Domingo 7 de diciembre del 2011
Amada Lucía
Tienes razón, empezar una carta no es nada fácil, en especial cuando no tienes ni la más mínima experiencia haciéndolo, pero necesitaba desahogarme y aunque tal vez tu nunca leas esto necesito escribirlo, necesito creer que en algún momento tú lo vas a leer, necesito creer que vas a regresar.
No soy tan bueno en esto como tú, sabes que lo relacionado con el arte no va conmigo, pero tú me enseñaste a ser más sensible, a apreciar este tipo de cosas y te lo agradezco demasiado, dejaste una huella imborrable en mí, hiciste que crea en el amor, que amé como jamás había amado y como jamás volveré a amar.
Lucía, estarás por siempre en mi corazón, en mis pensamientos y en mi alma.
Personas como tú sólo llegan una vez en la vida, y me alegra poder decir que tuve la fortuna de conocerte, de tenerte en mi vida y el enorme placer de amarte.
Apenas ha pasado un día desde que te marchaste y ha sido el día más doloroso y largo de mi vida, me hace falta escucharte hablar, reír y ver tus gestos mientras lo haces, me hace falta verte saltar por todos lados, me hace falta todo de ti porque tu hacías que mi vida se llenara de felicidad y de color. No sé cómo voy a hacer para no volverme loco sin ti.
No he dejado de leer tu carta y cada vez que lo he hecho he llorado como un niño, estás presente en cada uno de mis pensamientos, en la mínima cosa estás tú y será muy difícil olvidarte, pero no quiero hacerlo, no estoy dispuesto a hacerlo, porque ¿Cómo olvidas al amor de tu vida? ¿Cómo sacas de tu corazón y de tu mente a la mujer que amas tanto? No puedes hacerlo, es imposible.
Mi pequeña Lucía, eres la mujer más maravillosa que he conocido, jamás había visto a alguien como tú, tan llena de felicidad, de amor, de esperanza, de sueños, simplemente tan llena de vida, jamás había visto a alguien que brille tanto como tú lo haces, no existe alguien como tú. Eres la mujer más fuerte, inteligente y capaz que conocido, nadie tiene la voluntad que tú tienes, nadie es capaz de esforzarse como tú para conseguir lo que quiere y nadie jamás tendrá ese corazón de oro que tienes tú. Eres única en toda la extensión de la palabra.
Cambiaste mi vida simplemente con el hecho de cruzarte en mi camino, sin darme cuenta desde el primer día en que nos vimos causaste algo en mí, tu presencia me hacía bien, tu amor me hacía bien, todo de ti me hacía bien; cada momento que viví junto a ti, cada risa, cada consejo, incluso cada pelea que tuvimos me enseñaron algo, contigo aprendí a ser mejor persona.
Antes de ti no creía que alguien pueda enamorarse de esta manera, que alguien sea capaz de amar como yo te amo a ti, contigo entendí que existen encuentros que son como una magnifica colisión, fulminantes, inesperados y arrasadores, que estos encuentros no son una casualidad, que siempre suceden por una razón ajena a nosotros, fuiste la manera más hermosa que la vida tuvo para enseñarme todo eso.
Me duele dejarte ir, me duele como jamás me había dolido algo, pero sé que tengo que hacerlo, sé que tienes que ser feliz cumpliendo tus sueños, volando alto como siempre habías querido y te deseo lo mejor del mundo, sé que lo vas a lograr vas a ser tan grande como siempre habías soñado o incluso más, porque lo mereces, Lucía, lo mereces.
También conservo la última fotografía que tomé de ti, esa en la que estás sonriendo como si no hubiese un mañana, la veré cuando me sienta solo y te extrañe, lo cual me temo será muy seguido. La llevaré siempre conmigo.
Tendré esperanza y confiaré fervientemente en que la vida nos va a regalar una segunda oportunidad, que nuestro amor va a ser más fuerte que el tiempo y que la distancia.
Te amo, Lucía.
Te amo con toda mi vida.
Tuyo,
Gabriel.
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Editado: 18.03.2020