La Última Sombra

12. Hermosa Locura

 

Sus pisadas resonaban por aquel oscuro sendero, Kaebu aún continuaba muy agitado por la reciente batalla, si cerraba los ojos por un breve periodo de tiempo, podía recordar con claridad a todos los soldados, o mejor dicho todos los seres humanos que tuvieron que caer para que él se encontrara en aquel lugar.

Debido a que el terreno era un tanto irregular, optaron por encender las lámparas de sus máscaras, fue entonces que reparo en lo viejas que eran aquellas paredes, se encontraban cubiertas de una capa de musgo verdeque ascendía hasta lo que quedaba de la estructura, varios y pequeños insectos correteaban de arriba abajo, su máscara lograba identificarlos y le mencionaba un extraño nombre que no le sonaba de nada.

Se encontraba tan concentrando mirando las diferentes paredes, hasta que Emerald extendió un brazo, así deteniéndolo en seco.

—¿Qué sucede? —interrogó con el ceño fruncido. Con cada minuto que pasaba con el anciano Blake, cada vez le gustaba menos su manera de hablar y pensar.

—Hay una trampa —susurró, levantó la lámpara con su huesuda mano, apuntó hacía un recuadro que sobresalía un poco del suelo. Kaebu no entendió como es que lo había visto, ya que estaba un tanto oculto por la tierra, comprendió que solo podía ser descubierto por alguien que supiera que estaba buscando.

Sabiendo que aquello no le detendría, solo le aconsejo no pisarlo, Kaebu se lo comunicó a Richard apuntando con la lámpara de su máscara, caminando por un lado de aquel rectángulo, al cruzarlo, terminaron bajando unas largas escalinatas de piedra.

Kaebu tanteaba donde pisaba, estaba demasiado asustado, y ahora que el anciano Blake le había demostrado que en aquel lugar si había trampas, procuraba ir con mucho cuidado, y siempre tratando de visualizar algo extraño en la estructura.

Bajaron hacía otro túnel oscuro, continuaron avanzando hacia delante, una vez más el anciano levanto su mano para que se detuvieran, en aquella ocasión no había una escalera, sino una puerta, aunque de dentro escapaba una gran cantidad de arena.

—Alguien intento entrar en este lugar y fue atrapado por la trampa de arena —explicó Emerald con cierto grado de burla, aquello no hizo más que desconcertar a Kaebu—. No hay nada que temer, esta trampa ya ha sido utilizada.

Sin decir nada más, entraron en aquella habitación llena de arena irregular, se vieron obligados a ascender hacía arriba, al llegar hasta arriba de la arena, se encaminaron hacia el otro lado. Kaebu se percató de que a ese lugar le faltaba el techo y la pared del lado izquierdo, por lo que intuyo que nadie había sido atrapado en aquella trampa, sino que con el tiempo el lugar se vino abajo, liberando la trampa que alguna vez había sido dispuesta.

Mientras caminaba, sintió como algo se aferraba a su pie, esta acción le cogió por sorpresa por lo que termino cayendo en el arena, se giró con rapidez, justo para ver a un Mordedor saliendo de entre la gran cantidad de arena, aunque estuviera cansado y asustado, su mano pareció moverse por simple instinto, hubo un destello plateado, seguido por un pedazo de cabeza volando mientras el cuerpo de la criatura caía inmóvil en la arena.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Richard, quien le tendió la mano, Kaebu un tanto cansado por aquella rivalidad, termino aceptando la mano y poniéndose en pie.

—Sí, estoy bien —respondió un poco agradecido.

—Vamos, vamos, no tenemos tiempo —les apresuró Emerald, Kaebu apretó los labios y sin más continuaron con la marcha.

Se deslizaron por la arena para poder entrar hacía otro túnel. Avanzaron con tranquilidad, dándose cuenta que había lugares para poner antorchas, además que había varias mesas caídas y un poco de piedra destruida a unos cuantos centímetros, aquello le hizo llegar a la conclusión que posiblemente se trataran de estatuas.

—Deberíamos parar algunos segundos —comentó con voz cansada Richard. Kaebu le apoyaba cien por ciento, habían estado caminando por aquel túnel por un largo tiempo, hasta por un momento llegó a pensar que estaban caminando en círculos.

—No podemos detenernos —afirmó Emerald con voz fuerte y carente de sentimiento alguno. Kaebu miró de reojo como Richard caminaba muy cerca de la pared, hasta que se sujetó de una de aquellas lámparas, para su sorpresa, la lámpara se movió hacía abajo, una pared no tardo en caer con todo el peso separándolos y llenando el lugar de polvo.

—Richard, Richard, ¿Te encuentras bien? —preguntó Kaebu acercándose hacía la recién aparecida pared, aunque estuviera deteriorada, comprendió que era lo suficientemente gruesa y no podría destruirla a golpes.




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