugar como propio— Mi abuelo alguna vez me contó que este lugar fue una antigua capital de un Imperio, nunca supe el nombre de ese Imperio hasta que llegaste, creo que en aquellos tiempos se prohibía pronunciar ese nombre
— Azurite
— Si, pensar que alguna vez sabría la verdad sobre las historias de mi abuelo
— ¿Su abuelo jamás le contó algo sobre los gobernantes de antes?
— No recuerdo mucho, solo recuerdo que murmuraba mucho sobre la última Emperatriz y lo triste que había sido su muerte
— ¿Triste?
— No sé mucho chico, yo era muy joven en ese entonces, no recuerdo —el anciano se rascó la cabeza avergonzado— Y bueno, no le ponía mucha atención, para mi solo era un anciano que decía muchas historias
— Entiendo, gracias por guiarme —él joven le extendió una bolsita con monedas— Espero le alcance para comprar comida para toda su familia
— Será de gran ayuda, si quieres que te enseñe otros lugares no dudes en buscarme —agradecido el anciano revisó la bolsita que contenía el dinero suficiente para comprar comida que durará un mes— Te lo agradezco, búscame si necesitas algo
— Tenga una buena comida —se despidió él joven mientras se alejaba con dirección a las ruinas.
No quedaba nada, hace mucho tiempo debió verse magnífico pero desde que el Emperador Pecca prohibió la exploración y restauración de cualquier ruina nadie cuidó de este lugar, tampoco nadie lo visitó.
— ¿Uhm? —había algo en el suelo, una trampilla que era como una puerta en el suelo ¿Qué hacía eso ahí?
Miró a su alrededor para vigilar que nadie lo observe, se acercó con cuidado a la trampilla, quitó las rocas que la cubrían y finalmente la abrió, usó bastante fuerza, parecía atascada y se necesitaba tres llaves pero el metal ya se había oxidado, fue suficiente jalar unas cuantas veces y la trampilla cedió haciéndose pedazos en el proceso. Ahí no había nada, era un hueco del tamaño de la trampilla y ya, sus esperanzas de encontrar algo se hicieron tan pequeñas como el fondo de ese hueco.
¿Fue un error ir ahí? ¿Gastó todos sus ahorros por nada? No quedaba nada, no había nada a lo que regresar, su hogar ahora era el Imperio de Pecca, no había nada a lo que volver en las tierras desiertas de Azurite.
— Fue un desperdicio...
Cansado decidió regresar al pueblo cercano donde se alojaba, en el camino se encontró con el anciano que también regresaba a casa, se disculpó por dejarlo ir solo ya que sólo se quedó poco tiempo, regresaron juntos y él se fue a su alojamiento, mientras cenaba en el bar no pudo evitar notar a una hermosa camarera que animada por los demás huéspedes subió al escenario a cantar una canción.
— ¿Quieren que cante?
— ¡Si!
— ¡Canta primor!
— ¡Pediré más comida!
— ¡Canta!
— Muy bien, entonces ¿Qué debería cantar? ¡Ya sé! ¿Qué les parece algo para dormir?
— ¡No tengo sueño!
— ¡Canta tu amor por mi!
— ¡Yo quiero que solo cantes!
— Que aburridos, bueno ¿Qué tal una canción sobre hadas?
— ¡Canta lo que sea!
— ¡Canta!
— Muy bien.... —la camarera tomó la guitarra que un hombre le ofreció y empezó a tocar una melodía suave, una que te recordaba que podías volar en los sueños que tenías— Cuenta una antigua hada que hubieron humanos que cautivaron su corazón, incluso uno de ellos la había hechizado con su hermosa voz... Cada estación que cambiaba a lo lejos escuchaba esa voz...
Fue entonces que encontró un lugar que tenía la primavera y el otoño eternamente
En el lugar más brillante
Encontró a quien cantaba tan fuertemente
Era alguien que había nacido con la voz tan hermosa
Que inevitablemente ella fue amorosa
Un hechizo que jamás pudo comprender
Ni tampoco romper
Era la voz de alguien que no era una sirena
Pero cada canción era sincera
Fue amor a primera vista
Y para demostrar su cariño
Le regaló la joya más bonita
Una que mantendría como eterno su cariño
La hada antigua que se enamoró de un humano
Que lloró lágrimas de sangre
A aquel humano que murió en vano
Espero estés más alegre
Fue su único deseo antes de partir de este mundo
La canción fue aplaudida por los huéspedes y la camarera recibió orgullosamente las propinas que le dieron, nadie se dio cuenta de los ojos curiosos que la miraban, solo cuando terminó su turno y salió de la posada se encontró con un joven cubierto con una capa demasiado larga.
— ¿Necesitas algo? —cuestionó mientras se ataba un pañuelo que cubría su nariz y boca, debido a la sequedad del pueblo era fácil aspirar mucho polvo así que siempre cada aldeano debía cubrirse la nariz y cara por seguridad y no enfermar.
— Me disculpo, solo tenía curiosidad por la canción que cantó ¿Me podría decir donde la aprendió?
— ¿Esa canción? Bueno, es algo familiar, mi familia siempre fueron artistas nómadas, está canción la aprendí de mi madre que la aprendió de mi abuela y mi abuela de su propia madre
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Editado: 14.10.2024